POR ENCIMA DE...
- publicado el 13/11/2016
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Extrañas sensaciones…
Extrañas sensaciones le recorrían cuando miró de nuevo hacia abajo. Allí seguía, en sus manos, tal y como lo había tenido siempre.
Se sentía confuso. Hasta tan sólo un par de días antes, no se había preguntado nunca por qué estaba ahi. Asumir las cosas, entenderlas como normales cuando siempre las has visto, cuando siempre las has sentido cerca.
Levantó la vista, hoy llevaría su experimento un poco más allá.
Salió a la calle. Sabía que su amiga le estaría esperando donde siempre, a la misma hora, con la misma ropa y el mismo gesto. Asi había sido todos y cada uno de los días desde hacía innumerables años, y no iba a cambiar ahora.
Corrió por la calle, el perro negro le ladró, haciéndole recordar lo que todos los dias en aquella fracción se segundo. El único momento de su vida en el que estuvo a punto de perderlo. De caerse de sus manos a un pozo infinito de tormento y agonía. La única vez que estuvo a punto de caerse y hundirse en la no-vida. ¿Qué sería? Sentía curiosidad. Hoy por fin saldría de dudas.
El viento soplaba en dirección contraria, pero él no se detuvo. Estaba acostumbrado a ello. La luz se marchaba con los últimos resquicios de sol, pronto encenderían las luces de la calle 8. Y él estaba tan cerca. Sabía de sobra que justo en el momento en que cruzara la última acera, las luces se encenderían cual espectáculo navideño, invadiendo asfalto y fachadas de colores vivos y brillantes. Y en ese momento exacto ella se dirigiría a él con las mismas palabras de siempre:
– Llegas tarde. Te perdonaré porque es la primera vez, pero dime por favor que no se va a repetir. – Las manos de ella, blancas y frías, contrastaban con el amarillo de lo que sostenían. Su mirada, triste y perdida, le recordó lo que una vez había sido para él. Tanto tiempo atrás, tantos recuerdos nostálgicos…
Se dieron dos besos. Al inclinarse, sus dedos se rozaron y ella se puso roja. Ese movimiento casi lascivo, que él siempre hacía tratando de despertar en ella una pasión que no existía. Las manos, sus dedos; la fruta prohibida que todo hombre desearia tener.
Se quedaron mirando el uno al otro hasta que ella, como cada día, dio el primer paso en dirección al paseo. Él no podía dejar de mirar su espalda, con aquel chal que le colgaba hasta casi las piernas, pero que dejaba al aire esos hombros desnudos que tanto anhelaba. Por un momento dudó, pero todo estaba perdido y él sentía una profunda necesidad.
Necesidad de saber.
El golpe fue rápido y leve. Lo suficiente para desestabilizarla y que cayera hacia delante. El huevo que había entre sus manos salió despedido en el aire. Se estrelló a unos pasos de ellos contra el suelo, y al contacto con éste, se deshizo en un mar de hormigas que en un vaivén holocáustico huyeron buscando refugio del aire y el frío.
La mirada de ella lo decía todo. ¿Por qué?
Poco a poco, sus facciones se volvieron grises a medida que la calavera se iba haciendo más notable. Sus ojos se hundieron hacia dentro buscando la oscuridad del pensamiento, y sus músculos fueron uno a uno desligando sus tendones para dejar el cuerpo inerte de la chica sobre la calzada.
Él no podía apartar la mirada. La figura tendida estalló en un haz de luces y serpentinas de colores, hasta deshacerse en vapores negros que, poco a poco, se fueron disipando en el aire, para después buscarse como los brazos y los labios de los dos amantes y juntándose de nuevo en la forma de una libélula de gran tamaño.
El insecto se acercó a él y, tras posarse sobre su mejilla unos instantes a modo de despedida, elevó el vuelo en dirección a la luna.
El hombre se giró y bajó la vista. Miró sus manos y levantó una de ellas, dejando entrever entre los dedos el cascarón de su huevo, el cascarón de su vida. Comenzó a andar hacia delante, hacia su casa. Ya nada sería igual. Nunca más.
- Amont – Capítulo 5 - 23/12/2010
- Amont – Capítulo 3 - 09/12/2010
- Encerrados - 19/11/2010
Bueno,
Hacía mucho que no escribía y antes de ponerme con el o los relatos de terror, antes de iniciar mi proyecto a medias con Lascivo y antes en general de reengancharme de todo, quería romper el hielo con algo rápido.
