Los formidables eventos finales antes de la nueva era del mundo

Se despertó en una sala con un techo circular y transparente.

¡Pero las estrellas se podían observar a través del techo como si estuvieran a su lado!

Algo confuso comenzó a levantarse.

– ¿Donde estoy? ¿Qué es este lugar? – se preguntaba mientras se levantaba del gélido suelo, pensamientos de confusión llenaban su mente, sentía que algo extraño la había pasado a su cuerpo.

– Nuestros oxavuroms detectaron dudas en tu mente ¡Ese es el motivo por el que te encuentras aquí! ¡Para dilucidar ese dilema! – exclamó alguien cuya voz no le recordaba a ninguno de los seres humanos que vivían con el en su ciudad, esa voz era potente, grave y como salida de una máquina, pensó que tal vez estaba siendo objeto de una broma por parte de los mecánicos y forjadores de metal de la ciudad de Riaman.

– ¿Quien eres? ¿Donde estoy? ¿Que es este lugar? ¡Juró que si me están jugando una broma les haré pagar! – gritó en tono desafiante respondiendo a la voz que le hablaba

Varias irradiaciones invadieron la sala, bailaban en al aire mientras destellaban con mas intensidad y ruidos como de las artilugios que todavía no había escuchado salían de ellos ¡Comenzaron a inundar la sala!

– ¿Que es esto? – exclamó asustado.

Se aglomeraron en un solo lugar y se materializaron en un extraño ser como de las que hablaban los mitos y leyendas de su mundo.

Tenía una altura de 4 metros, era una ser prodigioso con muchos pares de fuertes patas la cuales tenían cientos de dedos y terribles garras como para destruir a su presa con facilidad, su cráneo eran tan inmenso como su cuerpo y tal vez le serviría como coraza para defenderse de sus enemigos, se puso de pie, al altura aproximada era de 8 a 9 metros, sus dos pares de patas traseras le servían para pararse, eran mas robustas que los pares de adelante, como la de los saltamontes. Sus pares de patas delanteras eran extremadamente largas, su cuerpo tenía una especie de traje que emanaba un brillo azul, en una de sus extremidades delanteras portaba un bastón como de 3 metros de longitud, una luz extraña azul resplandecía cada cierto tiempo alrededor de ese extraño ser, varios espectros lo rodeaban a donde se dirigía.

Saltó al techo y comenzó a recorrerlo gritó algo que era incomprensible, apareció una plataforma flotante que se dirigía hacia el, saltó a ella y junto a al plataforma se puso en frente de el, los espectros lo seguían como si fueran parte de el.

Con su bastón metálico en una de sus extremidades delanteras y en una posición como si estuviera meditando lo miró fijamente y exclamó.

– Tus dudas fueron localizadas por uno de los oxavuroms, es por eso que te encuentras aquí, estoy aquí para despejar tu mente sobre aquello que provocó que te separaras de tu mejor amigo.

No podía creer lo que estaba escuchando.

– Un momento ¿Como sabes eso?

– Porque nosotros podemos observar lo que ustedes no pueden, nosotros controlamos y estudiamos a las entidades individuales que moran en tu planeta con fines pacíficos.

Pensó que ese extraño ente era un dios de algunas de sus mitologías pero debido a su forma monstruosa lo descarto segundos después.

– La duda que provocó que te separaras de tu mejor amigo tiene el título de religión ¡Una duda bastante grande provoca que olvides algunas cosas!

Señalo su bastón a un punto remoto de donde se encontraba, lanzó un resplandor y apareció un planeta, azul, con partes verdes y amarillas, mas allá se encontraban planetas desolados con cientos de satélites, la estrella central tenía un brillo amarillo.

– Este planeta consta de millones de entidades individuales en el cual la inmensa mayoría profesa a una religión, en sus albores la religión no es problemática para las entidades individuales, porque en sus mentes se les ha inoculado que esa es la verdad absoluta y estas entidades individuales se basan en esa supuesta verdad absoluta para dar explicaciones de todo lo que los rodea.

Su bastón lanzó otro destello donde se encontraba la ilusión, se adentró en el mundo, las personas vestían ropas como togas y andaban con sandalias, algunos vestían ropas pobres y se podía contemplar soldados que asesinaban a diversas personas con sus espadas y destruían templos con estatuas que representaban distintas deidades, pero su bastón metálico comenzó a virar provocando que el tiempo pase miles de veces mas rápido, lo que ocurría en toda la vida de una persona pasaba en un insignificante tiempo.

A otro lado lanzó otro destello creando otra ilusión, un cerebro humano que tenía cadenas a su alrededor y una caja diáfana que impedía que ingresen irradiaciones.

– El problema con la religión es que al contrario de una especie racional, esta se queda estática, mientras la especie racional avanza inexorablemente en las distintas áreas de su conocimiento.

En la primera ilusión las entidades ya vestían trajes con corbata y elegantes vestidos, vehículos arrastrados por caballos pasaban por las calles, las construcciones ya no eran como antes ¡El mundo había avanzado miles de años en unos segundos!

– Se les alecciona cosas ilusivas desde que son niños, cuando llega el momento de que una nueva verdad sea rebelada al mundo son esas mismas cosas ilusivas las que impiden que acepte la nueva realidad ¡Este mundo esta plagado de estos óbices para la evolución de una especie! ¡Alguien destruyó el pensamiento y la evolución de las generaciones futuras pero paradójicamente es aclamado como el héroe de esa especie racional!

Lanzó un destello a otro punto de la gran cámara, un ídolo era aclamado por miles de personas, su símbolo eran dos tablones cruzados entre si.

A otra dirección lanzó otro destello, un ser alado se rebelaba y peleaba contra una entidad que moraba en el cielo, observando a los humanos.

– Un derivado pero concluyó con la peor amenaza para las personas comunes y corrientes de ese mundo, similares al creador del óbice para la evolución de la especie humana ¡Pero peores y sedientos de sangre de su misma especie! ¡Adoran a este ridículo ídolo y en nombre de su religión cometen peores crímenes que los que cometieron en el pasado los que son considerados sus opuestos! En el pasado de ese planeta fueron los seguidores del que murió en una cruz los que destruyeron el mundo, ¡En la época actual son los opuestos quienes son la causa del sufrimiento de ese mundo! ¡Ansiosos de sangre y de riqueza y poder son capaces de destruir naciones y exterminar poblaciones enteras en nombre de los ideales de su religión! ¡Inocentes criaturas de su misma especie son usadas para sus ritos religiosos como sus opuestos hicieron en el pasado cuando hablaban en contra de las estructuras y el mensaje dejado por el que murió en la cruz! Pero a diferencia de ellos, no usaban niños.

La primera ilusión se congeló en una época donde existían grandes edificios y las calles eran inundadas por cientos de vehículos, el cerebro no podía aceptar nuevas realidades porque estaba con cadenas a su alrededor y estaba bloqueado por un muro transparente, las irradiaciones no podían ingresar.

– Esas entidades racionales contienen en su cerebro los conceptos insertados por la religión ¡Ignorando que todo ha evolucionado excepto lo que se les inocula desde que son niños! ¡Todo ha cambiado! ¡Excepto lo anterior!

Su báculo cambió de extremidad.

