Ese fatidico segundo de cada dia
- publicado el 26/08/2011
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El libro
Hola a todos y todas:
Hoy es un día muy importante para mí me ha costado mucho llegar hasta aquí, pero por fin he podido hacer realidad uno de mis dos sueños en esta vida.
En primer lugar os explicaré el primero: he terminado de escribir este libro que me ha llevado unos años de mucho trabajo, y hoy, por fin, lo presento ante todos vosotros, amigos, gente que no conozco, pero que me apoyado y todos los familiares que están en esta sala.
Cada día cuando me levantaba, después de ducharme, cogía el ordenador y marchaba a la playa de al lado de casa y me sentaba en unas rocas donde el agua no llegaba.
Me quedaba escuchando el ruido del viento, y del mar pegando sobre las rocas; después empezaba a escribir el libro que hoy presento.
Solía estar toda la mañana escribiendo, pensando en el contenido del libro, el nombre de los personajes, los amores y desamores de los mismos, pensando en los lugares donde ellos vivirían sus aventuras.
Hacia el mediodía iba a casa y me preparaba la comida. no soy buena cocinera, pero me defiendo.
Por la tarde conectaba la impresora del ordenador y empezaba a imprimir todo lo que había escrito aquel día, para poder leer y repasar si estaba todo bien o tenía que cambiar algo.
Escribir el libro me llevó unos cuatro años de trabajo, pero tenía tiempo libre, yo no podía trabajar y hacía poco que había terminado de estudiar, y para pasar el tiempo tuve la idea, una idea que parecía que nunca se haría realidad y que hoy puedo decir que ha cumplido.
El título del libro es «Los colores de la noche», ¿y por qué este título? Este título no me costado nada elegirlo, enseguida supe que este seria el titulo del libro, porque es el primer sueño que mi gustaría que se cumpliera, y que se a cumplido que es publicar este libro.
Porque mi segundo sueño que creo muy difícil de cumplir es poder ver la portada de mi libro, ver la gente que tengo al lado , poder ver los colores del paisaje que tanto me han inspirado, en definitiva tener vista, que no he tenido nunca.
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Campomar, ya van tres (por lo menos) que usas ese recurso de relatar algo cotidiano y volverlo todo trágico en el último párrafo. No abuses de la idea y prueba con más registros, o te volverás muy predecibe. Por no hablar de que es mucho más enriquecedor para tí de que expermentes con fórmulas menos repetitivas.
Por otra parte en lo que se refiere a este modelo de relato concreto, está muy flaco. Deberías centrarte mucho más en la cotidianeidad para que el lector se identifique y luego el final sea chocante de verdad, que no parezca que sencillamente te ha dado un venazo de crueldad mientras escribías. Para ello esmerate mucho más en las descripciones, dales alma, yo personalmente las noto demasiado pretenciosas.
Entiend que es imposible sacarse un estilo literario de la manga, pero por eso precisamente creo que tienes que poner mucha más atención en el tuyo. No repitas nombres en frases tan inmediatas como haces con «título» y «libro» en el penúltimo párrafo, usa los pronombres. No te obsesiones con imágenes idílicas porque no encajan en la cotedianeidad, pero al mismo tiemo pon muchos más adjetivos, y dales carácter, humanidad; quieres realizar composiciones escénicas concretas pero no transmites lo suficiente como para que el lector las recomponga en su cabeza. Creo que un buen ejercicio para tí es que cojas un objeto con significado emocional y trates de describirlo lo más profundamente posible combinando a su vez (hasta que se entrelacen) su historia y sus características físicas.
Recuerda: Un buen relato no es lo que es necesariamente por un final sorprendente ni un por ritmo determinado, el estilo, sin embargo, por muy personal que sea debe estar cuidado. Un muy válido ejémplo de lo que quiero decirte es Ernest Hemingway. Prueba a leer relatos suyos, encontrarás muchos en la web si buscar es un problema.
P.D.: Creo que este relato lo has publicado dos veces en fechas separadas. Deberías borrar uno.