Reflexión Nocturna
- publicado el 09/10/2014
-
¿Miedo?
Levanto la vista cautelosa y miro hacia delante.
Mi paso es firme, y mi respiración monótona.
El polvo que levanto con mi rutinario paso, uno tras otro, me tiñe los zapatos del color de la tierra.
Pero no me canso, sigo con la mirada fija en un punto, el cual soy incapaz de discernir. Me paro en seco, y lo veo.
Y sonrío para mi misma. Me siento fuerte y segura.
Un paso, otro paso…avanzo, pero de repente; paro.
No puedo continuar, algo no me deja, como si una enorme pared de cristal dividiese mi camino en dos, y yo estoy en el lado equivocado.
Este juego no me gusta.
Y lo veo, frente a mí, tan cerca… y aun así siento que es intangible. Y yo, un cuerpo etéreo, contemplo sonrojada como mi presencia es incorpórea para él.
Simplemente tengo que renunciar al límite que tengo delante mía, pero no puedo, y lo peor, es que puede que sea por miedo. ¿No es absurdo?
Sí, en el fondo es absurdo.Deberíamos atrevernos a lanzarnos a la piscina de vez en cuando, las hostias solo pueden hacernos más fuertes. Además, quien no se arriesga no gana, (salvo contadas ocasiones en las que las oportunidades llaman a tu puerta).
¡A por ello (o él)!
qué descripciones tan minuciosas 🙂