Dolores, Angustias, Muerte
- publicado el 20/01/2014
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POST MORTEM
La encontraron sentada en el viejo sillón de estilo Luis XV un tesoro que ella adoraba. Tenía la mirada fija en el enorme retrato del abuelo que colgaba en la pared de su habitación. Un súbito paro cardiaco había acabado con su existencia.
Su apacible semblante había adoptado ya la rigidez post mortem. Tenía varias horas de muerta y lo que más llamó la atención fue la mirada triste y la tenue sonrisa que dibujaba su pálido y dulce rostro.
Estaba muerta.
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