– Muchas veces ocurre un periodo donde las nuevas realidades son negadas a la noósfera, este periodo se debe al avance del conocimiento de la especie racional que amenaza con destruir las estructuras de la religión, este periodo se caracteriza por ser inexorable e iterable y sucede con todas las religiones cuyos contenidos son intrascendentes para evitar el periodo, pueden ocultar a la noósfera el verdadero conocimiento y la realidad que los rodea si así lo desean ¡La vida racional e irracional que mora en otros planetas! ¡La verdadera historia de su especie! ¡Grandes descubrimientos arqueológicos! ¡Conocimiento científico que puede beneficiar a las masas! ¡Seres como yo que no son compatibles con sus nuevas religiones! ¡Tu descartaste que yo podía ser un antiguo dios porque se te ha enseñado que todo lo igual o superior a ustedes esta hecho a tu imagen y semejanza! ¡Pero mi especie habitó una vez tu mundo!

La imagen de la ciudad se descongeló.

– Esas entidades individuales ignoran que con el inexorable paso del tiempo, su especie racional evoluciona, pero sus religiones no, en sus mentes ya están inoculadas los conceptos e ideas propios de cada religión, cuando se presente una nueva realidad para la evolución de su especie que este en contra de esos conceptos ilusivos, entonces ellos la negarán porque se les aleccionaron esas cosas ilusivas desde que eran niños ¡Especies racionales fracasadas! ¡No son aptas para considerarse y ser unificadas en el conjunto de especies que moran más allá de su planeta! ¡Porque si lo hacen entonces todas sus religiones se vendrían abajo! ¡Y eso es algo que no pueden permitir! ¡Por que es imposible gritar al planeta entero que durante miles de años adoraron a la inexistencia, rezaron a al inexistencia, sacrificaron, pelaron y murieron por algo que nunca ha existido!

Su báculo lanzó un destello a un lugar donde apareció un extraño contenedor, al lado de el, a diferencia de los otros que había creado, este era tangible.

– Es ahí donde guardo y destruyo lo que es pernicioso para nosotros y las demás especies que formamos un gran conglomerado, usa compuestos peligrosos que no se encuentran en tu planeta, haciéndolos desaparecer por siempre.

Movió las ilusiones del que era adorado por miles y del que peleaba con alguien que miraba a seres racionales desde el cielo.

– Esto es algo simbólico.

Las dos últimas ilusiones se adentraron en el destructor y con un gran ruido expulsaron solo cenizas blancas que desaparecieron en el aire.

Se levantó de su plataforma y dio un gran salto a donde se encontraba el que sintió un profundo temor al encontrarse con tan pasmoso ente.

– Pero ese no es el verdadero peligro – le dijo mientras desaparecía las ilusiones que había creado con su báculo, se puso nuevamente de cuatro patas y comenzó a caminar al fondo de la gran cámara – el verdadero peligro es cuando pretenden actualizar lo anterior.

En el aire apareció alguien que portaba un jarrón con un líquido.

– ¡Ante ti se encuentra la verdadera amenaza para aquella especie racional! ¡Es la Nueva Era! ¡El mundo donde se encuentra la gran mayoría llegará a su fin junto con todos sus proyectos! ¡Pero otro renacerá con las religiones anteriores actualizadas e insertadas de facto! – gritó mientras desaparecía como había llegado – ¡Despierta ahora, que un ejército espera por ti!

Arganord se encontraba en su lecho.

Estaba teniendo ese extraño sueño durante los últimos días ¡La Nueva Era! pero el se preguntaba ¿Qué era la Nueva Era? tal vez volver a leer en las bibliotecas de cualquier ciudad del mundo la sacaría la dudas, pero el ya había elegido la vida militar, hace mucho tiempo, y la guerra actual era cruel tanto para las personas como para las ciudades.

Podía escuchar a cientos de miles de soldados marchando afuera.

Agarró una botella y se la llevó a al boca.

– Tal vez sea la última bebida de mi vida – exclamó mientras la tiraba en un rincón de su morada transitoria.

– ¡Ha llegado la hora General! – gritó alguien desde afuera.

Se puso su armadura, agarró su gran espada y la puso en su vaina, con la mano izquierda cogió su escudo y con la derecha su yelmo.

Salió de su lugar de reposo, la luz de la estrella de su planeta iluminó su maduro rostro.

Cientos de miles de soldados transitaban al campo de muerte en las clásicas formaciones de las naciones a las que pertenecían.

– ¡General! ¡Aquí le traigo su caballo!

Era Ceuludor, la persona que había gritado hace un momento.

– Gracias, mi fiel compañero.

Ceuludor reflejaba preocupación en su rostro, tal vez haber recibió una mala noticia de los exploradores, sin dudar exclamó:

– Los exploradores dicen que el ejército de Durvoltiania tiene más de 150.000 infantes y 40.000 soldados de caballería, ¡También afirman haber visto extrañas máquinas que brillaban como estrellas avanzando junto a ellos! ¡Y un número no determinado que marcha por su retaguardia! ¡Tal vez sean 30.000 unidades más!

Pero Arganord no reflejaba temor ni preocupación en su rostro ante tan devastador comentario,

Arganord se subió a su corcel.

Se dirigió a Ceuludor.

– ¡Prepárate Ceuludor! ¡Esta no es una batalla cualquiera! ¡Es la batalla que decidirá el destino del mundo! ¡Tal vez sean superiores en número! ¡Pero ellos solo son un imperio! ¡Y como tal solo tienen un modo de ataque!

Su caballo era ya un veterano de guerra, había participado con el en la guerra pasada de Andriamord, junto a el contempló como es la muerte de cerca y los horrores de la guerra y los campos de exterminio del imperio de Sivern.

Ceuludor era el comandante de la caballería pesada de Siavajan, un antiguo militar, duro y despiadado con el enemigo, pero ante el ejército que venía a devastar y conquistar mostraba temor, por primera vez en su vida, tal vez las aplastantes victorias anteriores de Durvoltiania eran el motivo por su temor.

– ¡General! ¡Ha llegado la hora! ¡El ejército se encuentra a poca distancia de nosotros!

Arganord alzó la mirada y pudo contemplar a tres jinetes.

Eran Gaoldron, Arfeum y Lougdor.

Gaoldrom estaba encargado del ejército de Medrenua, era el líder de su pueblo y deseaba mas que todos impedir que el poder que se encontraba en un lugar distante caiga en las manos equivocadas ¡el sabía que si eso pasaba el mundo iba a sufrir peor que en mil guerras juntas!

Arfeum era un antiguo militar de la nación de Epitia, combatió en muchas batallas y las cicatriz que mostraba su rostro eran la mejor prueba, tenía experiencia en comandar ejércitos como lo había con el suyo cuando Epitia venció en la batalla de Nusgoutha y obligó a la nación derrotada a firmar un tratado humillante, se convirtió en el héroe nacional.

Lougdor era todavía joven, pero cuando todos los líderes militares de Tars Aulia murieron en un ataque perpetrado por las fuerzas del imperio invasor, no lo quedó mas remedio que asumir el puesto que había sido dejado hueco, nombró a sus asesores y ordenó la ejecución de los supuestos asesinos de la cúpula militar y líderes de su nación.

Comenzaron a cabalgar en medio de las masas humanas, hacia un flanco del ejército de la alianza de Agustran.

Las naciones de Biulvrania, Siavajan, Medrenua, Epitia, Raziem, Dinuarnia y Tars Aulia habían enviado el remanente de sus ejércitos para conformar el último ejército y la última esperanza del mundo ante la inminente abertura del umbral de las estrellas por un enemigo que no era nada digno de recibir los grandiosos poderes y tecnología que se encontraban mas allá.

