No te acerques ahí

Un niño saharawi, sintiéndose un día lleno de curiosidad, quiso acercarse al muro ubicado en las afueras de su pueblo. Ya estaba construido desde antes de que naciera, pero no entendía el motivo de que le prohibiesen merodear por allí.

                Pretendió convencer a su hermano mayor para observar juntos el muro más cerca que de costumbre. Sin embargo, eso le fue imposible; y sin su brazo a torcer se encaminó solo hacia aquella fortaleza.

                El niño encontró varios residuos de lo que antes habían sido equipamientos militares. Quedó tan impresionado como si le hubieran regalado un juguete nuevo. Muchas veces le dijeron sus padres, incluso su hermano, que no tocase nada extraño. Pero él no pudo resistir a su curiosidad y pisó un objeto maldito que le lanzó violentamente e hirió gravemente una de sus piernas.

Ursula M. A.
Últimas entradas de Ursula M. A. (ver todo)

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada