Los amos del mundo no son nada en la vastedad del universo

Las estrellas se mostraban en el firmamento, el satélite del mundo se mostraba imponente en el cielo, las calles vacuas, mustias y oscuras eran el largo camino hacia sus hogares en los cuales sus seres queridos estarían esperándolos para disfrutar la cena.

– ¡Creo que la profesora tiene problemas conmigo! – exclamo irritada Elira, recordando que le había regañado por no haber cumplido con las tareas y llegar tarde a clases.

– ¡No me hagas perder el tiempo! ¡Ya estamos fuera del instituto hace varias horas! ¡No hablemos de eso! ¿Quieres? – le dijo Jeson, su compañero de aula, mientras se escuchaban pasos detrás de ellos.

– ¡Espérenme! – gritaba alguien en medio de la vacuidad y la lobreguez.

Varias irradiaciones se pudieron contemplar efímeramente en el cielo, como pequeños cometas deambulando a una distancia cercana a la superficie, tal vez un insólito fenómeno del cielo, los astrónomos de Nauscalom daban diversas interpretaciones del fenómeno que solo se presentaba en las horas de la noche y en lugares vacios, los testigos siempre se encontraban a una distancia considerable observando la inmensa ciudad en la que moraban.

– Esta vez mi mamá cocinará algo especial para la cena, porque festejamos el nuevo reconocimiento que recibió mi hermano mayor en la universidad de Yarlem, cosas que no entiendo todavía, pero que es muy importante.

Elira exclamó:

– En la mía no celebramos nada, la cena será la misma de siempre.

Carlor los alcanzó y golpeó a Jeson en la espalda con una fuerza tal que lo hizo reaccionar instantáneamente, se dio la vuelta y comenzó a agarrar a Carlor por los brazos tratando de agredirlo en represalia por haber recibido ese descomunal golpe, se soltaron y comenzaron a pelear.

– ¡Basta! – grito Elira.

– ¡Eres un estúpido Carlor! ¡No voy a aguantar tus idioteces nuevamente! – le gritó mientras lo empujaba al suelo y se ponía sobre el propinándole golpes al rostro, una feroz paliza por haber sido agredido a traición.

Las irradiaciones volvieron a asomar en el cielo, cerca de donde se encontraban los tres niños, pero a menor altura y pasando de ida y vuelta, como si quisieran algo de ellos o como si los estuvieran buscando, solo Elira se dio cuenta de que ahora tenían otro problema.

– ¡Y este último por haberme lastimado la espalda! ¡Sabes que nací con problemas en mi espalda! – gritó irritado mientras le propinaba el golpe de gracia en el rostro, dejándolo tirado en el suelo.

– ¡Y quédate ahí por un buen momento! Tengo que volver a mi casa y dejar a Elira en la suya.

Elira con temor le dijo a Jeson:

– ¡Hay algo en el cielo! Creo que nos esta siguiendo Jeson, tengo miedo, por favor volvamos rápido a nuestras casas….

La sombría calle por la que habían venido comenzó a brillar intensamente.

– Solo son adultos con sus antorchas, Elira, no te preocupes.

Ruidos como de una máquina provenían de la insólita luz, como si fuera un artilugio con la capacidad de emitir su propio brillo, tal vez un ingeniero de la ciudad lo estaba probando en medio de la noche.

El malherido Carlor que ya se disponía a levantarse comenzó a ser arrastrado a la irradiación.

– ¡Jeson! ¡Elira! ¡Ayúdenme! ¡Me duele el cuerpo! ¡Quema! ¡Llamen a mis papas! ¡Ayúdenme! – exclamaba asustado y luchando para no ser arrastrado hacia un destino incierto.

A Jeson y Elira solo se les ocurrió correr lo mas lejos que podían mientras dejaban a Carlor a merced de lo desconocido que seguramente ahora iría tras ellos a través de la vacuidad y la lobreguez de la noche, en su mente solo existía una cosa el miedo, algo que les impedía hablarse entre ellos mientras escapaban a lo ignoto.

La irradiación los rodeo, Jeson y Elira sintieron como su fuerza se les iba como si algo la estuviera absorbiendo, el miedo impidió a su cerebro pensar en otra cosa que no sea lo que los estaba persiguiendo.

Todo volvió a la normalidad en aquel sector alejado de la megalópolis de Nauscalom, muchas personas volvieron a pasar por el lugar del suceso pero nada les ocurrió, se dirigían a sus casas o al centro de la ciudad donde se encuentran las mayores concentraciones de personas, la vida de los ciudadanos de esta antigua ciudad continuaba normalmente como si nada insólito hubiera acontecido.

Rimer se encontraba investigando los movimientos de las estrellas en la biblioteca de la universidad de Yarlem, tenía un rostro atractivo y abundante y largo pelo negro, era algo raro en el mundo pues tenía inteligencia y belleza a la vez, por supuesto tampoco era la mujer mas bella del mundo, pero no le faltaban propuestas de los demás universitarios para salir una noche a divertirse o para disfrutar de su sexualidad, cosa que ella rechazaba porque tenía otras preferencias que ocultaba debido a la mente cerrada de la mayoría de la gente.

No era el momento de que sus verdaderas emociones salieran a la luz.

El autor del libro «La complejidad del espacio» era un tal Lian Nivers, que estudió en Yarlem para posteriormente dirigirse a tierras lejanas a continuar con sus investigaciones, en un viaje a la megalópolis de Adriamdora adquirió libros antiguos con imágenes sobre las estrellas que nadie supo quien los había dibujado, solo sabían el lugar donde se habían hallado, abandonados en una cueva dentro de un cofre fabricado de piedra, cuando Adriamdora estaba en sus albores, en la primera era de Vurtorsa.

Los antiguos moradores les dieron el nombre de Eostoriones.

Nivers paso años investigando aquellos dibujos los comparo con sus observaciones y se dio cuenta de que los Eostoriones no solo complementaban sus observaciones sino que tenían datos que no aparecían en ningún libro de estudio del mundo, el lenguaje en el que estaba escrito había sido descifrado en parte.

El lugar donde vivían era un pequeño punto girando alrededor de lo que ellos denominaban «la fuente de vida», varios puntos giraban alrededor de «la fuente de vida», pero este conjunto se movía sin sentido en un «gran conjunto», existían muchos como estos, pero no existía alguna señal que indicara que se movían alrededor del centro de algo.

En los Eostoriones se encontraba un listado de estrellas, conocidas y la gran mayoría, desconocidas, con glifos a su lado, obviamente eran sus datos, también contenía dibujos sobre algo que no eran ni estrellas, ni planetas, ni cometas, ni ningún astro conocido, señalaban que eran mas allá de lo conocido se encuentran formas mas complejas que no obedecen las leyes de lo conocido.

Nivers completo su enciclopedia «La complejidad del espacio» con la ayuda de los Eostoriones que ahora se encontraban en un lugar de difícil acceso en alguna de las torres del complejo sistema de construcciones que conformaban el gobierno de Nauscalom.

Rimer estaba tan concentrada en sus estudios que olvido que ya era de madrugada y que todos se habían retirado a sus hogares a dormir.

Cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde.

– ¡Maldito encargado! ¡Se le olvido avisarme! – dijo irritada olvidándose que había entrado a las profundidades de la biblioteca donde nadie podía verla ni sentirla.

Cerró el tercer volumen de «La complejidad del espacio» y lo metió en su bolsa.

Después de caminar por un largo periodo de tiempo se dio cuenta de que era imposible salir, desesperada comenzó a explorar la gran biblioteca de Yarlem en busca de otra salida.

Pero fue inútil.

Volvió al lugar donde se encontraba leyendo «La complejidad del espacio» y se sentó para pensar en lo que debería hacer.

De pronto vio algo que llamo su atención poderosamente.

Una luz pasaba efímeramente por las paredes.

– ¿Qué es eso? – se preguntó mientras se dirigía a la pared.

Una de las paredes de la biblioteca de Yarlem estaba hueca.

– ¿A dónde lleva este pasaje?

Muerta de curiosidad comenzó a buscar algo para ver si podía salir por ese pasadizo y retornar a su hogar.

Pero la búsqueda fue inútil, en la biblioteca sobre había sillas y mesas que no podían hacer nada contra un grueso y bien construido muro.

Palpo la pared con sus manos, mientras iba explorando este muro descubrió que algunas partes eran solo una ilusión, al pasar sus manos por esos sectores sus manos podían ingresar fácilmente a través de la pared.