Según los calculadores que servían a los líderes de la alianza de Agustran, el ejército tendría aproximadamente 95.000 unidades, aunque esa cifra no era exacta, pero se decía que ellos eran los mejores de la región.

Los cinco jinetes ya se encontraban en un extremo de la llanura, lejos de los soldados que continuaban su marcha al campo de la muerte.

– El ejército invasor tiene un modo de ataque por olas ¡Mandan una ola una tras otra hasta devastar el enemigo! ¡Se dice que pueden enviarlas por 2 o 3 días! mientras su monstruosa caballería perfore el ejército – vociferó Ceuludor – ¡Usaron esa misma técnica para devastar todo su camino hasta aquí! ¡También se dice que usaron monstruos del tamaño de torres en algunas batallas y aparatos que nadie nunca ha visto!

Se escucharon pasos que hacían trepidar la llanura.

– ¡Creo que se encuentran a poca distancia! – gritó Lougdor preocupado.

– No es lo que crees Lougdor – dijo Arganord – si yo fuera ustedes no me preocuparía por esos ruidos.

En el otro extremo de la llanura, Dunedor, se encontraba reunido con Barfindel, Galdrun y Gadrarion.

– ¡El ejército es superior en número, es imposible obtener una victoria! – exclamo Barfindel irritado.

Dunedor reaccionó muy molesto

– ¡Pues si no obtenemos la victoria, ellos obtendrán lo que se ha custodiado por eras y será el principio de una era de terror y tinieblas! ¡Nosotros no podemos controlarlo, pero ellos si! ¡Así que debemos defenderlo hasta la muerte!

Todos asintieron

Juntaron sus espadas en un punto y exclamaron al unísono:

– ¡Hasta la muerte!

– Es hora de reunirnos con los comandantes de la alianza de Agustran – exclamo Dunedor mientras envainaba su gran espada.

Todos hicieron lo mismo.

Se subieron a sus corceles y se dirigieron al frente de miles de soldados que caminaban a un rumbo fijo.

Iarusia, Canidiam, Zundran, Raimduriam y Distenon conformaban la alianza de Andeiror, conformaban las naciones del norte, cuyo odio al imperio de Durvoltiania hizo que se unieran en un solo ejército.

Gadrarion contemplaba desde su montura a muchos de los que iban a morir el día de hoy, habían soldados que todavía no se podían considerar adultos, llevaban en su mano derecha el arma con la que tenían que cegar vidas, en su izquierda el escudo y en la espalda la lanza con la debían asesinar sin misericordia a los que no tenían intenciones buenas en contra de su nación, su armadura era de color verde oscura, cubría el cuerpo, los hombros, las piernas y las pantorrillas.

Era la infantería pesada de la nación de Zundran, se iban a ubicar en el flanco izquierdo, solo protegidos por la caballería pesada de Iarusia, que ya se encontraba en el lugar esperando la llegada del remanente del ejército.

Las alianzas de Andeiror y Agustran comenzaban a inundar la llanura.

Los ruidos como pasos que hacían temblar Gurbellanrie Edam eran más potentes.

– ¡Es obvio que se acercan! ¡Con ellos de nuestro lado la batalla sera la mas corta de todas! – exclamo Arganord con un tono seguro y firme.

Se manifestaron seres del tamaño de una torre que se dirigían a la vanguardia del ejército de las alianzas.

Sin embargo los soldados que marchaban pensaban que se trataba de una emboscada sorpresa del enemigo y comenzaron a causar desorden en las formaciones.

– ¡MANTENGAN SUS POSICIONES! ¡MANTENGAN SUS POSICIONES! – gritaban los Patrautas, líderes de 10 centenares de unidades.

Un jinete ligero se aproximó a los 5 comandantes.

– ¡MI GENERAL! ¡El ejército se encuentra a poca distancia! ¡YA SE ENCUENTRAN EN FORMACIÓN Y MARCHANDO HACIA NOSOTROS! ¡DEBEMOS APRESURARNOS ANTES DE QUE ATAQUEN PRIMERO! – grito el mensajero con absoluta desesperación.

El imperio de Durvoltiania se caracterizaba por atacar sin previo aviso a ejércitos que aún no se encontraban en formación.

– ¡Ha llegado la hora! – grito Arganord – y recuerden ¡es mejor morir en batalla que rendirse ante el enemigo! ¡Debemos ir ahora a la vanguardia! ¡Desde ahí les daré las ordenes para que ustedes las acaten junto a su ejército!

Todos asintieron con la cabeza.

Sin titubear se dirigieron violentamente al frente del ejército, el mensajero se quedo a contemplar por un momento a los terribles monstruos que se aproximaban impetuosamente a donde se dirigían los comandantes.

Sin pensarlo dos veces, se dirigió donde le correspondía.

Yorkash vestía una armadura negra, tenía un rostro pálido y un rostro de pocos amigos, un cabello que del color de la tierra de Gurbellanrie Edam, junto a el se encontraban Kuntrosh y Busharil ambos tenían el mismo color de armadura y en sus brazos portaban yelmos con múltiples cuernos, sus bestias portaban terribles armaduras plateadas que incluían un gran caso protector.

– ¡Parece que estos inocentes creen que pueden oponerse a nuestro inigualable poder! – exclamó Yorkash con un tono prepotente y seguro.

– ¡Es parte de su naturaleza! Defender sus tierras, defender su nación, su ciudad, defender a su mujer ¡Que acaso no se han dado cuenta de que esas cosas también nos pertenecen! – dijo Kuntrosh en tono maligno.

– ¡Hoy vamos a festejar sobre sus cadáveres después de haberlos masacrado como los seres inferiores que asesinamos hasta llegar hasta aquí! ¡Nadie va a impedir que consigamos lo que nuestro gran imperio anhela! – rugió Busharil.

Los tres comenzaron a reír, mientras contemplaban como las alianzas de Andeiror y Agustran se establecían en la lejanía.

– ¡Hoy es el día de la victoria definitiva! ¡Después de haber conseguido a Avutrón y reducido las ilusiones del mundo la monarca me hará su mano derecha y asesor personal para aplastar a todos los que se nos opongan! ¡Gobernaremos este mundo con mano de hierro! – rugió Yorkash.

– No lo creo Yorkash, ¿Que te hace pensar que pondría a una persona impulsiva como tú como su brazo derecho? ¡Teniéndome a mi cuya brutalidad y valor demostrada en la guerra me hacen merecedor del aprecio de la monarca! – contestó Kuntrosh.

– No pretendo discutir contigo Kuntrosh, pero después de esta victoria inminente el paso de nuestro ejército por el umbral de las estrellas conmigo como líder y llevándole a la monarca lo que ella ansia no creo que lo piense dos veces

– ¡Este no es el momento de discutir imbéciles! Debemos regresar y comenzar a dar ordenes – gritó enfadado Busharil – ¡Pronto la llanura se llenará de cadáveres!

Montaron sus corceles y se dirigieron a la delantera de su ejército como seres inmateriales, sin dejar vestigios y dejando una estela negra a su paso.

Eran seres del tamaño de una torre vigía, con una gran cabeza convexa como escudo que protegía sus patas delanteras y todo el cráneo, tenía múltiples cuernos en este protector, comenzaron a llenar el frente de las alianzas, aproximadamente eran 300 cuyos pasos se escuchaban a una distancia considerable, tenían una torre en la cima donde alguien vestido con armadura ligera los podía manipular.

