Guión Literario – «El chico del ojo vago»

El chico del ojo vago

El primer amor es una pequeña locura y una gran curiosidad.
George Bernard Shaw

Situación: Parada exterior o interior del Hoyo

Voz en off de Odile::
«Aquel día estaba sumida en mi propio aburrimiento; me había saltado las aburridas clases de don Elliot con una excusa que no tenía nada de mentira; me estaba quedando dormida y como era de mala educación hacerlo delante del profesor, prefería marcharme y dormir en mi propia cama. Sé que es una excusa no muy válida, pero me entenderían si asistieran a una de sus «estimulantes» clases sobre la propagación de la luz.
En el momento en que bostecé al recordar la Teoría Copuscular, vi algo que me llamó la atención; un chico. No era especialmente guapo pero tenía “ese algo”, ya sabes… ese atractivo especial que tienen cierto tipo de personas que te paras a mirarla dos veces por la calle… en mi caso, fue la seguridad que emanaban sus pasos, la forma tan desgarbada en la que se colgaba la mochila, su camiseta desteñida con un contraste de colores fríos y cálidos, sus pantalones anchos que arrastraba por el sucio suelo de la estación y sus deportivas que lo delataban como patinador.
Pero el factor más impactante de su atractivo, era, sin más ni menos, que su ojo vago. Cuando se sentó en el mismo banco y a unos pocos centímetros, sentí que no había marcha atrás; había quedado atrapada»

Yago mira a Odile y esta se sobresalta, desviando la mirada hacía el frente, avergonzada. El chasquea la lengua, asqueado y desvia la mirada hacía otro lado. Ella aprobecha para mirarlo y Yago le devuelve inmediatamente la mirada:

Voz en off de Yago:
“Aquel había sido uno de esos días en los que te preguntabas «¿Como puede existir esta persona en el mundo?… me había levantado a las seis y media para llegar a las ocho y enterarme que la vieja chocha no venía a clase por su tercera baja psicológica… Si lo llego a saber no hubiera escogido Cerámica de optativa… . Aun así, sentía llegar a casa, que la vieja me preguntara porque llegaba tan temprano y después de contestarle me preguntara ¿Y las otras claseS? Buff… si ella tuviera que aguantar al reprimido de Literatura y a la neurótica de Francés me entendería perfectamente… Pero como soy un adolescente se me estará permitido mentir ¿No? Bah, que más da… no íbamos a hacer nada interesante en clase.”

Yago coge a Odile mirándole:

Voz en off de Yago:
“Al verla me pregunté «¿Y esta qué coño estará mirando?» Bueno… era evidente lo que estaba mirando… Estoy acostumbrado a que la gente se quede mirando a “Ambli” y que luego se estremezca, que al hablarme la miren de reojo y que intenten fingir que no existe… pero jamás me había topado con alguien que la mire con tanto descarado. Cuando la volví a pillar mirándome me ofusqué «¿De que iba esa chiquillaja?»

Voz en off de Odile:
“¡Ah! ¡Me ha pillado! ¿Habré sido muy descarada?”

Yago: ¡Hola! (la saluda con hostilidad y le guiña el ojo sano)

Ambos desvian la mirada en dirección opuesta… pero ella, duditativa, se gira hacía él:

Odile: Perdona… pero… ¿Te conozco de algo?
Yago: Eso mismo me pregunto yo (responde él con una voz cargada de sarcasmo)
Odile: Entonces ninguno nos conocemos.

Yago le dirige una mirada llena de incredulidad
:
Yago: Pues no… pero por lo que me he dado cuenta te gusta intimidar a la gente.

Odile deja de mirarle, avergonzada.

Odile: Lo siento, no pretendía ser tan descarada…
Yago: No te preocupes, es normal que te quedes mirándolo.
Odile: ¿Mirándolo? (Pregunta extrañada)
Yago: Sí, mirándolo (responde molesto)
Odile: No te sigo…
Yago: ¡Coño, el ojo! (gruñe el chico señalándolo con el dedo)
Odile: Ah… ¡El ojo!
Yago: ¡Sí, el ojo! (dice el imitando la voz de la chica) ¡No me digas que no te has dado cuenta de mi ambliopía!
Odile: ¿Amblio… qué? (pregunta ella extrañada)

El chico gruñe unas palabras que ella no entiende

Yago: Nada… ¡Olvídalo!
Odile: ¿Se llama así? Es decir… yo creía que se llamaba «Ojo vago»
Yago: Esa es la manera más vulgar.
Odile: (Sonriendo) Y la más fácil. Lo siento por ser tan descarada.
Yago: ¿Nunca antes habías visto a una persona con el ojo vago?
Odile: ¡A mi abuelo!
Yago: Te recuerdo a tu abuelo.
Odile: ¡No es eso!
Yago: ¿Entonces?
Odile: Una chica no dice esas cosas.
Yago la mira con incredulidad:
Yago: Supongo que no… (dice con un suspiro)

Odile se inquieta, como quien busca las palabras adecuadas para decirlas:

Odile: ¿De verdad quieres saberlo?
Yago: Realmente no lo sé.
Odile frunce el ceño: ¿Quieres o no?
Yago: No te abrás escapado de algún psiquiátrico ¿Verdad?
Odile se cruza de brazos: Repito ¿Quieres saberlo o no?
Yago: Esta bien… quiero saberlo.
Odile: ¡Eres muy guapo!

Hay un momento de silencio entre ambos. Yago desvia la mirada y suspira:

Yago: Mira… a mí las bromas así como que…
Odile: ¡No es ninguna broma! ¡Es verdad! ¡Eres muy guapo!
Yago: ¿Tu abuelo también lo era?
Odile: Mi abuela dice que sí… ¡Pero tu lo eres más eh!
Yago: Ya veo que es genética lo de tu familia.
Odile: ¡Ya lo creo!

Ambos se quedan en silencio de nuevo, un silencio que es roto por Yago:

Yago: Y bueno… entonces… te parezco guapo ¿No?
Odile asiente. Yago sonrie asintiendo y luego mira al frente:
Yago: Anda, ha llegado mi guagua.
Yago se levanta y se gira hacía Odile:
Yago: Tengo que irme. Ha sido un placer conocerte.
Odile: Odile… Ha sido un placer conocerte, Odile.
Yago: Bonito nombre…. Odile. El mío es Yago.
Odile: ¡Te buscaré por el Tuenti!
Yago avanza hacía la guagua y Odile se levanta:
Odile: ¡QUE SEPAS QUE ERES MUY GUAPO!
Odile sonríe.

Voz en off de Odile:
Cuando supe su nombre sabía lo primero que iba a hacer cuando llegara a casa:
-Encender el ordenador.
-Conectarme a Internet.
-Buscar a todos los Yago de la isla.
– Y una vez le encuentre… agregarle a Yago, el chico del ojo vago.

Voz en off de Yago:
Fue en ese momento cuando admitiría que su extraño juicio no parecía hacerle justicia a su físico… pero igualmente estaba loca. Aunque… bueno… si me agregaba…. empezaría a saltarme las clases con mas frecuencia

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