Guerra de interior.

Nunca le confesó su secreto. Su habilidad para construir muros de silencio y cárceles mentales. Cuando en su vida amenazaba el odio ella invocaba su muro de silencio y ahogaba la realidad, encerrándola en su mente. Acabó odiando su cuerpo por culpa de un espejo, condenándose a vivir en un mundo de pesadillas, las que ella había llamado. Enjaulada junto al infierno en su propia alma se preguntó que quedaría más allá de las fronteras de su mente: imaginó un mundo sin mal en el que encarceló a aquel a quien nunca pudo confesar su secreto en una sempiterna felicidad.

Ruben Alonso
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