Mediolleno/mediovacío
- publicado el 30/09/2009
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Maderamen/ Rarefacción
Maderamen
Rarefacción
Nunca me han dejado ver lo que hay dentro del pequeño maderamen . Dice mi madre, como hablándose a sí misma, que no debo curiosear, porque no es cosa para niños. Yo no soy un niño. Lo sé. Tengo ideas raras que mi madre a veces sospecha de poco infantiles. Yo le digo que no se preocupe, que no curiosee demasiado, que su hijo le quiere como una verdadera «mamá»; le digo que no mire muy adentro de mi cabeza porque no es cosa para adultos.
Mi padre no existe; él no me lo quiere decir. Tiene vergüenza, se nota en la mirada: la aparta cuando pregunto. Me responde con poca fuerza mientras hace otras cosas, y a veces no se da cuenta de que no contesta a mi cuestión. No me enfado; es normal, es adulto. Pero aún así, no lo quiere reconocer. Intento decirle que no me importa, pero no puedo. Le quiero. Y mi padre no existe: no se quiere enterar de que yo no tengo ningún parecido con él; de que «mama» me tuvo sin su necesidad. Lo sé.
Me gusta tocarme, pero creo que no se debe hacer; pero yo me toco el pito. Mi hermano también, aunque nunca me dice nada sobre ello. Se esconde siempre en algún lugar de casa. Voy detrás de él pululando, y cuando le encuentro, le susurro al oído y se ruboriza. Cuando le busco, me lo paso bien porque «el escondite» es muy divertido: solo quiero decirle que no se preocupe, que no es el único que lo hace; yo también lo hago y no quiero que se sienta solo.
Mi hermana no para de tener discusiones con el teléfono. Habla con gente( o eso cree ella) en su cuarto durante mucho tiempo, y puede estar hablando hasta la cena; bueno, mi hermano también. Yo la escucho. Ella me deja porque cree que no entiendo nada de lo que dice; pero es mentira, sí lo entiendo. Yo también tengo amigos imaginarios, y hablo con ellos. La comprendo muy bien y si estoy con ella es porque cuando se ríe, o llora, o no para de hablar, necesita estar con alguien, porque claro, está sola. Yo hablo con mis amigos mientras ella también lo hace. Creo que son los mismos: Juan quiere «romper», María es una «guarra», Cristina es la nueva novia de Juan…
Todos viven en su burbuja privada.
Hoy he aprendido la palabra rarefacción. Significa algo así como que el aire se hace más pequeño y menos pesado. ¿Los espíritus son aire? creo que es la única cosa que aún no sé. Mi madre me va a enseñar que hay dentro del maderamen. No sabe que yo ya lo sabía, se lo quise decir pero es adulta y reza mucho, como toda la familia( aunque mis hermanos casi no lo hacen). Rezan por mí, y yo les oigo con claridad. Hoy es un día especial, al parecer. Así lo decidieron ellos después de incinerarme. Mamá va a abrir la caja de madera; ya sé que ahí está mi cuerpo en polvo de cenizas. Lo sé. No os preocupéis.
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Hacía tiempo que no leía un relato tan contundente. Enhorabuena.
Para aclarar:
maderaje o maderamen
1. m. Conjunto de maderas que se emplea en una obra.
rarefacción
1. f. Disminución de la densidad de un cuerpo gaseoso.
Gracias por el comentario.
la palabra «maderamen» a pesar de entrar dentro del mundo de la construcción de edificios o parecidos, me gustó y le hice referencia añadiendo el adjetivo pequeño para hablar de la caja de madera. Son caprichos que uno no sabe muy bien a dónde le llevan. jajajja
Curiosa palabra :D. Estoy de acuerdo con Zilniya, en lo de contundente.Muy bueno 🙂