Arganord, Ceuludor, Gaoldron, Arfeum y Lougdor ahora se encontraban en el frente de un ejército multinacional y multilingüe, el único impedimento que se oponía a la codicia de un imperio, cuya impresionante formación ya se podía apreciar a lo lejos.

Dunedor, Barfindel, Galdrun, Gadrarion, se les unieron, recibieron ordenes y se dirigieron al flanco izquierdo apresuradamente.

No lejos de allí se encontraba la extraordinaria torre de Vadmatraum, en los albores de la primera era de Vurtorsa albergó a mas de 150.000 personas que moraban felizmente en su interior, las leyendas dicen que fue abandonada cuando ciertos seres llegaron en bolas brillantes, se llevaron miles de personas y nunca volvieron, las personas comenzaron a temer su desaparición y terminaron abandonando Vadmatraum dejando advertencias en las ciudades cercanas sobre los insólitos eventos producidos ahí ¡propagando el pánico como una enfermedad contagiosa! originando que la gran torre quede desierta hasta el día de hoy.

Pero en una de las arcaicas, abandonados y pulverulentas moradas una figura misteriosa comenzó a subir a la cima de Vadmatraum, usando las escaleras que una vez sirvieron a miles de personas para que puedan moverse por diversos puntos de la torre ¡el polvo, el silencio y el sosiego lo acompañaban en su solitaria marcha a la cima del mundo!

Llevaba en su mano un gran bastón metálico que refulgía en la oscuridad.

– Ha llegado la hora de el gran retorno – escuchaba en su mente – llega a Vadmuron y obtendrás la felicidad eterna.

Los ejércitos ya se encontraban formados.

Arganord daba un discurso ante de entrar en batalla, los soldados gritaban en respuesta ante tan inspiradora arenga, se encontraban ansiosos de eliminar al enemigo que había venido a conquistar y someter a los pueblos que anhelaban la libertad en el mundo.

– ¡POR LA LIBERTAD DEL MUNDO! – gritó mientras se unía a su caballería en el flanco derecho y ordenaba la carga de las animales mas grandes del planeta.

Los sonidos de los bundrelos se escucharon por todo Gurbellanrie Edam, anunciando el inicio de la destrucción de Durvoltiania.

Los Ziroprantos comenzaron a cargar, primero daban pasos lentos pero a medida que iban avanzando su velocidad se iban incrementando considerablemente.

En la vanguardia del ejército de Durvoltiania, un Musonor gritaba ferozmente:

– ¡MANTENGAN SUS POSICIONES! ¡MANTENGAN SUS POSICIONES!

Pero algunos Mousonores, miembros de Lugeones, dudaban ante lo que podían contemplar en la lejanía, el tiempo pasaba y el peligro se hacia mas inminente ante ellos ¡Si no se movían serían aplastados por esos terribles monstruos!

Pero el Musonor continuaba gritando

– ¡MANTENGAN SUS POSICIONES! ¡MANTENGAN SUS POSICIONES!

Los Ziroprantos se iban acercando cada vez mas, el ruido de sus pasos combinados era como los truenos de una gran tormenta, Gurbellanrie Edam trepidaba por los prodigiosos seres que corrían para pulverizar a los insignificantes soldados que se encontraban a una corta distancia.

Pero el pánico en la vanguardia del ejército era inexorable, algunos infantes comenzaron a escapar ante su inminente muerte.

– ¡MANTENGAN SUS POSICIONES O SERÁN EJECUTADOS COMO ENEMIGOS! – gritaba mientras señalaba a los cobardes que habían abandonado la formación.

Kuntrosh y Busharil gritaron desde los extremo al unísono:

– ¡¡SAQUEN LAS UNTANQS!! ¡¡AHORA!!

De en medio de el ejército asomaron inmensos carros arrastrando artefactos extraños que dejaron delante de la infantería, con poco tiempo los dejaron raudamente y volvieron despavoridamente a sus posiciones originales.

Los Ziroprantos se encontraban a tres cuartos de su objetivo, rugieron provocando mas miedo en las Lugeones de Durvoltiania, el cielo se puso oscuro, preámbulo de un gran lluvia, los truenos se hicieron presentes.

– ¡MANTENGAN SUS POSICIONES! – Gritaba con todas sus fuerzas el Musonor.

Los Ziroprantos estaban por aplastar a todo el ejército de Durvoltiania, el ruido de sus pisadas y su pasmoso aspecto puso en huida a la mayoría de los que se encontraban en la vanguardia.

– ¡MANTENGAN SUS POSICIONES! ¡MANTENGAN SUS POSICIONES! ¡MANTENGAN SUS POSICIONES! – rugía el Musonor.

Los Ziroprantos se encontraban a cuatro segundos de terminar la batalla.

– ¡YORKASH! ¡ACTIVA LOS UNTANQS! ¡¡AHORA!!

Los artefactos que dejaron a una distancia estratégica comenzaron a estallar como su hubiesen sido traídos de un mundo distante y futuro, dejando solo piltrafas que una vez fueron la mejor arma para devastar un ejército.

Arganord mostró por primera vez en la guerra un profundo temor a lo que se aproximaba, sabía que ahora mandarían cientas de olas hasta acabar con su ejército ¡Debía actuar ahora o todos sería muertos!

El ejército de Durvoltiania rugió al unísono impactando sus espadas con sus escudos, mientras que en el otro lado de la llanura comenzaron a hacer lo mismo no dejándose amedrentar por lo acontecido.

Como si nada hubiera pasado, se formó nuevamente la vanguardia de Durvoltiania.

– Ordena que salga la primera ola, y continua mandándolas hasta que nuestros enemigos solo sean cadáveres inundando esta llanura – Ordenó Yorkash al Musonor.

Se dirigió a otro Musonor

– Manda dos Baramunes para que aplasten su caballería de su flanco izquierdo, necesitamos horadar su ejército por la izquierda.

3 Lugeones conformaban la primera ola de ataque, cada Lugeon estaba conformada por 10.000 soldados que eran entrenados desde que eran adolescentes en el arte de la guerra, sus armaduras eran de color negro con partes rojas y cubrían todo el cuerpo, el metal del que estaban hechas era muy raro en el mundo de Ageur, se caracterizaba por ser extremadamente ligero y demasiado resistente a los golpes, la parte delantera de un Lugeon estaba conformada por soldados que empuñaban espadas azules y grandes escudos, la parte del medio estaba conformada por soldados de infantería pesada que solo empuñaban una gran espada que manejaban con las dos manos, algunos soldados llevaban inmensos martillos de guerra y la parte de atrás estaba formada por arqueros con una armadura ligera, normalmente corrían antes de embestir al enemigo, su embiste en contra de un ejército era letal, pero ahora Andeiror y Agustran deberían aguantar a 18 Lugeones.

Un Baramun estaba conformado por 10000 soldados a caballo, estaban igualmente equipados que los Lugeones, pero a diferencia de ellos, portaban mas armas en su montura.

La armadura que portaban los caballos de los Baramunes era ligera pero suficiente para resistir la mayoría de los ataques.

El Musonor hizo sonar su instrumento favorito para dar ordenes, el Undrelo, un sonido potente ordenó el avance de tres Lugeones

Otro sonido distante ordenó la carga de 2 Baramunes.