– ¿Qué rayos?

Pronto se dio cuenta de que ciertos sectores de la pared eran solo una ilusión creada por algún arquitecto con mucho potencial en el arte de engañar al ojo humano, una pared que era impenetrable pero a la vez penetrable si uno sabía a donde tenía que mirar y tocar.

Rimer ingresó sin problemas al lado oculto de la biblioteca de Yarlem.

El lugar era sombrío a no ser por la pequeña luz que vislumbraba efímeramente por el lado de donde había venido.

Ante ella yacía un gran túnel que terminaban en un lugar desconocido.

Muerta de curiosidad se interno en los lados ocultos y secretos de la ciudad de Nauscalom.

Mientras caminaba pensaba en lo que encontraría mas allá, tal vez un libro perdido o una mina de oro o a lo mejor un lugar que ha guardan secretos inimaginables.

La pasillo terminaba en un pequeño salón oval, solo una escalera se encontraba ante ella.

Decidió bajar al fondo de lo desconocido.

Los libros aseveran que Nauscalom fue fundada por los reyes de civilización mas antigua del planeta, el nombre de la civilización era Imusera, ubicada en el continente oriental de Arsiam, los distintos textos tiene versiones distintas de lo que ocurrió en Imusera.

Estos reyes gobernaron sabiamente pero con el inexorable paso del tiempo Imusera comenzó a decaer, los textos citan distintos acontecimientos que tuvieron lugar en Imusera, lista de los distintos reyes que la gobernaron, acontecimientos importantes, la ciencia que desarrollaron, las guerra en las que estuvo involucrada, su evolución por los años y su decaimiento, ahora Imusera son solo ruinas en el mismo lugar donde se originó.

La arquitectura de Nauscalom es superior al del resto de las ciudades del planeta, la principal característica son sus altas y curveadas torres que sirven tanto como la vivienda de los miles de ciudadanos como para las funciones administrativas de la ciudad.

En el centro de la megalópolis esta erigido el complejo de gobierno, Centrus Mundar.

Centrus Mundar esta rodeado de mas de 100 torres erigidas los arquitectos Huns Dulger y Wurmer Skops hace mas de 2000 años, los textos citan que mas de 100.000 obreros fueron usados para construirlas de las cuales murieron miles antes de su finalización, se utilizaron enormes piedras en las partes inferiores, para la parte superior se utilizó un material duro como la piedra y tan ligero que podía ser levantado por una persona sin dificultad alguna, pero una vez que estaba en el lugar adecuado era imposible de mover.

Estas torres tienen una altura de 70 metros cada una y un diámetro de 50 metros en la base, diámetro que se va acrecentando a medida que se va incrementado la altura, el pináculo es una cúpula diáfana que alberca cosas que solo saben los que gobiernan Nauscalom, en los primeros pisos trabajan las personas que tienen que cumplir sus funciones mas allá del Centrus Mundar, pero nadie puede subir a la cima de las torres.

Ciclópeas construcciones se encuentran dentro de Centrus Mundar, todas construidas años después de la finalización del círculo de torres, por los arquitectos Mur Willms, Dam Ucram y Endre Dulstrom, según el libro «Los secretos y el pasado de Nauscalom» de Huns Gibmor, que reside en esas complejas construcciones y que una que otra vez sale para dar disertaciones a los estudiantes de distintas universidades sobre la historia y el pasado.

El centro de Centrus Mundar lo ocupan las torres mas grandes del mundo cuya altura aproximada es de 300 metros, todas interconectadas entre ellas mediante puentes aéreos, la que se encuentra en el medio sin embargo es la mas imponente ya que su altura sobrepasa los 350 metros y es el oscuro lugar donde gobiernan 6 personas cuya identidad es un misterio.

El nombre de la torre principal es Cimundros.

Cinco pilares con forma de cuarzo de una altura de 100 metros rodean el medio de Centrus Mundar, no tienen puertas ni ventanas, nadie en el mundo sabe de que están hechas con excepción de los que las construyeron bajo las ordenes de Kiliom, cuya tumba se encuentra en el cementerio en la parte oeste de Nauscalom, su lápida solo indica la era de su muerte: Primera era de Vurtorsa.

La noche se iba apoderando de este lugar del mundo y varias personas discutían en un salón demasiado oscuro.

– La gente de Nauscalom no debe conocer lo que en realidad esta ocurriendo sobre los niños que desaparecen sin explicación en las calles, ya ordené diseminar varias historias para que sean publicadas en las plazas, así los ciudadanos estarán confundidos y no sabrán cual creer.

Todos respondieron al unísono.

– Estamos de acuerdo.

El que estaba hablando continuo:

– Es peligroso que las entidades a las que gobernamos y sometemos despierten del sueño que les hemos impuesto, deben continuar viviendo su vida normalmente sin la capacidad de ser poder contemplar la realidad.

El salón se volvió oscuro, la sesión había terminado.

Los cinco pilares como cuarzo que rodean el centro de Centrus Mundar comenzaron a virar silentemente sobre su propia base, hasta alcanzar una velocidad de rotación moderada, en un momento dado comenzaron a centellear y de la cima del pilar salieron a toda ciudad infinitas ideas y pensamientos que ingresaban en la mente de las personas ordenándoles que se hagan lo que tengan que hacer, despertar, trabajar y dormir.

Los habitantes de Nauscalom vivían su vida normalmente ignorando la tecnología de los que los regían hacia en sus vidas, ignoraban que eran esclavos cuyos cerebros estaban conectados a una gran máquina de cinco pilares que los encadenaba desde que nacían hasta que morían.

Pero los libros de ciencia e información de Nauscalom indicaban que los cinco pilares fueron construidos por Gustan Burg con ayuda de los que vinieron del cielo para purificar el aire de la ciudad porque hace mucho tiempo vinieron seres hostiles hacia los humanos del mundo de Ageur, al no poder cumplir su objetivo de conquistar el mundo decidieron contaminar el aire, millones de seres inocentes murieron al cabo de unos años, los que vinieron del cielo decidieron ayudar a la humanidad creando «Los pilares de la purificación» planos que fueron entregados a Gustan Burg para su construcción, estos pilares tenían el objetivo de convertir el aire contaminado en aire normal para lo cual debían ser activados cada vez que la estrella del sistema planetario se pone en el cielo. Esa es la historia oficial del funcionamiento de «Los pilares de la purificación» que se podía encontrar en cualquier tienda de artículos o cualquier biblioteca de la ciudad.

Pero la realidad era otra, mantener un pueblo sumiso, esclavo y sin la voluntad para rebelarse contra sus verdaderos enemigos.

En una plaza varias personas se amontonaban para leer las últimas noticias.

– ¡Atraparon al secuestrador y asesino de niños! – exclamó un anciano que como todos estaba bajo los efectos del Mundros Ipmos – ¡Su juicio comenzará la próxima semana!

Una persona se acercó al anciano y le mostró un papel con otra información.

– Esta usted muy equivocado, el supuesto criminal es inocente, aquí tengo la verdadera información – le mostró en su cara avejentada el papel – ¡Son traficantes de menores que los llevan a otros lugares del mundo para que sirvan de esclavos!

– ¿Está seguro señor? – Le preguntó el anciano.

– ¡Por supuesto que sí! Siempre leo las noticias que ponen en las plazas y nunca se han equivocado.

– ¡Pues parece que ya se han equivocado! ¡Porque yo no creo ninguna de esas dos historias! – gritó un hombre gordo que en tono agresivo se acerco a las dos personas.

Existían grupos de personas que apoyaban o refutaban una misma mentira y muchos grupos de personas que apoyaban o refutaban varias mentiras que es lo que querían los que crearon esas mentiras, esconder la realidad confundiendo al máximo a una población que de por sí era incapaz de hacer algo por los efectos del Mundros Ipmos cuya finalidad se podía encontrar en cualquier lugar de la ciudad de Nauscalom, una mentira para ocultar la horrible realidad.

En otro lugar de Nauscalom, tenía lugar una conferencia que titulaba «El origen del mundo y el poder en la sombra», el expositor era Dav Keifs.

Dav Keifs era un hombre de pelo rubio, ojos azules, mirada tranquila y era famoso en esta parte del continente por sus teorías sobre los que supuestamente gobiernan el mundo.

