Deseo incesante.
- publicado el 13/02/2014
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Te extrañan mis eñes.
¡Qué soñada era mi piel: de la hazaña
que le tiñeron todos tus rasguños!
¡Y con sus dos montañas, mis terruños,
qué lampiña era tu piel y qué huraña!
Visiones: tu cañada escudriñaba
mi cariñoso señuelo que empuño.
Luego reñí y, en el ensueño tuyo,
desempuñé de mi amor la champaña.
No olvido, tu guiño rompía mi ceño.
No te empañas, de recuerdos me baño.
Yo te añoro y mis sueños en ti empeño.
Mi dueña, pequeña Diosa de antaño.
Todos los años, tristes o risueños,
te extrañará la entraña de este extraño.
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- Te extrañan mis eñes. - 12/02/2014
Enhorabuena, es espectacular.
En breve nos pondremos en contacto contigo.
¡Felicidades!
Muchas gracias por tu comentario. Aprecio en verdad que eligieron mi poema. Se lo escribí a alguien muy importante: esa mujer que los hombres podremos olvidar sólo después de que nuestro propio nombre resulte difícil de pronunciar, o quizá cuando no recordemos como caminar o cuando no sepamos si estamos vivos o muertos.
Tengo una petición que espero que puedan de cumplir. Quisiera un tanto más de la revista para dárselo a la dueña del poema. Entiendo que tenga algún costo extra. Espero que sea posible. Muchas gracias.
Enhorabuena!!
Felicidades Óscar, un saludo
Hola Óscar, felicidades por el galardón. Me he permitido hacer un análisis métrico de tu soneto en el blog del Liceo Poético de Benidorm, espero que te guste.
http://www.liceopoeticodebenidorm.blogspot.com