La batalla por el destino del mundo apenas comenzaba.

La extraña figura que moraba sola en la torre de Vadmatraum demoró mucho tiempo en llegar a la cima, ante el se encontraba una puerta horizontal que según leyó en algunos libros abandonados en la biblioteca de Minar, que se encontraba medio día mas abajo, habían cuatro palancas detrás de los cuatro pilares que sostenían el techo, pero el no podía activar los cuatro porque debían ser empujados al mismo tiempo.

La luz del día inundó la antesala a la cima del mundo.

Alguien los había activado por el.

Ansioso subió por la escalera vertical.

Se encontraba en la cima de Vadmatraum, encontró una manivela justo delante de el, la giró y la puerta horizontal se cerró.

Pero sentía que algo no andaba bien ya que el piso era metálico y existían cosas extrañas flotando a su alrededor, esferas brillosas, cubos de vidrios resplandecientes, enormes rectángulos flotantes y una pirámide que era dos veces mas alta que el, esta pirámide tenía grabados extraños glifos, algunas de sus partes emitían fulgores y de su interior emanaba un ruido como si miles de máquinas estuvieran trabajando dentro.

– ¿Qué es todo esto? – pasó por su mente

Alguien le respondió.

– No te preocupes por lo que se encuentra aquí, nada te hará daño, esto esta aquí porque debe estar aquí, esta torre es un antiguo emplazamiento que corresponde casi exactamente a una ciudad antigua y arrasada hace muchos eones, cuando el universo estaba todavía en sus albores.

– ¿Quién esta ahí? – grito algo asustado porque no había escuchado a nadie en muchos años, solo las voces que le ordenaban guardar y custodiar el refulgente bastón metálico.

Se dio la vuelta y contempló a una extraña entidad que era como cinco veces mas alta que el, no tenía cabeza, su piel era como las aguas del océano, sus manos totalmente desproporcionadas, no tenían simetría la una de la otra, ¡pero eran extremadamente grandes! ¡Podría alzar dos vacas en cada una!, al pasar una de esas esferas cerca de el se pudo percatar de que esa entidad era transparente.

Caminó hasta llegar al borde de Vadmuron, que era como se referían los antiguos moradores de Vadmatraum a la cima de la torre.

– ¿Quién eres?

– Soy Vurvraxzlruvratrorv, Grimor,

Vurvraxzlruvratrorv contempló una extraña luz que desaparecía en el cielo.

– ¿Recuerdas cuando deambulabas desorientado, hambriento y solitario en las cercanías de este torre?

– Lo recuerdo, me desterraron por un motivo que no recuerdo ahora, el rey se puso furioso conmigo………

– ¿Recuerdas que encontraste te refugiaste cerca a esta torre? ¿En la lluvia y lleno de temor y preocupación?

– Todavía recuerdo ese día como si fuera ayer, si no fuera por…..

– ¡Si no fuera por nosotros entonces estarías muerto ahora! ¡Nosotros te permitimos vivir en la torre! ¡La comida que aparecía en el suelo en realidad era puesta ahí por nosotros! ¡Viviste porque nosotros lo permitimos! ¡Pero ahora no es el momento de preguntas inanes sino de cosas realmente trascendentes!

Grimor no podía creer lo que estaba escuchando.

Vurvraxzlruvratrorv alzó sus asimétricos brazos y comenzó a manipular las esferas y los cubos y rectángulos a voluntad, formaba impresionantes torbellinos con estos conjuntos, los mandó a volar a una altura considerable y cuando volvieron todos se encontraban girando alrededor de Vadmuron, como cuantiosos satélites alrededor de un planeta.

Señalo el punto donde se desarrollaba la batalla y luego señalo inexplicablemente varios puntos desconocidos.

– Esas entidades racionales no pueden percibir lo que esta aconteciendo y va a suceder en este lugar ¡Maravillosos eventos pasaron y con este último el Xunvromutor estará completo!

– ¿A qué te refieres con eso? un momento ¿qué es el sunvomotor?

– ¡No es el momento de preguntas inanes! – exclamó Vurvraxzlruvratrorv.

Se dio la vuelta no tenía boca, ni ojos, parecía que su voz emanaba de algunos de los artefactos que rotaban alrededor de Vadmuron o de alguna parte de su extraño cuerpo.

– Ciertos elementos incorpóreos son liberados por ustedes cuando se encuentran en ciertos estados emocionales, esos elementos incorpóreos son necesarios para poner en funcionamiento el Xunvromutor….. ¡Que pondrá fin a la guerra! ¡Y traerá todos los secretos que una vez se hicieron presentes en este planeta que estaban condenados a la extinción!

Grimor tenía cientas de preguntas, estaba ansioso por las respuestas que podría darle el extraño ser, pero decidió preguntar solo lo que había escuchado.

– ¿Que son elementos incorpóreos? – preguntó solo eso porque su mente ya estaba demasiado confundida por los conceptos y explicaciones de esa entidad, no se atrevió a preguntar sobre el fin de la guerra, seguramente solo estaba bromeando.

– ¿Acaso conoce la res que un humano sacrifica para su consumo que cual es la energía que usan los humanos para tener una sociedad que tienen?

Grimor estaba confundido y algo molesto exclamó:

– Solo estas llenando mi mente de dudas.

Vurvraxzlruvratrorv respondió:

– Los especies humanas no son el pináculo de lo racional en el universo, en cuanto un ser humano vaya adentrándose mas en las profundidades y secretos del inmensurable universo comprenderá que existen civilizaciones superiores a la suya y tan avanzadas que no nunca podrían igualarlas, los humanos son solo unos anodinos insectos en la vastedad del universo, algunas especies son invisibles e intangibles y ustedes no se dan cuenta de que existen porque son como animales viviendo en una jungla incapaces de salir al mundo exterior, es cuando llegan los seres humanos y los atrapan y cazan por diversos motivos, solo pueden observar a estas especies si ellas lo permiten, pero nunca podrán ingresar a sus lugares de origen a no ser que ellas lo permitan.

Grimor escuchaba atentamente lo que explicaba Vurvraxzlruvratrorv.

– ¿Quieres decir que somos animales para ellos?

– Esa es la realidad, el ser humano es solo un animal en este caótico sector donde deambulan en desorden absoluto los satélites, planetas y estrellas, lo que para ustedes es racional para ellos es suprarracional, ustedes son solo animales racionales para las especies suprarracionales, tal como los animales son solo animales irracionales para la especies racionales, los animales racionales sirven para los mismos propósitos que los animales irracionales los cuales varían desde ser comidos hasta ser usados como objetos de experimentos científicos muy avanzados.

Grimor no podía creer lo que estaba escuchando.

– ¡Pero lo que estas diciendo es terrible!

– ¿Si los animales a los que someten pudieran hablar dirían lo mismo?

La lluvia se hacía mas intensa ¡los truenos ya se hicieron horrisonantes debido a su intensidad! ¡Y en la lejanía miles de seres humanos morían! ¡Unos para evitar el paso de un ejército invasor y otros para conquistar y someter al mundo!

– Cuando este universo todavía estaba en sus albores, se descubrió una materia insólita en megalíticas ciudades sumergidas a grandes profundidades, esta materia parecía artificial, pero los creadores de esta materia habían abandonado el planeta antes de que nosotros lo habitáramos, todavía nos preguntamos ¿Quienes era?

Su cuerpo comenzó a emitir fulgores.