El salón de conferencias estaba repleto por personas a las que le atraían este tipo de ideas y querían conocer el supuesto pasado del mundo, gente de todo tipo y clase escuchaba atentamente a Dav Keifs, teorías sobre como seres de otro mundo habían llegado a Ageur, se habían cruzado con los nativos de Isumera y serían los reyes que gobiernan en cada rincón del planeta.

Dav Keifs era agresivo en sus discursos atacando a los que supuestamente gobiernan el mundo.

Desde Cimundros, aquellos oscuros seres que lo podían contemplar todo desde la cima del mundo, veían con placer y agrado las teorías de Dav Keifs, para ellos Dav Keifs era solo otro de sus agentes para hacer creer a la población una historia muy alejada de la realidad, pero como sus teorías eran un ataque a ellos nadie sospecharía nada, el pasado era distorsionado por otro títere de los que se encuentran en Cimundros, las teorías de Dav Keifs tenían sus fanáticos y sus detractores creando una confusión absoluta e invisible, apartando a la humanidad del verdadero pasado, la historia real del mundo.

En otro emplazamiento de Nauscalom solo se escuchaba lamentos.

Jeson se encontraba llorando en una sala oscura, junto con otros niños que ignoraban que estaban haciendo en un lugar tan tétrico, después de todo solo eran niños que todavía no comprendían hasta donde pueden llegar los seres humanos con tal de obtener riqueza y poder.

La sala fue iluminada por una luz que provenía del techo, pero eso no alivio la tristeza de los que se encontraban como animales enjaulados en un lugar que tal vez nadie nunca los iría a buscar.

Jeson trató de encontrar a Elira aprovechando la luz que había movido las sombras.

– ¡Elira! ¿Dónde estas Elira? ¡Responde por favor! – gritaba mientras se abría campo entre los demás niños que se encontraban dormidos o llorando – ¡Elira! ¡Responde por favor!

Recordó como había golpeado a Carlor la noche anterior, si no hubiera hecho eso tal vez habrían podido escapar lejos, lejos de lo que los tenía ahora prisioneros.

– ¡Elira! – gritó mientras la luz desaparecía.

– Creo que tu amiga se fue la noche anterior – le dijo alguien que no podía apreciar en la oscurana.

– ¿Quién eres? – pregunto Jeson.

– Soy Jusen, estaba regresando a mi casa en medio de la noche cuando de repente pude ver como un fantasma hecho de luz se acercaba a mi, luego desperté en este lugar, pude ver como esa luz se llevó a muchos, eso es todo lo que te puedo decir, quiero dormir pero no puedo…….. ¡Ya quiero que mis papás vengan a buscarme antes de que retorne esa luz!

Jeson comprendió que había dormido mas de un día.

– Recuerdo una historia que me contaban mis papas antes de dormir – dijo Jeson tratando de aliviar el sufrimiento de el único que le había dirigido la palabra – cuando alguien esta por pasar a otro mundo donde viven los dioses y donde el placer es infinito puede ver una hermosa luz acercándose a el, una vez en el otro mundo los dioses te agradecen.

El techo se volvió a iluminar, todos los niños que se encontraban en la enorme prisión se elevaron a la luz, sus gritos eran inaudibles por el ruido de la máquina que los estaba elevando a su interior.

Solo era eso, una hermosa luz.

En la plaza de Bancrufs, un joven vendedor de bebidas contemplo la luz que desaparecía en el cielo, golpeó suavemente a su compañero que le ayudaba con el negocio, le dijo:

– Es la luz que llega del cielo cada cierto tiempo, se va cuando puede contemplar que todo se encuentra bien en la ciudad ¡estoy seguro de que se fue feliz porque todo marcha bien en esta parte!

El libro «Mitos y leyendas de Nauscalom» del autor Stev Agrun, dice que la luz que cada cierto tiempo aterriza en una de las torres de Centrus Mundar para posteriormente perderse en el cielo, tiene su origen en una leyenda en la cual seres que vinieron del cielo y adoraban a la humanidad decidieron mandar una pequeña estrella al Centrus Mundar para que irradie toda su energía positiva a sus alrededores, luego de que la energía positiva queda irradiada en la megalópolis la luz se retira.

El libro «La luz que irradia amor» de la autora Anne Fairus, apoya la teoría aseverando que la energía debe ser irradiada cada cierto tiempo para que la mente de los ciudadanos tenga pensamientos positivos y en una de sus capítulos conjetura que de no ser por esa luz entonces el ciudadano de Nauscalom entraría en un estado de maldad debido a la inexistencia de energía positiva.

El autor Tum Busmort en su libro «La nueva época y sus falacias» arremete contra la teoría de Anne Fairus, aseverando que esa luz no tiene nada que ver con energías positivas de seres de otros mundos benignos sino que es un proyecto secreto del Centrus Mundar, con datos precisos y milimétricos del proyecto su libro se puede encontrar en algunas librerías que tienen libros sobre conspiraciones.

Cada quien creía en lo que le convenía.

Pero solo eran mentiras para confundir al extremo a los que moran en la ciudad, falacias para ocultar una verdad que de ser rebelada provocaría el caos en una ciudad extremadamente tranquila y que no necesitaba ser esciente de los horribles secretos que guarda en su interior.

Pero Nauscalom era solo un insignificante punto del planeta, un planeta que también era un anodino punto de un conjunto mayor.

En otro lugar desconocido del universo dos extrañas entidades que se contemplaban la mayor obra de ingeniería a megaescala del planeta.

Era la construcción mas alta del planeta, representaba una entidad tan increíble como monstruosa, erigida cuando su mundo era todavía joven con un material conocido como Vivrum, que solo se encuentra en el centro de pocos planetas inhabitables para la mayoría de las entidades que moran en el vasto y complejo universo.

Era el Deuz Angruviotrudor.

Representaba la deidad de aquel mundo, la entidad que creó la vida y que tiene el deber de conservarla así como la armonía y el orden, el origen de su mito se pierde en los orígenes del universo.

El «Cosmogundor» contiene la primera parte del mito del Deuz Angruviotrudor, asevera que la entidad llegó de un lugar que se encuentra mas allá de las fronteras del universo con la capacidad de poder desplazarse por el espacio a velocidades superlumínicas, arribó al mundo cuya vida estaba por extinguirse debido a la destrucción inevitable de su atmósfera.

Los restos del mito del Deuz Angruviotrudor se encuentran perdidos, tal vez en el fondo de los océanos, en una ciudad que se encuentra bajo las arenas de algún desierto o en el interior del planeta, el mito termina aseverando que el Deuz Angruviotrudor debe conservar la vida en el planeta emanando la sustancia que mantiene la vida en el mismo, el Hidurgeniom, los dibujos encontrados en libros que contienen la historia del mundo describen el aspecto de Deuz Angruviotrudor, un ser gigantesco y monstruoso proveniente de mas allá de las fronteras del universo.

La máquina que emana el Hidurgeniom, la sustancia que mantiene la vida en el planeta, fue hecha según las representaciones antiguas de los libros que se encuentran en la ciudad primigenia, Vrugidion, cuyas imponentes y refulgentes construcciones se encuentran rodeando la pasmosa máquina y cuya extensión es tan grande como todo el continente de Emdorpia emplazada en la parte norte del mundo de Ageur.

El Deuz Angruviotrudor tiene decenas de extremidades inferiores, similares a gruesos troncos de árboles las cuales están plegadas como las de los arácnidos, sus extremidades inferiores terminan en patas que parecidas a las de algunos reptiles de 10 a 50 dedos en cada una las cuales terminan en algo como una esfera aplanada, su torso era casi similar al de un ser humano solo que muy delgado en la parte inferior y muy grueso en la parte superior, se desprenden cinco gigantescos apéndices que terminaban en una mano con inmensos dedos que rodeaban una gigantesca esfera, estos apéndices tienen una extensión que puede llegar hasta la base de la construcción; en estos segmentos del cuerpo tenía cientos de complementos que podrían ser aletas de distinto tamaño y grosor, los ingenieros y manipuladores de esta colosal máquina podían hacer que estas extremidades puedan adquirir distintas posiciones, la parte superior que ocupaba la mitad de la altura del Deuz Angruviotrudor estaba conformada por decenas de cabezas cuyos cuellos eran similares a las extremidades inferiores pero no estaban plegados en ese sentido sino en uno que hacía parecer que sus cuellos eran como troncos doblados en 90 grados de un árbol grueso, estas cabezas tenían rostros de niños o bebes humanos y poseían de tres a diez decenas de ojos cada uno los cuales se encontraban cerrados en ese momento, una línea negra vertical se encontraba en el lugar donde debía encontrarse la boca, el color de la obra de ingeniería era del metal del que fue hecho: negro, con innumerables y caóticas líneas y sectores verdes que irradiaban en la noche dándole un aspecto prodigioso, el color de los rostros era como el de los niños humanos.

