Amaneciendo

Estando las nubes inmersas en su danza,
escribí tu nombre y sentí añoranza.
Sentí que de algún modo
el Sol se alzaba ante mí.
Todo lo que soy y que fui,
en ese momento no me importaba.
Lo que pude ver valía más que el oro.
Era un paisaje digno de alabanza.

Ursula M. A.
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