– ¡Lo que descubrimos era la clave para abrir los portales al entendimiento sobre algo que no conocíamos! ¡Algo que al igual que ustedes nos somete pero ya no con suprarracionalidad, sino con ultrasuprarracionalidad! ¡Al comprender este fenómeno nos enteramos que estamos en la misma situación que los animales! ¡Pero eso no fue todo, también descubrimos los métodos para liberarnos de estos poderes corruptos! No….. ¡El universo no es todo, el universo es solo un insignificante sector! ¡Uno de millones! ¡Millones de universos conforman un anodino punto en un conjunto aún mas grande, este conjunto permanece estático! ¡Deambulando alrededor de luces elipsoidales! ¡Luces de distintas forma y tamaño! pero lo que descubrimos es que ¡las fronteras de este conjunto son artificiales! ¿Te imaginas que mentes pudieron crear las fronteras de algo que no es posible construir ni con toda la materia de un universo? La materia efiliv en combinación con tecnología que desarrollamos tenía la propiedad de abrir portales a lugares que no llegaríamos ni aunque evolucionáramos y viajáramos durante toda la vida del universo! hasta que llegamos a lugares incongruentes con la lógica y entendimiento racional, lugares que eran habitados por monstruosas entidades que podían crear las fronteras del conjunto de universos solo desearlo y con terror contemplamos que destruían los conjuntos de universos como si de un juego se tratase, eliminando infinitas entidades vivientes sin motivo aparente.

Parecía que los conflictos de los seres que moraban en el mundo de Ageur no tenían ni la mas mínima importancia en la vastedad de un insignificante universo.

– Ellos se dieron cuenta de que los observamos, y con horror absoluto los portales que funcionaban con la materia efiliv nos mostraron que no solo podían manipular a cualquier entidad viviente de una galaxia, sino manipular a toda una especie para que destruya a otra especie mas atrasada, ¡enviando extrañas ondas al conjunto que desearán! no se hubiese sido coincidencia pero poco después recibimos ataques de distintas especies que ¡usan a ustedes como comida! no pudimos resistir la tecnología usada en nuestra contra, fueron muchas civilizaciones y nosotros, que conformamos un conglomerado de distintas especies de diversos puntos de esta galaxia, estábamos condenados a la extinción y con nosotros moría un gran secreto.

Grimor no tenía palabras ni preguntas para continuar con la conversación.

Ya era de noche, la lluvia inundaba Gurbellanrie Edam, haciendo la batalla algo aún mas dantesco.

Los parientes menores de los Ziroprantos, los Durprantos asomaron con otras 3 Lugeones para reforzar a Durvoltiania.

En Vadmuron, el cuerpo de Vurvraxzlruvratrorv comenzó a destellar.

Grimor se encontraba durmiendo al lado del artefacto como pirámide.

– ¡El Xunvromutor pronto tendrá la energía suficiente para traer materia del pasado! ¡Ordenen a los demás turvramurans que enfoquen sus antenas al punto del planeta vevrunsx! ¡No debe existir un bando ganador hasta que Xunvromutor se encuentre en el punto deseado! ¡No debe existir un bando ganador!

Grimor tenía un sueño donde ese extraño ser tenía infinitas cuerdas que le salían de sus asimétricas y gigantescas manos, con las cuerdas hacía pelear a personas desconocidas, un fulgor emanaba de las peleas e iba a parar a un aparato de un mundo lejano y distante las industrializaba en su interior, este insólito artilugio pronto estaría lleno.

Se despertó mientras contemplaba lo que los seres racionales de la llanura de Gurbellanrie no podían contemplar, pero el si los podía contemplar a ellos mediante los gigantescos rectángulos que rotaban alrededor de Vadmuron ¡imágenes dantescas mostraban la agonía y el sufrimiento que tenía lugar en Gurbellanrie Edam!

– ¡Manipular mentes! ¡Manipular eventos! ¡Hasta conseguir el objetivo! – gritaba como una persona alienada – ¡No debe existir un bando ganador todavía! ¡Enfoquen sus antenas al punto del planeta vevrunsx! ¡Pronto Xunvromutor tendrá energía suficiente para arrancar los eventos pasados y emplazarlos en este lugar! ¡No debe existir un bando ganador todavía! ¡No debe existir un bando ganador todavía!

Vurvraxzlruvratrorv se dio cuenta de que Grimor estaba despierto, su diáfano cuerpo dejo de destellar, algo irritado preguntó:

– ¿Crees que soy alguien malo por ejecutar estas acciones? ¡Mejor distráete con esta pantalla! ¡Antes del evento final! ¡La victoria de lo que llaman el imperio! ¡Y EL FIN DEL MUNDO! – gritó de una forma tan alienada que Grimor se atemorizó bastante.

Alzó las manos y los satélites de Vadmuron salieron despedidos a un punto desconocido del cielo, solo permaneció una esfera y una pantalla, que se acercaron a Grimor, mientras todo volvía a caer a la altura adecuada y volver a rotar.

La esfera se abrió, una luz se dirigió al rectángulo y en la cara de este comenzaron a asomar glifos que no pertenecían a ningún alfabeto del mundo de Ageur, estos insólitos glifos mutaron al un idioma que Grimor podía comprender.

Vurvraxzlruvratrorv continuaba destellando y gritando palabras sin sentido mientras contemplaba lo que las entidades racionales no podían contemplar.

La pantalla mostró a los animales siendo cazados por las entidades racionales, pero ellos no eran malos, solo cazaban a los animales para su subsistencia y no por ello se consideraban malos, seguidamente se mostro a seres monstruosos que manipulaban a los seres humanos para su subsistencia, pero estos monstruos no se consideraban malos.

– ¿Son malos los seres humanos por cazar y criar animales para su subsistencia?

Grimor pensó que no.

– ¿Son malas ciertas entidades alienígenas por manipular a las entidades racionales para su subsistencia?

Grimor pensó que no.

La pantalla se volvió negra, la luz volvió a la esfera.

Grimor se dio cuenta de lo que estaba aconteciendo y furioso agarró uno de los grandes bloques metálicos del suelo se dirigió a Vurvraxzlruvratrorv que destellaba en su aparente locura.

– ¡Muere! ¡No somos animales! – grito mientras lanzaba el bloque en la espalda de Vurvraxzlruvratrorv.

Pero el bloqué atravesó su cuerpo, y cayo al suelo de Vadmuron provocándole ningún daño a Vurvraxzlruvratrorv.

Grimor comenzó a flotar en el aire.

– ¡Ustedes no son nada mas que animales racionales! ¡El Xunvromutor se encontrará en su punto límite en escala de tiempo Erv! – Su cuerpo centelló con mas intensidad – ¡Deliberando otro posible ganador! – ¡Escogiendo mente líder humana al azar! ¡Destruir un bando! Posibilidades de éxito, todas.

Grimor le gritó.

– ¡Maldito monstruo!

– ¡Xunvromutor se encuentra en el punto límite! ¡Analizando el pasado del planeta! ¡Posibilidades de éxito! Todas.

Vurvraxzlruvratrorv dejó de centellear, se dirigió con ira a Grimor al que lanzó a una parte alejada de donde se encontraba, el bastón que custodió Grimor durante años brillaba mas que nunca, Vurvraxzlruvratrorv lo incrustó en el suelo y el bastón metálico comenzó a crecer de longitud, hasta alcanzar su altura, se dirigió al artefacto con forma piramidal, ante la desesperación de Grimor que corrió con una vara que había encontrado en el piso al momento que gritaba:

– ¡¿Que es los que pretenden?! ¡Malditos monstruos! ¡No dejaré que se salgan con la suya!

