Elegía a mi moro

– Por favor, moro bendito,

entregue su ciudad en calma.

A cambio os daría mi alma.

¡Por favor! ¡Os lo suplico!

 

Si no lo hicierais, rendiría mis ejércitos,

los mandaría tan lejos

que no podríais ni verlos;

ya no tendrían cabida ni en vuestros días ni en vuestros sueños.

 

Si no os rendís, os enviaré mil tributos

financiaré vuestras campañas,

ganaréis todas vuestras batallas

y mantendréis siempre vuestro culto.

 

Si resistís, me alejaré de vuestras murallas,

excepto por cien mamposteros

que reconstruirán por entero

lo que antes bombardeé con saña.

 

¡Por favor, moro bendito!

Que no quiero echaros de menos.

¿Con quién pagaré mis furores y deseos

si no os tengo como enemigo?

khajine
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