En el cielo

La niebla era cerrada y de tan espesa impedía ver el cambio radical en el color del cielo. Su color azul normal a esas horas del día se estaba transformando en un color morado cobrizo, más parecido al color de un metal veteado brillante.

Sólo las naves y sus pasajeros supieron lo que estaba ocurriendo. Sin embargo nunca jamás pudieron contar lo sucedido.

Al disiparse la niebla el cielo había recuperado su naturaleza. Pero era diferente, era un cielo sin vida. Vida que a partir de ese instante entre nieblas tendría un nuevo hogar.

Isabel Lopez Soriano
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