Aderezando

Lamía el perfil de su piel rosada

la viva encarnada lengua encendida,

pintando estelas de espuma en la herida;

aderezada entera, aderezada.

Y aderezando la cama mojada,

que embebía de hontanares de vida,

seguía lamiendo la flor prohibida

la aderezada lengua aderezada.

¡Ay, que si danza se pone a gritar;

ay, que si grita tiembla; ay, que empieza

aderezando la flor a temblar!

Tiritando quedó sobre un níveo mar

su cuerpo húmedo, vergel de belleza,

pletórico y harto de aderezar.

Javier Osorio Pinero
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4 Comentarios

  1. Davinia Díaz dice:

    Me ha encantado! Y hay pruebas… 😉 Erotismo puro!

  2. Rosa MB dice:

    Qué bellas palabras!!

  3. David López de Ribero dice:

    Muy bueno. Felicidades.

  4. JC dice:

    Me gustó

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