Pero un mito hablaba de que el Deuz Angruviotrudor no tenía esos rostros, los originales de la arcaica entidad eran en realidad como portales a otros lugares, rostros como ventanas que irradiaban luces extraordinarias que podían ser contempladas a mucha distancia y que cambiaban de forma pero conservando las irradiaciones. Por motivos desconocidos los ingenieros decidieron darles rostros de niños, se dice que fue una orden que vino desde muy arriba.

Cinco naves con forma de torres se posaron en los extremos de los apéndices superiores del Deuz Angruviotrudor, dejaron la materia prima y se retiraron al espaciopuerto de Vrugidion, esperando el momento en que tengan que retornar al mundo de Ageur para mantener la vida en su planeta.

El elemento esencial de la máquina comenzaba a moverse por las esferas.

En una plataforma un niño comenzó a preguntarse:

– ¿Donde estoy? ¿Por qué me duele la cabeza? – se preguntó Jeson cuyo último recuerdo era haber sido tragado por una luz – ¿Qué es este lugar?

Otros niños como el yacían tendidos en la esfera que emanaba un brillo intenso, algunos comenzaron a caminar en buscar de respuestas en un lugar en el que no iban a obtener ninguna porque solo eran elementos para mantener la vida de un longincuo mundo tal como los animales no pueden reclamar en el mundo de los humanos antes de ser devorados debido a su condición inferior.

El ser humano nunca ha sido el pináculo de la cadena alimenticia, debido a su antropocentrismo ha creado conceptos espurios sobre el universo que los rodea, pero los conceptos reales era mejor mantenerlos en secreto debido a que una especie racional es incapaz de asimilar que existen especies superiores que se nutren de ellos o usan sus crías como materia prima para preservar la vida de un planeta ¿Entenderían los ciudadanos de Nauscalom que sus hijos son asesinados para fabricar cierta sustancia que mantiene la atmósfera de un planeta libre de otras sustancias letales?

Jeson contempló al Deuz Angruviotrudor que se elevaba cientos de metros en dirección el cielo, decidió ir al borde de la plataforma que se encontraba en una parte baja de la esfera para obtener respuestas.

Ignoró a los demás niños mientras se dirigía a su objetivo.

En su mente solo encontró confusión y miedo.

Se encontraba a cientos de metros de altura, no tan lejos podía apreciar lo que simulaba ser las decenas de extremidades inferiores de la pasmosa entidad, en la lejanía una ciudad que brillaba con todo su esplendor y gloria.

– ¿Qué es este lugar? ¡Donde estoy! – grito desesperado mientras se dirigía nuevamente al lugar donde había despertado para echarse a llorar – ¿Hemos viajado al futuro? – se preguntó mientras derramaba lágrimas en la plataforma.

Cientas de naves volaban en dirección a la ciudad, algunas pasaron cerca de donde el se encontraba.

– ¿Son los vehículos de los dioses? – se preguntó – ¿Es cierta la historia que me contaron mis papas? – Pensaba mientras descargaba su amargura.

Desde el centro de control de la maravilla del mundo, varias entidades contemplaban monitores donde se podía apreciar el funcionamiento interno y externo de la máquina preservadora de la vida en su planeta, contemplaban como los niños deambulaban en las esferas que simulaban ser las manos del creador mediante las pantallas, sin sentimientos y fríos comenzaron a poner en funcionamiento su prodigiosa obra de ingeniería.

– ¡Debemos detener la gravedad en las esferas e iniciar las centrifugadoras de organismos orgánicos! ¡A mi señal, todos activen el código Inicdros! – ordenaba alguien que era mas alto que los demás y que se encontraba ubicado detrás de una gran pantalla que solo podía contemplar el – ¡Turz!, ¡Duvors! ¡Unon! ¡AHORA!

Las entidades apretaron al unísono un gran botón de color rojo que tenía grabado una especie de marca que la distinguía de las demás.

– ¡Tenemos un problema en la centrifugadora Duvors! ¡Es necesaria la iniciación del protocolo de reparación Cuador! – exclamó alguien que palpó su monitor moviendo la maquinaria necesaria para la reparación del error.

El aire de las esferas comenzó a tornarse rojizo, las esferas donde se hallaba la materia comenzó a rotar, pero extrañamente nadie se caía ni resbalaba, parecía un efecto óptico como los que hacían las personas del entretenimiento en Nauscalom.

– ¡Activen los procesadores de Almuner! ¡AHORA!

Los ojos del Deuz Angruviotrudor comenzaron a abrirse y brillaron con baja intensidad, fulgores de color rojo como si el antiguo creador de vida hubiera despertado, observando el emplazamiento en el que se encontraba y contemplando las estrellas de donde había llegado cuando el mundo era joven, la línea vertical que aparentaba ser su boca se iba abriendo gradualmente.

Los niños comenzaron a levitar por fuerzas anti gravitatorias y el inicio de las centrifugadoras, pronto se encontrarían rotando a velocidades inhumanas dentro de las disformosa manos del Deuz Angruviotrudor, incapaces de escapar a su inexorable y horrible destino.

Los miles de ojos rojos de la tremebunda entidad los contemplaban mientras estaban siendo preparados para preservar la vida en el planeta.

– ¡Velocidades de las centrifugadoras normales! ¡Llegarán a su velocidad de rotación límite en 300 segons! ¡La materia se encuentra todavía viva en sus interiores! – exclamaba uno de los humanoides que se encontraba en un extremo de la sala de control.

– ¡Liberen las sustancias Daler, Sofrubro y Lintor en las maquinarias Hudmer! – ordenaba otro humanoide que observaba su monitor a la vez que contemplaba los monitores primarios del centro de control.

Los ojos del Deuz Angruviotrudor brillaron mas intensamente iluminando el oscuro cielo del planeta, la materia comenzó a rotar a velocidades impresionantes dentro del sector que simulaban ser las manos de la entidad primigenia creadora de la vida en el planeta.

– ¡Activen los enlaces de sustancias Vundros! En turz, duvors, unon ¡AHORA!

Los cinco disimiles brazos emitieron destellos mientras la velocidad de revolución de materia se iba incrementando, líneas rojas brillantes pasaban efímeramente por las extremidades artificiales dirigiéndose al torso para posteriormente dirigirse a las cabezas donde todo era procesado para su liberación en la atmósfera.

– ¡Nuestros monitores indican que algunos pedazos de materia continúan con vida en las centrifugadoras! – exclamó alguien que se encontraba en medio de la sala.

– ¡Eso es intrascendente! ¡La procedimiento debe continuar sin paralizaciones hasta obtener el Hidurgeniom! – le contesto otro, cuando observo numerosos datos nuevos en su monitor – ¡El proceso para obtener la sustancia que da vida esta concluyendo en los procesadores superiores! ¡Los artilugios Oridor pronto eyectarán el elemento final en la atmósfera del planeta!

Las decenas de rostros del Deuz Angruviotrudor abrieron sus bocas al extremo mostrando una expresión aterradora para expulsar una sustancia roja que se fusionaba en el aire después de unos momentos, el espectáculo podía ser visto desde lugares muy distantes debido a que la máquina para preservar la vida del mundo fue hecha de esa altura para su correcta asimilación en altitudes adecuadas de la atmósfera.

– ¡El proceso para obtener Hidurgeniom ha concluido con éxito! ¡El elemento se esta fusionando con la atmósfera del planeta! ¡Inicien el protocolo Estort!

La gran maravilla del planeta comenzó a volver a su estado original, sus ojos se iban cerrando y apagando progresivamente hasta quedar oscuros como el lugar donde siempre apuntaban las cabezas que se encontraban en la cima, el espacio sideral, las manos comenzaron a volver a su estado original, las bocas de los rostros comenzaron a cerrarse hasta que solo quedó una línea negra vertical, la antigua deidad dormiría hasta que llegue el momento de mantener la vida en el planeta nuevamente.

