SI, TAMBIÉN SE MUERE DE RISA.

Te preocupaba enfermase

por lo mucho que te quiero

no te equivocabas nada

pues ayer, ¡casi me muero!.

 

Y no va a ser de pena, ¡cielo!

sino de dicha, ¡ALEGRÍA!,

me vuelves loca cariño

y me haces morir de risa.

 

Pero luego resucito,

y así voy día tras día

hasta que me quede tiesa

y en fiambre me convierta.

 

Sí, con cara de «gilipollas»

sonrisa de oreja a oreja

me descubran de esa guisa

¡para partirse de risa!…

 

Si la «Codordiz» hubiera

saldría en primera plana:

«ésta se murió de risa»…

por culpa de una tontada.

 

Dirían fué por sus chistes

para darse así importancia

pero la realidad es distinta

murió… ¡por enamorada!.

 

Para morirse de risa

que se ha pasado la moda

de morirse por amor

como la Juana, ¡»la loca»!.

 

Aunque el rey fuera más guapo

que su querido marido

porque el mío no le llega…

ni con zancos a las nalgas.

 

Sí, es mucho más bajito

pero en gracioso es más alto

que con cincuenta peldaños…

¡ni a la suela del zapato!.

 

Ayer terminé en urgencias

porque reí demasiado

tanto te gusta mi risa

que me mandaste al carajo.

 

Se disparó mi tensión…

por reírme a carcajadas

y en la esquela me pondrían:

«murió de ataque de risa», jajaja.

 

Contigo me parto el «culo»

y me duelen los riñones

acabo con un lumbago

¡de mil pares de c——!.

 

Y me dura todo el día,

no digo de los dolores,

sino de las risotadas

que se me quedan grabadas.

 

Cuídame mucho «querido»

que así te duraré poco…

pon un poco de cordura

ya que yo tengo muy poca.

 

Que ya tenemos edad

arrugas y algunas canas

sentidiño muy poquito

y seriedad… ¡casi nada!.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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