¡CÓMO LE QUIERE!

Lo quiere como ella misma no sabe, se emboba cada vez que le mira, cada vez que le oye dos palabras …que quedan como eco en sus oídos.

Se pone super nerviosa como cuando era una niña, las mismas emociones como entonces la misma conmoción y entusiasmo… la igual caricia en su corazón acelerado.

Le cuesta reponerse, como si ello fuese un susto, hoy fué quizá…como uno de los peores.Le llevó tiempo calmar su corazón…bastante, para llevarlo a su latido habitual.

Llegó a asustarse, no cogía aire suficiente. Hubo de incorporarse y poner pié en el suelo cree, ella imagina como una subida de tensión luego, al calmarse se dió cuenta que eso fué lo que ahora se llama ¡UN SUBIDÓN!.

Le llama la atención que, depués de tanto tiempo las reacciones puedan ser exactamente las mismas de las que sentía en su adolescencia, es… como si no hubiera crecido desde entonces, como si el tiempo no hubiese pasado…como si se hubiera quedado anclada en aquella arboleda donde pasaron la mayoría de sus tardes.

No sé cómo será mañana, ni pasado, ni dentro de meses o años. De lo que está segura es que lo sentirá siempre y, aunque de susto en susto transcurra el tiempo que le quede, sabe que trás ellos recobrará ese mínimo sosiego que consigue después del ahogamiento que le produce… a veces él llega a tiempo para darle los primeros auxilios, ella confía en su socorrista y acaba salvándola, al menos… «hasta la próxima».

Tiene que ser «masoquista», no puede ser de otra forma, pues aún con ello, luego se la vé tan feliz el resto del día que, a parte del susto parece le han puesto un cohete en el c—.

Sin duda no ha crecido… ha preferido quedarse en ese banco de piedra, o en el de madera pintado de verde con los pies de hierro forjado… dejémosla allí, arrobada mirándole a los ojos y encontrarse con sus labios tímidamente, aflorando de sus bocas un dulce y tembloroso… te quiero.

 

 

 

 

 

 

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