Algunos profecías hablan del retorno del Deuz Angruviotrudor que abandonó el planeta para volver a sectores que se encuentran mas allá de las fronteras del universo, lugares inimaginables para los insectos que moran en cada uno de los infinitos puntos de arena del mar universal, lugares donde no existe orden ni leyes fijas que los gobiernen, la profecía «Ermagonia» asevera que el Deuz Angruviotrudor volverá al planeta para destruir toda la vida, pero otros mitos dicen que esta entidad nunca creó la vida en el mundo sino que solo fue un visitante temporal y que los pocos moradores que se encontraban en el mundo le dieron esa facultad, el inevitable paso del tiempo lo convirtió en algo que nunca fue en realidad.

El mito «Aliguno» asevera que entidades como esa son en realidad destructores de mundos que moran en lugares inexpugnables para los insignificantes seres que moran en el universo, ellos pueden ingresar a estos sectores pero los que se encuentran dentro no pueden entrar a sus dominios, el mito dice que son invisibles e intangibles para los seres racionales y que solo pueden ser vistos si así lo desean.

La historia «La materia única», habla de una materia con propiedades únicas en el universo, que puede abrir umbrales a estos lugares inaccesibles y no solo permitir el ingreso a los lugares imposibles y prohibidos, sino la capacidad de contemplar estos emplazamientos.

En el espaciopuerto de Vrugidion, salieron naves de busca de mas materia prima a la ciudad de un planeta lejano donde se había creado una confusión extrema, distintas versiones fueron diseminadas para que cada uno crea en lo que mas le convenga, ¡pero todas espurias! porque la horrible verdad nunca sale a la luz pública debido a su alto contenido para enajenar la mente de aquellos que se enteren de ella y su alto peligro para la sociedad que todavía es inmadura para entender que existen seres superiores que se nutren de ellos o los usan para fines indecibles.

El tiempo continuaba transcurriendo en la vida del universo.

En Ageur, una amenaza se encontraba a cierta distancia de Nauscalom, la ciudad mas avanzada del planeta.

Giana Gantros era una hermosa mujer de pelo negro, su rostro no sobrepasaba los 25 años y era blanco como la luz de la estrella que alumbraba este parte del planeta, su altura algo mayor que el promedio de esta parte del continente, su armadura negra plateada refulgía dándole un aspecto sublime.

Giana Gantros era la dirigente suprema del ejército de Antreduriam, la Fudoura, se encontraba cerca de penetrar la ciudad mas avanzada del planeta, su ejército constaba de 250.000 unidades, las cuales habían arrasado la isla de Ingastenland, conquistando y venciendo a los ejércitos mas fuertes del planeta, originalmente su ejército constaba de mas de 400.000 unidades, la mayoría perecieron en las batallas de Gutard, Birmoria y Hoult cuando el general del ejército de Nauscalom, Dug Branag, trato de frenar la invasión, que según sus superiores iba a ser tan fácil como someter invisiblemente a su pueblo.

Pero el general Dug Branag fue derrotado en las tres batallas, el ejército que tenía a su mando constaba de 30 Lugeones y 5 Baramunes algo similares a los del imperio de Durvoltiania, por no decir iguales, murió peleando hasta la muerte en contra de una masa de soldados en el epílogo de la batalla de Hoult, acaecida 30 días antes, lo cual daba libre paso al imperio de Antreduriam para ingresar a la ciudad mas avanzada del planeta, la urbe de las nubes y las torres curveadas: Nauscalom.

Pero la guerra había comenzado muchos años antes, con el avance del imperio de Antreduriam, muchas batallas acontecieron antes de que pudieran ingresar a la isla de Ingastenland, el padre de Giana, Bridous Gantros murió en uno de esos conflictos cuando era ella tenía aún 19 años.

Pero sucedió algo que nadie esperaba.

Extraños seres que llegaron del cielo comenzaron a enseñar al ejército de Antreduriam el verdadero arte de la guerra, les dotaron de máquinas capaces de destruir a sus enemigos mas fácilmente y les guiaron para poder penetrar en la inexpugnable isla de Ingastenlad, cuna del imperio de Nauscalom.

Ahora Giana Gantros tenía en sus manos uno de los artilugios que había recibido, una especie de raro poliedro metálico en cuyo centro había un enorme agujero, era de color negro y extremadamente liviano, cuando era soltado en el aire este se quedaba flotando como si no obedeciera la ley de la gravedad o como si tuviera algo para anular la fuerza gravitatoria, pero examinar el artefacto sería algo que ella no pensaba hacer.

Ahora se encontraba a una cientos de metros de la gigantesca puerta que protegía la ciudad principal del imperio de Nauscalom, la contemplaba sola, como una persona antes de conseguir el objetivo deseado o completar un proyecto que tardó años en realizarse, Giana Gantros se sentía orgullosa de lo que había logrado y conseguido, pero faltaba un solo paso antes de alcanzar la gloria y obtener lo que ella y sus generales habían venido a buscar en el interior del Centrus Mundar: Vurumor, uno de los 23 Armeons Nukluztoroz.

– ¡MONAGAN! ¡ENGELBORG! ¡HA LLEGADO LA HORA DE DEVASTAR LAS MURALLAS! – gritó a sus dos generales quienes se encontraban en sus espaldas esperando recibir ordenes – ¡GUTARD! ¡INICIA EL PROCESO!

Monagan Bumedor era un veterano de guerra, ya había pasado los 50 años pero seguía siendo leal al imperio de Antreduriam, cuando el padre de Giana murió el era su mano derecha, fue uno de los sobrevivientes de la emboscada en el bosque Cellor.

Engelborg Brunag mostró su potencial para liderar a las unidades de guerra, todavía era un novato en el arte de la guerra cuando Giana heredó el puesto de su padre, con el paso de los años fue ascendiendo hasta llegar al lugar donde se encontraba, su carácter fuerte y su personalidad carismática destacaban en el, estaba enamorado de Giana pero una guerra no era el lugar adecuado para mostrar sus verdaderos sentimientos.

Gutard Bitterfold era un antiguo general del ejército, los seres que vinieron del cielo le enseñaron a el a manejar la máquina para penetrar el último paso, Gutard era una persona irascible e impulsiva, pero leal al imperio, junto a Monagan y Engelborg eran los hombres de confianza de Giana Gantros.

El ejército de Antreduriam se encontraba a una distancia considerable debido a las amenazas que se encontraban en murallas esperando que se estuvieran lo suficientemente cerca para atacarlos sin dudar, la desesperación reinaba en los muros.

El insólito poliedro se encontraba en el suelo, Gutard incrustó en el lazos de color metálico que según el habían sido entregados por los seres del cielo, rotó el poliedro en distintas direcciones como si se tratara de un complejo rompecabezas y dijo:

– Cuando usted quiera, Fudoura.

Los 250.000 soldados del ejército de Antreduriam estaban listos para penetrar en la ciudad mas avanzada del mundo.

Giana se acercó al poliedro, sacó un extraño artefacto con diversas ranuras, lo insertó en el hueco y dijo:

– Padre…. esto es por ti.

Una onda se dirigió a la murallas y puerta principal, los que se encontraban en los muros esperando que el ejército invasor se acercase los que se hallaban en los muros contemplaron como las piedras salían expulsadas ante el avance de la onda, cuando la onda tocó su objetivo, la puerta y las murallas comenzaron a temblar como si un terremoto estuviera aconteciendo, segundos después el grandioso umbral que recibió durante siglos a millones de seres humanos y las ciclópeas murallas explotaron y una vez en el aire se redujeron a partículas.

El ejército de Antreduriam comenzó a cargar en dirección al inmenso hueco dejado por el artefacto dejado por los que vinieron del cielo, la ciudad no tenía esperanza alguna ante el ingreso de un cuarto de millón de invasores cuyas ordenes eran matar a todo lo que encontraran a su paso.

En una parte de la ciudad cerca del Centrus Mundar, Wernen Mowalt caminaba tranquilamente mientras los ciudadanos corrían desesperados ante las noticias que recibieron sobre la destrucción de las murallas y el ingreso del imperio de Antreduriam.

– ¡Manden a todas las mujeres y niños a lugares seguros! – gritaba un señor de edad madura que corría desesperadamente por la calle, sin darse cuenta tropezó con una gran piedra y cayó al suelo.

Wernen corrió a socorrerlo mientras veía a muchas personas corriendo desesperadas por la calle, extendió su brazo para ayudar al señor que había caído y lo ayudo a levantarse.

– ¿Qué esta ocurriendo? ¿Por qué la gente corre de esa forma?

