Ferragosto
- publicado el 12/08/2021
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Tres relojes rotos
Hubo una vez en Roma un famosísimo relojero que cayó en bancarrota. Desesperado reunió todos sus ahorros y consiguió fabricar tres perfectos relojes: uno de oro, otro de plata y otro de cobre.
De los tres relojes el más orgulloso era el reloj de oro, pues aseguraba que lo habían fabricado con material del astro Sol. La más presumida era sin duda alguna el reloj de plata ya que según ella su material venía de la Luna. Y de los tres relojes, el más afligido era el reloj de cobre, el cual se lamentaba de haber sido fabricado con un material muy simple y abundante de la Tierra.
Cierto día le acaeció a cada reloj una desgracia. El reloj de oro fue robado del establecimiento del pobre relojero. El ladrón, para intentar que la policía no le atrapara con el reloj encima, lo arrojó al río Tíber. No obstante la policía pudo encontrar el reloj en el fondo del río, pero se había roto al chocar contra una roca del cauce.
La mujer del relojero decidió guardar al reloj de plata dentro de un baúl para que no se estropeara ni se ensuciara. Horas después su marido fue a guardar su caja de herramientas dentro del baúl, pero no se dio cuenta de que en el fondo estaba el reloj de plata y lo aplastó.
Puesto que el reloj de cobre no era tan especial y no temían que se ensuciara o que fuera robado, el relojero lo llevaba siempre encima hasta que lo pudiera vender. Cuando iba bajando una cuesta en su bicicleta, el reloj de cobre se escurrió del bolsillo y se rompió contra el suelo.
Como el relojero se había quedado sin nada que vender, reunió a los tres relojes en su taller para arreglarlos. Intentó primero reparar al reloj de oro, pero éste se hinchó de orgullo y regañó al relojero.
– No oses repararme con un material que no venga del mismísimo Sol.
Perplejo, el relojero suspiró e intentó arreglar al reloj de plata. Pero ésta se negó y sermoneó al relojero con su voz chillona.
– Soy una porción de la Luna. No quiero ser reparada con un material que no sea digno de mí.
El reloj de cobre se echó a llorar pensando que el relojero no le iba a remendar, pues creía que no valía nada. Pero el relojero le tomó con su mano y con una cálida sonrisa le reparó.
Por primera vez en su vida el reloj de cobre sonrió mientras sus manecillas volvían a girar al ritmo del tic-tac.
A menudo los más sencillos somos los más agraciados.
Autor: Germán Pérez Campo, 8 de Febrero de 2010.
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Espero que os guste. Hacía muuuuuucho que no escribia nada 😛
Primero… gracias por volver…
Segundo… Sé porqué te voté como el mejor escritor de Sopa, y lo mantengo… no tengo nada más que decir…
Me ha gustado mucho, muy buen relato enhorabuena
Impresionante muchacho. Creo que es el mejor cuento que he leído aquí. Espero que vuelvas a escribir con tu ritmo primigenio, pues tú haces que esto brille, beibi. Pequadt = calidad.
Relato digno de ser editado en un libro, muchacho
Hola qué tal? estuve viendo algunas cosas en tu blog. Trabajo con posicionamiendo web y tengo una propuesta de publicidad : 50 euros cada mes por incertar pequeños links de nuestros anunciantes. Son 50 euros mensuales para cada blog que se registre con nosotros.Es compatible con publicidad de google-
Saludos -comunicate-
Tampoco te pases muchacho. Digamos que para criticar un poco, el final me flojea un poco. En cuanto a calidad me parece mucho mejor redactado la primera parte, como si al final lo terminaras por cumplir. Esa es mi intención. No digo que sea malo, me encanta, pero es peor comparado con la primera parte. Asi también te criticamos un poco macho… xD
Me alegra que os haya gustado 😀
Puede que el final este un pelín mal… quería incluir algo sobre que al reparar al reloj de cobre el relojero le decía algo así como «es muy fácil repararte puesto que tu material es muy común»… pero no encontré una frase apropiada y me apañé con la letra en cursiva del final :S
No, la letra del final me gusta mucho, es la descripción anterior. Quizás la modestia de solar y lunar debería ser un poco más altiva, no lo se. Simplemtente es por comparación con la primera parte.
Pero es genial…
¿cuando otro? xD
Me gusta, es tipo cuento de niños pequeños con moraleja :3 Me recuerda a lo que me contaban de pequeña, qué tiempos, ains XD
¡Es precioso! Chapeau! 🙂
Gracias 😀
Nunca me gusta releer mis relatos, porque siempre encuentro detalles que cambiar o que añadir. En el libro de Sopa de Relatos, que lanzaremos este mismo mes, decidi añadir este relato retocandolo ligeramente, y por ahora estoy satisfecho con los cambios. No obstante dentro de un par de años seguramente lo relea y lo quiera modificar de nuevo…
Y, no se si lo habre comentado en algun lugar de Sopa, pero este relato lo escribi en un examen. Lo acabe pronto y como no nos dejaban salir lo escribi en una hoja en sucio. Me gusto tanto el resultado que lo subi aqui deseoso de que gustara ^^