Llego a mi casa a la misma hora que todos los Lunes: exactamente a las 17:45. Lo primero que hago es ponerme en frente al ordenador, aunque debería hacer los deberes. Quizás luego. Soy una de esas personas estupidas que se enorgullecen de aprobar sin apenas estudiar. Y encima soy consciente de ello. Abro Internet y miró mi messenger. Nada interesante. Lo mismo con el tuenti. Lo siguiente que hago es abrir cualquier web deportiva para leer sobre fútbol. Tampoco me interesa tanto, la verdad. Suspiro de tristeza. Cuanto te añoro…Y creo que es gris estar triste a mis catorce años. Es demasiado pronto para darse cuenta de que la vida es injusta. Pienso en el sabado. Tengo un abanico de opciones que hacer en solitario, y unas pocas que hacer con mis amigos. Bueno, por así llamarlos. Podría pasear en bici unas cuatro horas, o ir a la Fnac, o leer, o pasarme por la cancha de futbol aver si hay gente…Te echo tantísimo de menos… Nunca pensé que te perdería. Quizás en realidad solo te apreciaba como alguien con el que salir sábados y domingos. Enfin. Abro la web de sopa de relatos. Es tal mi vaguería que suelo leer solo microrrelatos. Algunos son absurdos. Simples frases sueltas. Qué sabré yo de literatura. Mi padre quiere que yo sea escritor. Ojalá. Miró mi reloj. Ya son las siete. Conecto la tele y desconecto mi cerebro. No quiero pensar en tí.

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