– ¡Han destruido las puertas de la ciudad! – dijo mientras respiraba profundamente – ¡Un ejército viene en dirección al gobierno! ¡Quieren la cabeza de nuestros líderes! ¡RÁPIDO! ¡Tenemos que escapar por las montañas antes de que lleguen aquí! – dijo desesperado.

Se limpió el pantalón y comenzó a correr en la dirección a donde se dirigía antes de caer por un óbice en el camino.

– ¿QUE ESPERAS? ¡Según un soldado con el que hable llegarán a Centrus Mundar en la noche! ¡No pueden contener la invasión!

– ¡Ve tú! ¡Yo iré después!

Sin dar respuesta, el señor se perdió en una de las calles.

Pero Werner tenía otro objetivo.

Despertó varios noches sintiéndose de otra manera, como si el estado anterior fuera un estado de prisionero inconsciente, pero al amanecer volvió a sentirse como se sintió toda su vida, comenzó a sospechar que algo no andaba bien, absolutamente todas las personas de la ciudad eran iguales en su forma de actuar como si algo extraño los estuviera manipulando e influyendo en su forma de actuar, pero cuando el despertaba en las noches se sentía de una manera única como ninguna de las otras personas que moran en la ciudad mas avanzada del mundo.

Sus sospechas se centraban en el Centrus Mundar y sus cinco pilares con forma de cuarzo, leyó información relativa a ellos pero todos hablaban de cosas que el creía que no eran ciertas, por lo tanto la verdad debía encontrarse en el mismo Centrus Mundar, días anteriores quiso ingresar al complejo sistema de torres pero le impidieron el paso, pero con esta invasión seguramente las cosas serían muy distintas ahora ya que los guardias y lacayos de la realeza estarían muy ocupados en otros asuntos.

Pero debía darse prisa porque como le habían dicho el ejército invasor llegaría a Centrus Mundar en la noche.

– Creo que no eres el único.

Se dio la vuelta y se encontró con una mujer de no mas de 20 años, de estatura media, atractiva y con una gran cabellera negra.

– Soy Rimer.

En la parte mas alta de Cimundros 6 personas discutían temas ajenos a lo que estaba aconteciendo.

– El mundo esta plagado de humanos sin valor verdadero, es por eso que esta misma noche iniciaremos el funcionamiento del Genedruasnoustrom ¡Que pondrá fin a la humanidad! ¡Es intrascendente la invasión de esos entes inferiores y la aniquilación de los que sometemos y gobernamos! ¡ESTA ES LA ÚLTIMA NOCHE DE LA ESPECIE HUMANA! – dijo Umor cuya oratoria potente y segura la aseguraba el beneplácito de sus símiles.

– El general Tubor Meisret se esta esforzando en contener la invasión, le ordene por supuesto que resistiese hasta el último suspiro de su miserable vida, claro el no tiene ni idea de lo que acontecerá esta misma noche, sus servicios serán interrumpidos por algo que ni se imagina, pero me dijo que al paso que llevan los invasores, llegarán después del anochecer – dijo Dosarut que al igual que Umor era experto en el arte de orar y mover a las masas.

– ¡Perfecto! Así los invasores contemplarán en toda su gloria la máquina del fin del mundo, la máquina que los eliminará por siempre de este planeta al igual que sus similares que no tienen valor verdadero para poblar este hermoso mundo lleno de recursos y riqueza – dijo Umor.

– Es necesario que la gente no se entere de lo que en realidad planeamos, por lo tanto sugiero que ordenar que todos los soldados resistan hasta la muerte la invasión, de una u otra manera perecerán esta misma noche, después de todo solo son tontos útiles de uno u otro bando. – exclamo tranquilamente Cuandur.

– ¿Cuanto tiempo tardará el provocar la aniquilación de las demás formas de vida que pueblan este mundo? – pregunto Cinbra.

– El Genedruasnoustroum provocará diferentes cataclismos en diversos puntos del planeta, mis cálculos dicen que tendremos que esperar unos días antes de que este planeta este vacío, muchos morirán después de lo que acontecerá, pero después de eso, un nuevo mundo nos espera a todos – dijo Treudor mientras se paraba y salía de la sala.

– ¡Ordena que inicien el proyecto del fin del mundo antes del anochecer!

La sala quedo en la oscuridad absoluta, la reunión había terminado.

Cerca a Centrus Mundar, Rimer le contó su aventura el la biblioteca de Yarlem, como había conseguido ingresar a lugares secretos y como había descubierto que ese lugar estaba conectada por túneles secretos a distintos lugares de la ciudad, encontró documentos y mapas, le mostró uno a Werner.

– Es el mapa para penetrar en el complejo de torres.

– ¿Como sabías que yo planeo ingresar ahí? ¿Acaso me estabas espiando?

– Puedo ver los pensamientos de las personas y los tuyos son similares a los míos, yo también desperté varias veces en la noche sintiendo que era otra persona, pero no sospechaba nada de los cinco pilares que rodean el gobierno – le miro fijamente a los ojos – tenemos un objetivo en común Werner, toda la información que nos rodea es espuria y por lo tanto debemos penetrar el complejo de torres del gobierno para conocer la verdad, antes de que los que vinieron a conquistar lleguen a este lugar y créeme tienen armas que nunca has visto en tu vida.

Le dio la espalda.

– ¡No tenemos tiempo! la biblioteca de Yarlem no se encuentra cerca ¡Debemos apresurarnos! ¡Sígueme!

Werner no tenía otra opción, pero en su mente pensó que se podía tratar de una trampa, una trampa que terminaría con su vida pero en seguida se le ocurrió que podía tratarse de una oportunidad única antes de la destrucción de toda Nauscalom por el ejército invasor.

Tubor Meisret era el general a cargo de los Lugeones Undors y Dundors, que se encontraban en Nauscalom, no eran suficientes para contener la invasión, pero aún así el se mostraba optimista en la torre de la guerra, que se encontraba conectada junto a otras similares por puentes aéreos en el Centrus Mundar.

– ¡Las calles y las torres altas que las rodean son nuestros mejores aliados! ¡Desplazaremos las murallas artificiales en las calles Viortel, Sumordel, Brugnome y Cusdio! ¡Una vez que estén obstruidas el complejo del gobierno quedará a salvo por un tiempo! – gritaba Tubor a sus subordinados – el piso de esas calles a esta altura ya debe estar impregnado con un potente combustible ¡Necesito a muchos arqueros posicionados en la cima de esas torres! ¡Una vez que esos malditos estén ardiendo pueden disparar a voluntad! ¡La Lugeon Dundors debe quedarse en Centrus Mundar! ¡El resto a contener la invasión! ¡Ahora muévanse!

Tubor Meisret daría la vida por sus superiores a los cuales siempre les ha sido fiel, sus servicios se remontan a mas de tres décadas, dos de las cuales dirigió diferentes Lugeones con resultados que impresionaron a los que gobiernan Nauscalom, hace como 5 años lo nombraron comandante supremo del ejército en una gran ceremonia permitida solo a los que tienen logros impresionantes como Tubor, que ahora comandaría la resistencia ante la invasión del imperio de Antreduriam.

Pero cometió un error terrible.

El ejército invasor se posiciono a cientos de metros de Nauscalom, Tubor Meisret estaba esperando el momento en el que se aproximaran a los muros de la ciudad para dar las ordenes de ataque y defensa contra los invasores, pero nunca pensó que utilizarían algo desconocido para pulverizar el grandioso portón y las murallas.

Fue su primer error en el alto puesto que ocupaba, pero ya era tarde para posesionar a otra persona en su lugar, el caos reinaba en las calles y solo el y 20.000 soldados se oponían a un enemigos diez veces mayor.

Rimer y Werner se encontraban en la biblioteca de Yarlem.

– Parece que abandonaron la biblioteca ante la noticia de la invasión, sígueme, existe una entrada que nadie puede percibir, tal vez alguien quiso hacerse la burla de todos poniendo una puerta secreta en un lugar donde todos podían verla y tocarla, pero se acabo, yo misma la descubrí cuando el idiota del encargado me dejo encerrada en la biblioteca toda una noche, sabía que tenía que esconder mi descubrimiento, así que solo fingí que me había quedado dormida toda la noche en la maldita mesa ¡y se lo creyeron! ¡Cuando retorné a mi cuarto todo seguía normal! vamos Werner, ¡un mundo subterráneo que nadie ha usado en muchos años nos espera!