– ¿Pueden dejar los animales que los humanos se salgan con la suya? – gritó mientras se daba la vuelta y con un movimiento de su gigantesca mano lanzó con una fuerza espeluznante a Grimor a un lugar mas alejado.

Su meta era el artefacto piramidal, pero Grimor recordó que nunca debía darse por vencido y nunca debía dejar que cosas malas les pasen a los suyos, volvió a correr con la una vara metálica mas grande que había encontrado cerca a donde había impactado.

– ¿Que es lo que pretenden? ¡Responde maldito! – gritó mientras corría a embestir al alienígena.

El alienígena rugió con todas sus fuerzas, una voz tan horrible y potente que se pudo escuchar en la llanura por los que estaban combatiendo.

– QUE ETUORPIA URDMAVV ¡¡¡RETORNE A ESTE MUNDO!!!

Inserto el bastón metálico con tal fuerza en el artefacto piramidal que el suelo de Vadmuron se quebró en un sinnúmero de lugares.

Grimor se quedó congelado en el aire.

El mundo había cambiado.

Pasmosas naves con cientas de irradiaciones deambulaban en el cielo, enormes rascacielos curvados de aspecto artificial que parecía que le habían robado la luz a las estrellas se podían contemplar en la lejanía, grandes esferas brillosas eran el umbral por donde emergían y salían extraños vehículos de distintas formas, por las pantallas se podían apreciar las calles, negras calles con luces horizontales que indicaban el límite entre el paso de los vehículos y los insólitos seres que deambulaban dirigiéndose a diversos puntos de lo que era el mundo de Ageur, esto parecía ser el centro de poder de alguna especie.

Se escuchó un terrible ruido que puso a correr a los moradores de esta megalópolis, corrían desesperadamente a refugiarse en el interior de las superconstrucciones erigidas en una era bastante longincua.

El ruido se hizo mas intenso, impresionante luces examinaron el cielo y aparatos como cubos fueron lanzados al cielo con un terrible ruido causando explosiones en distintos lugares del cielo.

Entonces una estela de luz cayó del cielo y momentos después se escuchó un horrible ruido, un fuego azul inundó la ciudad.

Entonces todo volvió a retroceder como en cámara lenta, el fuego azul volvió a su origen, los cubos volvieron a sus lanzaderas, el pánico se retiro de los ciudadanos.

La prodigiosa ciudad volvió a su estado original.

Cientas de voces gritaron al unísono.

– ¡Arranquen la materia del pasado y transpórtenla intacta a un punto deseado de del plano multidimensional del tiempo! ¡En el planeta no deben existir entidades orgánicas vivientes! ¡Destrúyanlas! ¡Arranquen Vutvratrox, insértenlo en el punto deseado del plano multidimensional del tiempo y actívenlo! ¡No deben existir entidades orgánicas en el proceso!

El mundo volvió a ser como antes,

Vurvraxzlruvratrorv se dio la vuelta y con una ira tremenda golpeó a Grimor con tal fuerza que salió volando en dirección a la llanura de Gurbellanrie Edam.

La torre de Vadmatraum comenzó a ser remplazada por materia de un punto distante del plano multidimensional del tiempo.

En la llanura de Gurbellanrie Edam, la sexta oleada de Lugeones había terminado con las ilusiones del mundo, los durprantos aplastaban sin misericordia la alianza de Agustran y la alianza de Andeiror.

Yorkash contemplaba lo que se encontraba en el otro extremo de la llanura, lo que quedaba de la caballería de Agustran combatía con un coraje sin igual, aún sabiendo que ya habían perdido.

Yorkash sintió respeto por primera vez por sus enemigos.

Lo que quedaba del ejército de Agustran y el ejército de Andeiror huían por diferentes direcciones ante su incuestionable derrota.

La aún ingente caballería de Durvoltiania se dio a la tarea de perseguirlos.

En el otro extremo Arganord y su caballería asesinaban sin piedad al remanente de los Lugeones.

Continuaron hasta que solo podían observar en el otro extremo un ejército victorioso, invencible en estas circunstancias, ya no tenían posibilidades algunas de victoria ¡El imperio de Durvoltiania tenía el camino libre para abrir el umbral de las estrellas! ¡El mundo caería en una era de oscuridad y sufrimiento!

Arganord, lo sabía ¡Había fracasado! pero no había sido un fracaso cualquiera su brillante estrategia había acabado con mas de 12 Lugeones ¡120.000 unidades!

Pero el jamás iba a rendirse ni a escapar, el era un guerrero y debía morir como tal.

Solo eran unos pocos centenares de soldados de caballería, ante mas de 60.000 enemigos que se encontraban en el otro extremo, pero el era un guerrero y debía morir como tal.

Vadmatraum comenzó a mutar sus paredes, como si se tratara de una enfermedad contagiosa, los muros se transformaban gradualmente en protuberancias de aspecto metálico, comenzó a inclinarse con el peligro de derrumbarse, una nave descendió en Vadmuron y Vurvraxzlruvratrorv se subió a ella para no retornar nunca a un mundo que era conocido por los habitantes actuales como Ageur.

Ahora Vadmatraum era una torre deforme, de aspecto metálico con cientas de protuberancias, la materia del pasado estaba siendo transportada a un punto del plano multidimensional de tiempo, la otrora torre se volvió diáfana, en su interior una colosal luz horizontal se hacía presente cada cierto tiempo, la llanura de Gurbellarie Edam se iluminaba cada cierto tiempo como si el día durará un momento y la noche otro.

Los que se encontraban en la llanura, señalaban el lugar del evento, maravillados y con la boca abierta.

– ¡Esa es una señal de nuestros dioses! ¡Muestran su beneplácito ante nuestra inminente victoria! ¡Pero les ordenó que se concentren en el enemigo! ¡Todavía no están totalmente derrotados! ¡Concéntrense en el enemigo! – rugió Busharil.

Yorkash grito a sus Lugeones:

– ¡Un ejército no esta vencido hasta que todos sus comandantes están pudriéndose en el campo de batalla! – Señalo al otro extremo – ¡Ahí se encuentra el líder de estos ejércitos y sus acólitos! ¡Debemos ultimarlos a todos! – ¡Musonores! ¡Agrupen 3 lugeones y 1 Baramun! ¡Preparen el ataque final!

Las Lugeones se formaron como si estuviera por iniciar otra batalla.

Yorkash señalo el lugar donde se encontraban Arganord y el remanente de su caballería.

– ¡Mátenlos a todos! ¡Que no quede ni uno con vida! – exclamó Yorkash con extrema frialdad.

3 Lugeones y 1 Baramun comenzaron a cargar como animales salvajes en busca de su presa hambrientos de muerte y destrucción.

Contenedores blancos surgieron en Vadmatraum, haciendo el evento mas espectacular, estos contenedores blancos entraban y salían de la otrora torre como miles de hormigas brillantes como si estuvieran en un caos absoluto, los fulgores blancos se movían por toda la torre provocando una enorme impresión en los que se encontraban en Gurbellanrie Edam.

Luces de distintos colores asomaron por la superficie de la otrora torre de Vadmatraum, de distinta forma y tamaño, indicando una secuencia que acabaría muy pronto.

