La Misión

Corro rápidamente.  Es de noche, llueve y hace frío.  El parque de San Carlos es diferente cuando cae el sol.

Oigo sus pasos muy cerca de mí. ¡Dios! No puedo creer que esa cosa me esté persiguiendo.

Tropiezo. Caigo barranca abajo. Me tuerzo el tobillo. Grito. Cierro los ojos y espero. El dolor me aturde. Sollozo. Entonces sus garras me toman del hombro. Siento su respiración detrás de mí. Me estremezco. Me va a matar. Lo sé. Me va a descuartizar y nada puedo hacer. Al fin y al cabo, esa es su misión.

Luciano
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