Werner se dio cuenta de que Rimer tenía un bastón metálico en la espalda.

– ¿Y eso que es? ¿Por que llevas un bastón metálico en la espalda?

– Es para defenderme de cualquier imbécil intente hacer algo en mi contra, a propósito tu también deberías llevar algo para defensa personal, te veo muy fácil de derrotar.

– Tal vez tengas razón, ahora ¿Donde se encuentra la entrada?

– ¡Solo sígueme!

La biblioteca de Yarlem tenía un ancho de 250 metros, desde la entrada hasta el otro extremo, en sus estanterías se encontraban libros que habían sido recopilados de otros lugares del mundo pertenecientes a todos los géneros, la biblioteca tenía un sistema de ubicación para un titulo requerido, el libro deseado estaba anotado en un gran índice que contenía el número y la fila de su estantería y se encontraban en orden alfabético, los que todavía no habían sido indexados permanecían en la última parte del gran índice, este gran libro se actualizaba cada dos meses.

Werner agarró una espada que encontró en una mesa, el comentario anterior que hizo su compañera tenía algo de razón.

Rimer solo repitió lo que hizo hace unos meses, Werner la siguió, descendieron la escalera y se adentraron en lugares abandonados acompañados de antorchas que iluminaban el camino dándose prisa antes de que el imperio de Antreduriam destruya los edificios del gobierno.

En las calles de Nauscalom la gente era masacrada sin piedad alguna por el imperio invasor, grupos de personas que se habían ocultado en algunas construcciones corrían la misma suerte que las demás porque las puertas eran derribadas fácilmente por las máquinas de guerra proporcionadas hace tiempo por los visitantes del cielo.

En las calles Viortel, Sumordel, Brugnome y Cusdio se posicionaron muros artificiales de 5 metros de alto y 3 de ancho para intentar detener el paso destructivo de Antreduriam por Nauscalom, cientos de arqueros ya estaban posicionados en la cima de las torres aledañas al lugar, el suelo emanaba un olor fétido producto de un extraño combustible adquirido al mejor alquimista de la ciudad, cuyo paradero ahora era desconocido.

– Hermosa la vista desde aquí arriba ¿No lo cree así, soldado?

– Por supuesto, pero pronto esta parte de la ciudad arderá como el resto – dijo observando los incendios provenientes de la parte cercana a donde una vez existió la puerta mas hermosa del mundo.

– ¿Crees que podamos liquidarlos antes de que lleguen a las torres del gobierno?

– ¡Por supuesto! ¡Seis calles empezando desde aquí arderán!

Rimer y Werner se adentraron en un pequeño cuarto donde había sillas rústicas y antiguas, las telarañas y el polvo dominaron el cuarto hace mucho tiempo.

– ¡Aquí encontré el mapa y los documentos! ¡Datados de hace 300 años! Si seguimos el camino en línea recta podremos ingresar a áreas subterráneas de Centrus Mundar ¡Sígueme!

Se dirigieron rápidamente al camino indicado en el mapa, cruzaron varias salas vacías, donde nadie había estado por mucho tiempo, donde solo existía polvo y telarañas en sus rincones, lugares abandonados que de no ser por Rimer se perderían por mucho tiempo esperando que un visitante ingrese en ellos para poder revelar sus secretos.

Existían muchas escaleras hacia lugares mas profundos, pero ese no era el objetivo de dos personas que buscaban la verdad que yacía en las torres del gobierno.

Una puerta metálica se interponía en su paso.

– ¡Maldita sea! ¡Esta cerrada desde el otro lado! – exclamó Rimer mientras volvía a abrir el mapa en busca de una solución.

Sus ojos se centraron en una pequeña sala que se encontraba a poco tiempo de donde se encontraban, la sala tenía una marca que señalaba que podría ser un lugar muy importante.

– ¿Qué crees que signifique?

– Tal vez que algo importante se encuentra en ese lugar.

– ¡Exacto! ¡Sígueme! ¡No debemos perder el tiempo! ¡Pronto ingresarán los soldados a devastarlo todo!

Sin dudarlo Werner y Rimer se dirigieron a la sala marcada en el mapa.

Corrieron como nunca en sus vidas en busca de otra realidad.

Se encontraban en el lugar indicado por el mapa, ante ellos se encontraba una puerta, pero no era una puerta de metal y una de madera, era una puerta de luz azul.

Sin dudar un segundo cruzaron la puerta.

El ejército de Antreduriam había sufrido cuantiosas bajas en las calles Viortel, Sumordel, Brugnome y Cusdio, pero su avance era imparable.

Ya era de noche, Giana Gantros, Monagan Bumedor, Engelborg Brunag y Gutard Bitterfold se encontraban ante Centrus Mundar, su ejército se encontraba en su retaguardia.

Pero para los seis que gobernaban eso no era importante porque ellos tenían otro planes.

Umor, Dosarut, Treudror, Cuandur, Cinbra y Feinbran se localizaban en la cima del mundo corrompidos por el poder y el deseo de destruir a la especie humana, se sentían como antiguos dioses que contemplaban a los arcaicos seres humanos desde el firmamento mientras el suelo de Centrus Mundar comenzó a temblar.

– ¡CONTEMPLEN LA GLORIA DEL FIN DEL MUNDO! – gritó Umor a la vez que Centrus Mundar comenzaba a cambiar de textura y forma – ¡CONTEMPLEN SU INSIGNIFICANCIA Y LA MUERTE DE SUS SIMILARES ANTE EL GENEDRUASNOUSTROUM! ¡EN POCO TIEMPO SOLO SERÁN CADÁVERES PUDRÍENDOSE EN UN MUNDO EN RUINAS!

Su aparentemente locura se escuchaba hasta los oídos de cada soldado del ejército de Antreduriam.

Centrus Mundar era el Genedruasnostroum, la máquina del fin del mundo cuyas 100 torres que la rodeaban eran en realidad máquinas para provocar un cataclismo de dimensiones aterradoras.

Las torres ya no eran pétreas cambiaron su textura como si hubiesen sido transformadas por lo desconocido, las torres también mutaron a una textura metálica, las personas que se encontraban dentro del Centrus Mundar murieron como si alguna fuerza maligna los hubiera quitado la vida, la Lugeon Dundors, el general Tubor Meisret, muchos otros que eran leales a sus superiores, solo tontos útiles, tontos que debían ser usados hasta que su capacidad de servir a unos pocos haya acabado para luego ser desechados como la comida putrefacta.

Las 100 torres comenzaron a lanzar destellos a un punto fijo del cielo, provocando que comience una intensa lluvia y se hagan presentes truenos y relámpagos en todo el cielo, el mundo comenzaba a sentir cambios climáticos en todo sentido.

Giana Gantros sabía que Vurumor se encontraba en Centrus Mundar y nada podía detenerla así que ordeno el ataque final al último bastión de la ciudad mas avanzada del mundo.

Comenzó la última batalla.

La insólita luz de las historias de Stev Agrun, Anne Fairus, Tum Busmort y muchos otros se dirigía a Cimundros.

En la cima del mundo las seis personas que estaban por desencadenar la destrucción de la especie humana se preguntaban que hacía aquí la nave que se llevaba a los niños a otro planeta, esta no era le fecha ni el momento adecuado para su llegada, no existían niños en los almacenes de las torres, algo raro debía estar ocurriendo.

La nave se abrió y emergió un humanoide cuyo aspecto era conocido solo por los que se encontraban en la cima, su rostro como siempre carente de emociones.

– Solo somos entidades como ustedes, pero miles de años mas avanzadas, esa ventaja en evolución y desarrollo tecnológico nos dan derecho a hacer creer cosas que no son realidad a las especies atrasadas como ustedes – ¡pero ustedes son tan detestables como nosotros! ¡Les dimos el poder para gobernar este mundo con mano de hierro a cambio de que sus hembras nos doten el producto de su organismo! ¡les dimos la tecnología necesaria para cumplir el trato que sus antepasados hicieron con nosotros! pero ustedes solo son otros títeres de las verdaderas personas que se encuentran en el poder, el poder en la sombra, los cuales son también nuestras marionetas y como tales acatan cualquier cosa que anhelamos, ya sean guerras, holocaustos y genocidios.

Werner y Rimer se encontraban en una sala con monitores flotando.

– Estamos en Cimundros, lo logramos Werner, esta es la sala donde se maquina todo en contra de la población ¡Aquí se encuentra la otra realidad que andaba buscando! – Rimer estaba emocionada.

