ESCATOLOGICAMENTE ENAMORADA

No sé por dónde empezar

por arriba, por el medio

o… ¡por los pies!.

 

Ni sé dónde habrá más «porcalladas»

pues depende del tiempo

o… del descuido.

 

Del uso del jabón y de una esponja

del gel o del champú

o… de agua clara.

 

A mí no me importa nada

de cómo y de dónde vengas

si es de una mina o una guerra.

 

Embadurnado en lodo yo te como

te bebo tus sudores como un wisqui

como perfume me envuelvo en tus olores.

 

Incapaz soy de comer ostras (…¡pedrín! y va sin segundas, jajaja)

pero sí lo soy de lamer tus mocos (… de pavo, jajaja)

y saborear la miel de tus oídos ( que diga… la cera).

 

Cobijar mis narices en tu axila (… me dá igual la derecha que la izquierda)

y dejarme adormilar debajo de ella

soñando saborear «sopa juliana».

 

Redondear albondiguitas en tu ombligo

y ponerlas en una fuente de juguete

y pelearme con ellas con mondadientes.

 

Ir bajando y bajando por tu cuerpo

preparando un banquete «glamuroso»

con vajilla de limoges y copas de bohemia.

 

Catar tus jamones de «jabugo»

oler tu tocinillo con lujuria

pelarlos hasta llegar al hueso.

 

El «trozo» que ahora viene lo reservo

a nadie quiero darle esta receta

es mía, y en exclusiva me la quedo. (no sea me la copien)

 

Acabando en tus pies tomando el postre

con tabla de cristal… ¡quesos franceses!

y subir a tu vientre…¡con café, «solo»!. (templado para no quemarte…)

 

P.D. Las «potadas» van de mi cuenta.

 

 

 

 

 

 

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