Construyendo un Ángel. Capítulo 2
- publicado el 01/12/2008
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ANTIGUA – Una semana después del Salto. 2 de agosto
UNA SEMANA DESPUÉS DEL SALTO. 2 DE AGOSTO
Hemos estado caminando durante días. El bedel, Eugesio u Octavio, realmente se llama Artemio. Artemio Sanjuán. Se lo oí decir a Martínez-Gordó, el profesor, el primer día. Por pequeño que es, Artemio no para de intentar hacer de todo, ignorando su edad (elevada), tamaño (reducido), complexión (inapreciable) y lo absurda que sigue siendo esta situación. A la voz de “un Sanjuán se las apaña siempre” acaba por hacer todo el trabajo sucio. Creo que quiere sentirse útil. Y no me parece mal. Con su ayuda hemos construido refugios día tras día, allá donde cayéramos. Incluso ha preparado trampas para cazar pequeños conejos.
De Martínez-Gordó, sin embargo, no puedo decir lo mismo. Habitualmente es callado e inactivo. En definitiva: inútil. Aunque no se lo puedo reprochar. Llevamos una semana aquí y no hemos visto a nadie más. Sólo campo, conejos, algún jabalí más, pero suelen ser miedosos y huyen en cuanto nos sienten. Y esta flora… Los pinos, las encinas y los matorrales están por doquier. Hemos estado siguiendo un riachuelo que encontramos el segundo día, y la vegetación no ha hecho más que hacerse más densa a medida que caminamos. Al menos el agua es potable, aunque los primeros días Jolín ha estado un poco indispuesto, pero ya está mejor.
Jolín aguanta mejor de lo que yo pensaba que haría. Pese a su carácter quejicoso, parece que está asumiendo que estamos completamente perdidos en este bosque. Todos estamos desesperados, pero la procesión va por dentro, supongo. No podemos vivir sólo de conejos y agua. Esto empieza a ser insostenible.
Anoche escuché a Martínez-Gordó llorando. Se supone que estábamos durmiendo, pero yo estaba haciendo guardia. Hacemos guardias por turnos por temor a los jabalíes o algo peor, aunque de momento no ha pasado nada. En fin, que el profesor lloraba, no sé si era en sueños, pero le oí decir “mi niña, mi dulce niña”. Supongo que se referirá a su mujer, o su hija.
Yo también echo de menos a mis padres. Y empiezo a dudar que alguna vez pueda volver a verles. ¿Dónde pensarán que he ido? ¿Sabrán que estamos los cuatro juntos? ¿Habrá más gente en nuestra situación? Si al menos supiéramos cómo hemos llegado aquí, quizás podríamos encontrar un camino de vuelta.
Volver a casa. Ojalá.
Bueno, está anocheciendo y escribir no me va a ayudar a coger el sueño. Mañana será otro día.
———
Increíble. Es increíble.
Según mi reloj es casi la una de la mañana. Lidia, la friki Lidia, nos acaba de encontrar. Aún no me explico cómo. Ha venido con un hombre mayor, vestido de cura, por lo que supongo que es un sacerdote. Estaban desfallecidos y parecían muertos de cansancio, por lo que les hemos ofrecido lo poco que nos ha sobrado del conejo que habíamos matado.
La luna está llena y brilla. Ahora estoy haciendo guardia yo y todos están durmiendo, pero mañana Lidia y su amigo tienen mucho que contarnos. ¿Llegaron ellos aquí de la misma forma que nosotros? Apenas hemos podido hablar con ellos. Según han llegado y se han saciado de agua en el río han comido y ahora descansan. La cara de Lidia… nunca había visto una expresión así. Tanto miedo, y tanto alivio a la vez. Pobre. Supongo que no habrán alcanzado a beber nada hasta hoy. Una semana sin beber… ¿Habrán comido? Pobre Lidia.
El cura no ha dicho ni una palabra. Tenía la misma expresión de Lidia. El mismo aspecto. Las ropas sucias… Las lavaremos mañana en el río.
Pero esto significa que aquí hay mucha más gente. Estoy seguro.
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esto es de lo mas intrigante. cuanta gente esta metida en el lio? y que hace un cura por ahi en medio?
sigo pensando que se encuentran en madrid, pero unos cuantos siglos antes, pero deberian encontrarse algo mas que conejos y jabalies!
mas por favor! maaas! xD
Ahhhhh!!! Oh no, me he enganchado!!! Qué más va a pasar???