SI DE MI DEPENDIERA…

Haría que recibieras todos los amaneceres del color que tú quisieras,

que a tus oídos llegasen las más bellas melodías que los pájaros trinasen,

recibir cada mañana los aromas y fragancias que las flores desprendiesen

y… en la seda de tus sábanas una brisa se metiese para acariciar tu cuerpo.

 

Que el agua que te lavase tan pura y mágica fuese que te sintieras bebé.

Que tu pelo se secase con el más cálido soplo de los labios de tu amor.

Que tu cuerpo se frotase con el tacto de una mano fabricada en algodón.

Y como crema hidratante que se extienda por tu piel  el vaho de tu mujer.

 

Afeitarte con espuma, hecha por blanco merengue y así te «rechupetees»

la maquinilla pasarte como si fuera una pluma de una » faisana coqueta»

bañarte bien en colonia hecha de encarnadas rosas, margaritas y claveles,

ir peinando tu cabello y su aroma repartiendo con un fino peine de oro.

 

Derechito al vestidor, ir escogiendo tu ropa, primero la de «interior»…

vestirte como «un pilcel»: un sueter de cuello vuelto de color azul marino,

pantalones color beige, con una vuelta en los bajos y  bien marcada la raya.

preparados de ayer noche, tus zapatos castellanos, brillantes como diamantes.

 

¡Anda!… ¡ qué  «chulito » me has quedado !

Con lo  «creído » que eres…  JA, JA, JA…

¡ HOY… NO HAY NI DIOS QUE TE TOSA !

 

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