En el otro extremo Arganord se dio cuenta de que su muerte era inevitable.

– Creo que este es el final Ceuludor, ¡Contempla cuantos ejércitos del imperio vienen a darnos el golpe de gracia! – se dirigió a sus soldados – ¡Es mejor morir en batalla que vivir habiendo huida de una! ¡Nuestro destino es morir pero morir peleando! ¡En formación de ataque!

Acataron la última orden de su comandante sin dudarlo, como leales soldados al servicio de un comandante.

Arganord era un guerrero al igual que ellos y debían morir como tales, gritó con todas sus fuerzas.

– ¡ATAQUEN!

El remanente del ejército de Agustran comenzó a cargar contra los miles que venían en su contra, la posibilidad de salir con vida de un ataque similar era ninguna.

Yorkash, Kuntrosh y Busharil contemplaban el último ataque antes de la victoria definitiva, con la muerte de todos los comandantes el mundo ya no tendría oportunidad de intentar rebelarse en contra del gran imperio de Durvoltiania.

Las hordas de Durvoltiania aceleraron su ataque tirando sus escudos ansiosos de aniquilar de una vez por todas a la amenaza, el Baramun se acercaba por el frente, Arganord y sus soldados se acercaban a su último objetivo, la lluvia les caía en la cara y los truenos iban a ser los últimos sonidos de la naturaleza que tendrían la oportunidad de escuchar, el día y la noche por un momento era el último gran evento que percibirían antes de impactar con una masa de muerte.

Aceleraron su última carga sin temor antes del comienzo de una nueva era para el mundo.

3 Lugeones y 1 Baramun cargaban para aplastar fácilmente a el último guardián de Avutron y sus soldados que morían con honor y respeto de sus enemigos.

Mientras cargaba toda su vida pasó por su mente, su niñez, su adolescencia, la milicia, las batallas, ¡toda le guerra que ahora llegaba a su epílogo! y el insólito sueño.

El Baramun los impactó primero por el frente, las 3 Lugeones las seguían.

Ya no era Vadmatraum, era un deforme edificio que se asemejaba a los troncos de algunos arboles gruesos, había incrementado su altura diez veces, los fulgores blancos continuaban moviéndose por aquella insólita construcción en un caos absoluto, la cima se convirtió en una gruesa y gran plataforma con enormes agujeros de los cuales salieron cosas símiles a gigantescos tentáculos que formaron una esfera casi perfecta y se insertaron en huecos similares que se encontraban en la base, símil a la gran plataforma de la cima.

Esos gigantescos tentáculos comenzaron a rotar alrededor de el nuevo rascacielos que se había formado, provocando un ruido terrible y temor en los que se encontraban en la llanura contemplando el evento, fulgores azules comenzaron a flotar como espíritus dentro de la gran esfera, a medida que pasaba el tiempo la velocidad de rotación se hizo mas intensa y los fulgores azules se hicieron mas profusos y mas intensos.

El ruido provoca temor en el ejército vencedor.

– ¡Nuestros dioses transportan una estrella a este mundo por nuestra victoria! – exclamó un soldado que contemplaba maravillado el evento.

– ¡Yorkash! ¡Que es todo eso! ¡No pueden ser nuestros dioses! ¡Esa cosa no parece que tenga intenciones buenas hacia nosotros! ¿Que hacemos? – preguntó desesperado Kuntrosh.

El rascacielos recién formado lanzó una onda que viajó a una impresionante velocidad provocando que Yorkash, Kuntrosh y Busharil con miles de soldados fueran lanzados como partículas de polvo ante un poderoso huracán.

Pero solo fue una onda pequeña, los soldados que contemplaron lo sucedido sintieron pavor y comenzaron a huir, tan rápido como podían.

Los tentáculos que formaron la esfera comenzaron a brillar intensamente.

Otra onda surgió del rascacielos, miles mas fueron lanzados como insectos ante un huracán.

El pánico y el caos reinaban la llanura ante aquella invencible hostilidad.

Los fulgores azules que deambulaban en la esfera sin orden ni rumbo específico, comenzaron a ingresar en el rascacielos, como si alguien lo hubiera ordenado, como si alguien estuviera manipulando el rascacielos, como si alguien deseara ver arder el mundo de Ageur. El prodigioso fulgor azul oscuro que produjo fue contemplado por cientas de miles de personas que se encontraban al otro lado del continente, como una estrella que había descendido de los cielos y se había posado en el planeta.

Los contendores son que deambulaban en un caos absoluto dentro y fuera del rascacielos fueron iluminados con tanta intensidad que incrementaron su brillo 5 veces mas, el rascacielos era semejante a los troncos de ciertos arboles, gruesos en ciertas parte y delgado en otras, chuecos, nada simétricos y con algunas protuberancias en ciertas partes, el rascacielos se inclinaba un poco como si estuviera a punto de derrumbarse, pero el no acataba las leyes de la gravedad, su terrible aspecto y terribles acciones fueron el detonante para el pavor y el caos en Gurbellanrie Edam.

Las luces que iniciaron la secuencia al principio cada vez se iban apagando, los tentáculos fueron retirados apagando para siempre la execrable estrella que había descendido del cielo.

Las luces elipsoidales formaron varias luces deformes en diversos puntos de Vutvratrox, estas luces ascendieron a la cima a una velocidad increíble, agrupándose en ese lugar con el propósito de llamar a materia desconocida del ignoto espacio.

Los que escapaban fueron arremetidos varias veces por ondas que los lanzaron a donde deseaban estar, lejos de ese abominable emplazamiento donde si sobrevivían contarían que una estrella vino del cielo y comenzó a atacar a todos lo que habían combatido ese día, un astro vengador.

Varios gruesos rayos impactaron la cima de Vutvratrox provocando el peor ruido que ha escuchado el mundo, estos rayos viajaron por Vutvratrox tratando de encontrar un objetivo.

Los contenedores que había incrementado su brillo 5 veces mas continuaban deambulando en absoluto orden y caos.

Uno de los contenedores se quebró.

Se escucho el peor ruido desde el origen del mundo.

Una onda de destrucción viajaba por todo el mundo destruyendo a todas las entidades orgánicas y toda la vida que existía en el mundo de Ageur.

Alguien contemplaba desde el firmamento la destrucción absoluta de las entidades vivientes del mundo de Ageur, su nave era inmemorial, sus múltiples brazos operaban complejos artefactos, mientras contemplaba con orgullo la destrucción total de la vida de un planeta observó un mapa galáctico donde estaban iluminados millones de planetas como objetivos a ser destruidos.

Mientras contemplaba como la onda desaparecía la vida, exclamó con una voz que no era humana, una voz potente, grave y como salida de una máquina.

– Esto es solo el principio.

1 Comentario

  1. Yizeh dice:

    Antes de nada, bienvenido/a y disculpas de antemano por este comentario informativo que poco tiene que ver con tu relato: he visto que lo tienes duplicado, así que voy a poner como borrador la copia más antigua (puedes rescatarlo y editarlo desde tu cuenta, si quieres). También te recomiendo que lo pongas en una categoría (género) concreta, ya que si no, no sólo va a «Zona Basura», sino que quitas un incentivo para que los lectores te lean (muchos querrán leer un tipo de relato, por eso es bueno que le pongas un género). Te pido que lo edites.
    ¡Un saludo!
    Yizeh, admin de Sopa de Relatos

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