OPERACIÓN «GADES»

OPERACIÓN GADES

Los sofisticadísimos 3.200 U-boots alemanes, modelo 247, habían atravesado el estrecho gibraltareño con un sigilo realmente tenebroso, sobrehumano y robótico en Mayo de 1940.

3 días antes,habían conseguido ser “invisibles” a los sagaces radares británicos, lo que les facilitó el factor sorpresa y el destruir completamente las “periscópicas” naves inglesas bajo el mar Mediterráneo.

Ahora, con el permiso del Caudillo Franco, los impíos submarinos nazis iban terminando de succionar, con potentísimas mangueras desde 4.000 metros de profundidad, infinidad de toneladas de monedas de oro pertenecientes a navíos hundidos en el siglo XVI, en las costas de Cádiz.

Para el poder germano el Gran Objetivo Final era financiar, por medio de dicho casi ilimitado erario, la compra de 10 bombas atómicas; para arrojarlas luego contra los Estados Unidos, la U.R.S.S, Inglaterra e incluso, una colosal traición y secreto ataque radical contra su propio aliado Japón. Las armas encargadas, desde 1933, les estaban a punto de ser entregadas a los alemanes por dos países neutrales constructores y solo quedaba pagar las desorbitadas sumas de dinero a dichas naciones, las cuales nadie sabía quienes eran.

Una vez recogido el impactante tesoro gaditano, los gigantescos navíos sub-acuáticos emergieron a la superficie y una larguísima segunda manguera de 10 metros de diámetro salió de ellos, hacia arriba.

Entonces, súbitamente, desde el cielo y viajando a 1700 km/h, aparecieron 550 ovnis germanos con las pavorosas esvásticas marcadas en sus fuselajes y armados con 37 ametralladoras cada uno; entre otras armas.

Los voladores Hauneburg-modelo 603 (era su longitud en metros), se detuvieron en seco en el aire, abrieron sus monstruosas compuertas de 50 metros de diámetro, se acoplaron a sí mismos perfectamente los segundos tubos provenientes de los U-boots de abajo y el megalómano trasvase acuo-aéreo del formidable tesoro de las costas de Cádiz estaba a punto de producirse.

En menos de dos horas pretendían lograrlo los espectaculares platillos, así que el cargamento comenzó a aspirarse; donde el ruido metálico de la succión era ensordecedor. Cuando terminasen esa fase-1 de aquella misión, luego tardarían una tercera hora más en volar a Madrid, haciendo escala, por lo tanto y una vez allí entregarían y descargarían el acordado 20% del botín al gobierno de Franco.

Luego, estaba previsto que, en solamente en otros 90 minutos adicionales, los asombrosos vehículos voladores aterrizasen en Berlín y entonces solo quedaría transmitir por radio:

-¡OPERACIÓN “GADES” COMPLETADA!.

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Faltaban 35 minutos para terminar la primera fase de extracción y carga en aguas gaditanas y fue entonces cuando un infalible espía español comunista, que había combatido en la guerra civil hispana, corriendo gran riesgo logró dar el aviso general por el antiguo sistema Morse, acerca del sigiloso plan de los fanáticos arios.

Se sospechaba “el cuando” ,hacía tiempo, pero que no se sabía con precisión, “el dónde” transcurriría. Efectivamente, el gélido y revolucionario proyecto teutón parecía ya imparable, a menos que los norteamericanos y los soviéticos, en trabajo conjunto, pusiesen en marcha a tiempo, su propio modelo tecnológico de platillos volantes terrícolas. Antes de que llegaran a la capital del III Reich, se debían abatir a los Hauneburg “anti-gravitatorios” pertenecientes a los que los aliados denominaban como “ufo-alimañas de la cruz gamada”.

Confirmada la alerta del “rojo” espía español, desde Boston y Kiev respectivamente los presidentes de E.E.U.U y de U.R.S.S dieron, con inmediatez, la orden para que despegara la totalidad de su flota de 367 ovnis del pacto ruso-americano y que debían ir al encuentro de sus expansionistas rivales centroeuropeos. Solo quedaban unos 180 minutos para una hipotética batalla, quizás, en el espacio aéreo de la frontera de Francia.

Aunque su parada en la España franquista ya no se podría evitar (algo que podía ajusticiarse más adelante), sí que era fundamental detenerlos antes de que llegaran a Berlín o después sería demasiado tarde porque si no les vencían ahora, las propias dos enormes super-potencias, en solo seis semanas, recibirían un primer ataque de los propios Hauneburg; armados con 5 de las 10 bombas en su vientre…

Así que, sin un segundo de demora y esperando recorrer a tiempo la distancia, las dos bandadas de modernísimas naves «U.F.O. made in Earth» despegaron, a la vez, desde ambos lados del mundo hacia el Centro del Viejo Continente y en busca de un violento encuentro aéreo contra la manada lupina más feroz de la Historia

-¡Ojalá soviéticos y americanos desbaraten la operación “Gades”! -pensó el espía castellano.

Escrito por Txus Iglesias.

*** Este relato, por supuestísimo, no hace apología de absolutamente nada. Unicamente, es una pequeña ucronía literaria (realidad alternativa sobre el pasado) acerca de la Segunda Guerra Mundial. He seguido mis propias ideas creativas (como siempre).

Txus Iglesias
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