Un monitor se desplazo hacia Rimer.

Comenzó a hablar y a mostrar imágenes:

– Los líderes de cada rincón del planeta son en realidad agentes del mismo núcleo, solo meras marionetas que tienen la función de ser las estrellas principales de un show en el cual los espectadores son los inocentes humanos quienes al apoyar una u otra postura caen en el juego de ser ovejas de uno y otro bando ingresando al show de los que gobiernan en la sombra, pero un líder sin ovejas es un líder inútil y por lo tanto debe ser desechado por razones mas que obvias, por el contrario si un líder de cualquier bando tiene muchas ovejas entonces es realmente útil porque lo que se necesita en realidad es líderes que muevan al rebaño y continúen con el show ¿Se imaginan el mundo si todos los millones de seguidores de un líder lo dejan de apoyar? ¿Esto favorecería al show?

La pantalla terminó diciendo:

– El objetivo del show es solo favorecer a unas cuantas personas.

Werner exclamo:

– ¡Quiero saber lo que traman ahora!

La pantalla comenzó a hablar y a mostrar imágenes relativas.

– El plan para imponer una nueva religión se basa en hacer quedar a alguien como héroe ante los incautos humanos mediante un show montado para hacer creer al rebaño humano cosas que no son en realidad, el nuevo dios de la nueva religión debe quedar como tal, algo que no es en realidad porque los verdaderos héroes no necesitan de ayuda invisible ni de shows montado por los que gobiernan el mundo, una vez que el rebaño se haya tragado todo, el héroe puede ser el nuevo dios de los inocentes humanos quienes contemplaron el show pero no se dieron cuenta de que fue eso, normalmente es solo un agente o miembro de sus organizaciones que finge ser del bando bueno, esta nueva religión o sistema de control es un peligro para las entidades que pueblan el mundo ya que la religión o sistema de control tiene como desventaja censurar información a largo plazo.

Werner y Rimer sintieron un leve terremoto.

En Nauscalom las torres comenzaron a quebrarse como si alguna fuerza desconocida las estuviera partiendo, el Genedruasnostroum era tan quebrantable como las torres de la ciudad mas avanzada del mundo, el cielo fue tapado por una gigantesca sombra como humo que parecía ser la causa de la destrucción, pero en el emplazamiento las batallas no cesaron.

– El imperio de Antreduriam recibió nuestro asesoramiento y tecnología solo para causar mas guerras y sufrimiento antes de la destrucción de este planeta por ustedes – dijo el alienígena a los 6 seres humanos que se encontraban en Cimundros preparando la destrucción de la especie humana – pero nada es como debería ser, los que gobernamos este mundo no somos nada en la vastedad del universo. La agenda de un planeta solo puede ser destruida por la intervención de una especie tecnológicamente superior, y lo que es mas superior que nosotros es lo que se encuentra ahora flotando en este mundo, la mente de una entidad superevolucionada, después de haber arrasado mi planeta y haber extinguido casi en su totalidad a mi especie ¡Ahora están persiguiendo a los que escaparon en distintas naves! ¡Pero yo no me voy a morir sin antes destruir lo que nos relaciona!

Grandes fragmentos de la cima del Genedruasnostroum comenzaron a caer estrepitosamente al suelo, al igual que las demás torres que ya solo eran ruinas en la que una vez fue la ciudad mas grandiosa del mundo, los cientos miles que se encontraban en Nauscalom comenzaban a desesperarse ante las grandes rajaduras que comenzaron a aparecer en distintas partes de la megalópolis.

La sombra oscura continuaba en el cielo contemplando la destrucción de la ciudad mas avanzada del mundo, como un silente asesino de masas llegado de lugares ignotos del vasto universo, cientos de portales azules se abrieron en su cuerpo recordando la leyenda del Deuz Angruviotrudor y sus múltiples rostros.

La sala de los monitores comenzaba a derrumbarse.

Werner desesperado ante lo que acontecía pregunto:

– ¿Y como nos manipulan? ¿Cuáles son sus métodos?

Un gran pedazo del techo cayo en el monitor destruyéndolo para siempre.

Decidieron salir por la puerta donde habían llegado, pero ya no estaba como si hubiera sido apagada de otro lugar de la megalópolis.

Comprendieron que morirían en el lugar que buscaron los últimos momentos de su vida.

– Werner, me enviaron los……

Grandes pedazos del techo cayeron sobre ellos.

La sombra ilumino toda la ciudad con una luz roja ante el pánico masivo de los seres humanos que se encontraban en ella, atrapados y sin salida como anodinos insectos incapaces de hacer algo ante la destrucción de una entidad humana nefasta y cruel, el ambiente ya no era el típico de la noche sin rojo, un tono rojo que era el preámbulo del ataque final.

Cimundros se partía en pedazos.

– Es el fin del mundo – exclamó Gutard antes de ser aplastado por un gran fragmento de una torre cercana.

– ¡Nunca en mi vida había contemplado esta maravilla! – dijo Giana asombrada mientras lanzaba su espada a una gran grieta se abría delante de ella.

– ¿Son los enviados de los dioses papa? – preguntó una niña en el otro lado de la ciudad cuyo padre la estaba abrazando como si fuera la última vez de su vida, se encontraban junto a decenas de personas que se ocultaban en una construcción antigua.

– Nosotros y nuestro poder no son nada – dijo Umor mientras contemplaba a su destructor en el cielo.

– Este es el momento final – dijo el humanoide, ajeno a la especie humana y junto a su especie aparentemente extinta, los amos del mundo que sucumbían ante un poder que sobrepasaba los límites de la evolución.

Toda construcción de la mas grandiosa ciudad del mundo fue pulverizada en un segundo, un ruido indescriptible la acompaño, todos fueron exterminados indistintamente, niños, plebeyos, ciudadanos, soldados, generales, la realeza y el alienígena, quienes para una civilización tecnológicamente superior son todos iguales y hacer distinciones es imposible para ellos tal como si un humano moderno estuviera distinguiendo entre el rey cavernícola y el sirviente o esclavo del cavernario monarca.

La victoria de Antreduriam en Nauscalom había sido parada, el fin del mundo había sido detenido, sus aliados alienígenas fueron destruidos, el imperio llegaba a su fin, todos los proyectos de los que gobernaban el mundo fueron detenidos.

La sombra que se encontraba en el cielo se dirigió a las estrellas de donde había llegado y junto a miles como ellas decidieron continuar viajando por el universo dirigiéndose a lugares que solo ellos conocían, eran los destructores de vida que moraban y viajaban por el universo alimentándose de la luz que les proporcionaban las estrellas, formas de vida incomprensibles para los seres que moran dentro de el y cuyo poder es inimaginable e incomparable para cualquier especie que se jacte de ser la mas evolucionada del universo.

Ya solo se escuchaba la lluvia y los truenos, mas de 1 millón y medio de seres humanos encontraron una tumba común.

La mañana siguiente ya no existía ninguna ciudad, la cordillera presentaba un aspecto bastante diferente como si un terremoto la hubiera deformado, nadie sabría la verdad porque todos lo que se encontraban cuando ocurrió murieron la noche anterior.

En otro lugar del mundo, en las selvas de Murasiam los nativos hablaban de haber encontrado la ciudad perdida de los dioses que en la antigüedad afirmaron que retornarían al mundo para llevar a todo su pueblo al planeta de la dicha y felicidad eterna, en Gumeldra, la capital del imperio oriental de Murasiam, algunas personas que se adentraban en la selva comenzaban a desaparecer al acercarse al emplazamiento cuya construcción solo se podía atribuir a seres míticos y gigantescos que solo existen en las leyendas, mitos y folclore de diversas culturas del mundo.

2 Comentarios

  1. Yizeh dice:

    Es una pena que un relato tan extenso y trabajado no esté en ninguna categoría.
    Aprovecho para recordar que los relatos a los que su autor no asigne categoría se les asignará automáticamente «Zona Basura» y serán borrados al cabo de unas semanas.
    Te recomiendo que lo edites.
    ¡Un saludo! Y felicidades por el relato.

    1. Summers dice:

      Tienes mi permiso para suprimir este bodrio junto con los otros ya que no los voy a editar.

      Ahórrate el tiempo y elimínalos ahora en vez de esperar fútilmente.

      Ahora mi mente trabaja para el progreso de la humanidad y no para pedazos de papel o pedazos de papel informático que no sirven para absolutamente nada.

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