ESCÉPTICO - Segunda parte
- publicado el 09/05/2009
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LA VAGA DURMIENTE
Érase una vez, unos padres que tenían una hermosa hija de dieciocho años. Pero tenía una pega: era vaga, muy vaga. La chica había dejado los estudios, no trabajaba y sólo salía de casa para irse de juerga con sus amigas. En definitiva, era más inútil que el peine de un calvo.
Desesperados por la tremenda carga de tener a una criatura más pasiva que el verbo ser, decidieron llamar a un equipo de siete hadas psicólogas, especializadas en la conducta gandula. Ellas propusieron a los padres de la vaga una serie de estrategias para obligarla a independizarse.
La primera hada propuso que toda la familia volviera a tratar a la muchacha como a una cría pequeña. Decía que así se indignaría y se marcharía de casa. Pero nada más lejos de la realidad, la vaga estuvo encantada y declaró que recuperaría la costumbre de escribir su quilométrica carta a los Reyes Magos. La segunda hada sugirió que acostumbraran a la vaga a trabajar empezando por cosas sencillas, como hacer la compra. Pero desistieron al ver que siempre traía los yogures caducados y el cambio mal dado.
La tercera hada pensó en que sería eficaz pasar la aspiradora de noche, mientras la vaga dormía, para obligarla a marcharse de allí. Pero la chica usaba tapones para los oídos y lo único que consiguieron fue despertar a unos más que cabreados vecinos. La cuarta hada propuso convertir la habitación de la vaga en un cuarto trastero. Pero en cuanto llenaron la habitación, la vaga simplemente se instaló en el salón y se puso a dormir en el sofá.
La quinta hada fue más lejos y mandó a los padres cambiar la cerradura de la puerta, mientras la vaga salía de parranda con las amigas. Pero cuando la muchacha llegó a la puerta y vio que no abría, llamó a los bomberos diciendo que no podía entrar en la casa de sus ancianos padres, los cuales hacía horas que no contestaban. Los bomberos tiraron la puerta abajo y la vaga entró triunfalmente a su casa.
La sexta hada fue todavía más radical: lanzó una maldición a la vaga por la cual se pincharía con la máquina de coser de su madre y se volvería adicta a la costura. En aquel momento la vaga, que estaba echada en el sofá, oyó un ruido que le llamó la atención. Siguiendo el sonido, llegó al cuarto de costura donde se encontraba la máquina.
En cuanto ella tocó la aguja de la máquina, se pinchó. Nada más ver la gota de sangre en el dedo, en vez de ponerse a coser como una desesperada, le dio una lipotimia y cayó inconsciente al suelo. La vaga quedó tan profundamente dormida que ni a cañonazos lograron despertarla.
Ante tal situación, la última hada declaró que sólo un buen mozo que le demostrara su amor incondicional podría despertarla. Así que cogió unas cuantas fotos de la vaga -que por suerte era muy fotogénica- y las colgó en una web de búsqueda de pareja. A partir de ahí, cientos de pretendientes vinieron a declararle su amor a la vaga, a besarla, a traerle flores, bombones… Pero la chavala no despertaba.
Al cabo de cien… minutos, llegó un apuesto empresario a la casa de los padres de la vaga. Se acercó a la chica y le susurró algo al oído. Ella abrió los ojos y le sonrió. Él la cogió en brazos y se la llevó en volandas. ¿Y qué fue lo que le dijo el apuesto empresario a la vaga?
«Si te casas conmigo, serás co-propietaria de la mayor empresa de colchones de látex natural que existe». Y los dos comieron pavo (y no perdices) y… durmieron felices.
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Bueno, ahí va un nuevo episodio de los Cuentos Des-Contados. Ya ves, Champinon, me diste una buena idea al mencionar a la vaga, digo, bella durmiente!!! XD
Más cuentos deconstruídos en mi nuevo blog http://ecologismoliterario.wordpress.com (gracias por incluirme en Amigos) 😉
Muy bueno, esto de los cuentos degenerados es una gran idea, pero no quiero ni pensar cómo crecerán tus hijos cuando se los leas por las noches… 😉
Jajajajaja, muy bueno. Me ha gustado mucho mucho. En realidad la protagonista no parece vaga, sino experta en destrozar los planes de las hadas y de sus padres xD
😀 Muy bueno
Cualquier parecido con mi realidad es mera coincidencia xD
Jajajja, cada vez me mola más este estilo tuyo.
Ahora, vaya problemón tener una hija así de garrula. Si al final vana tener razón los que dicen que una buena hostia a tiempo… XD Es coña, claro
Nos deverian contar asi los cuentos cuando somos pequeños, para que luego la ostia contra el mundo no sea tan gorda.
Ahi le has dado!
El relato me encanta tio, me estan pareciendo mazo de originales los cuentos des-contados xD
Primero, he visto un par de faltas
Es el hada, no la hada. «En sing. va precedido de los determinantes masculinos el, un, algún o ningún.»
Se escribe abría sin «h».
Segundo, en cuanto al relato..
Sabia que escribirias sobre la bella durmiente, esto… la vaga, la vaga… Ademas tengo la sensacion de que cuando empezaste a escribir pensabas otro tipo de historia, pero te salio esta, no? JAJAJ… Me gusta mucho tu singular estilo! Ahora…
La cenicienta? xD
Te corrijo, Champinon. Es el hada, pero en el momento que le pones un adjetivo, recupera la feminidad. «La bella hada», «ninguna maldita hada» o «una mierda con patas de hada», por ejemplo. Es como una operación de cambiod e sexo literaria.
Yo eso lo he sacado del Rae,… si k estas tu tikismikis oy…
Gracias por salir en mi defensa Lascivo. Efectivamente, se escribe «el hada» cuando no hay nada por enmedio, a pesar de que ‘hada’ es femenino. Lo de «habría» ha sido un lapsus mental, ahora lo cambio. 😀
jajaja, qué pasa, el día de la kedada te invito a una caña, a compensar
Re buenoo jajaja, si vieras la cara de mi jefe en el curro a verme partmirme de risa…, has podido con éste también que era todo un reto.
que original!