No creo que tenga mucha calidad, y realmente lo he escrito rápido buscando la espontaneidad. Es una idea que tenia sin digerir y ha salido un poco de manera improvisada. Espero sin embargo, que sirva de algo, que os guste o que os haga reflexionar de cualquier modo.
Un saludo amigos! Espero leeros por aqui.
ya decía yo del gesto «lascivo», algo de los amigos se inicia. Me costó la verdad y me daba risa el pensar…¿es que la vida es un huevo? ¿esque se murió porque se quebró?¿ se loe strelló en la cara? será que … en fin…. muchas preguntas y por ahi ya me lo explciaron uno de los comentarios anteriores …. gracias por iniciar nuevos proyectos me gusta mucho esta página.
Saludos
A ti por comentar,… (aunque la verdad es que no acabo de entender el comentario, pero es que estoy un poco espeso hoy, a ver si mañana me lo leo otra vez :S)
Me ha gustado.
Y creo que también es un relato en el que se pueden ver bastantes metáforas…
Lo del huevo, la transformación, el humo, el querer cambiar la rutina, o cerrar la puerta al pasado, y abrir una al futuro..
Me ha parecido bastante interesante ^^.
Gracias. La verdad es que todo surge de un sueño que me ha contado un amigo hoy. Me decía que su vida era un huevo, y me ha parecido que explicaba muy bien la fragilidad de la vida. El resto de cosas las he ido pensando a lo largo del día, por experiencias propias, como la reiteración en su rutina, o la transformación de la mujer en algo después de morir. El hecho de que sea una libélula por ejemplo, también tiene un porqué, puesto que siempre se ha considerado un símbolo de reencarnación y de «post-muerte» en cierto sentido.
O el hecho de que la calle 8, si la ves de manera perpendicular es la calle infinito… porque siempre es igual. No hay más datos que ese, ni de donde estan ni quien son, eso lo hace más amplio a todo el mundo.
No se si se entienden estas ideas o se me pira mucho la pinza xD
Gracias por el comentario 🙂
Ahora que he leído los comentarios, puedo entender un poco más el relato.
Lo cierto es que al principio me recordaba a «El día de la marmota» por lo de vivir siempre lo mismo. Sin embargo mezcla cambios y lo qe siempre permanece.
Eres la segunda persona que me dice lo del día de la marmota… no sé que es eso, aunque me explicaron que era como un bucle en el mismo día,… voy a mirar en el google 😉
Es una peli de Bill Murray. Te ríes.
Me parece un buen regreso, Champi.
Creo que yo hubiera puesto el relato en Surrealismo.
Hay una cosa que no me acaba de cuadrar: el prota parece la mar de tranquilo, o al menos esa sensación da. La de ser un espectador de los sucesos que ocurren. Sin embargo, al final rematas con que «nada sería igual». Un cambio tan grande al menos debería darle más exaltación, ¿no? Creo que le ha faltado algo de fuerza a la narración. Un poco de más energía, al menos en lo que percibe el prota.
Por lo demás, genial. Muy abstracto, metafórico, surrealista. Conjugas muchos elementos y los mezclas con maestría. ¡Chapó!
Gracias. 🙂
Aunque creo que lo dices para que siga escribiendo 😛
Explico lo que pienso.El protagonista es tranquilo. Sabe y entiende como suceden las cosas alrededor, pero en realidad está en su mano el cambiar el curso de los acontecimientos. Por eso hace el gesto que hace y creo que el hecho de «romper el huevo» de la que fue su amante/amiga, ocasiona un giro en su vida en el sentido de que al día siguiente no estaría alli, ni diría las cosas que dice, ni pasearían juntos, ni pasaría nada de eso, porque ella ya no estaría.
No entiendo lo que dices con que debería de darle más exaltación, consideré que acabar el relato con eso era suficiente… ¿debería acaso de replantearlo? Pensé que sería buena idea y no entiendo que me dirias, me gustaría que lo explicaras un poco mejor, plz 🙂
Quiero decir, lo de la fuerza, y lo de la exaltacion.
gracias 😉
fuerza en las expresiones. Es decir, creo que el personaje debería estar más asombrado de lo que ve, y eso es algo que tu narración no me transmite. Me ha parecido más bien tranquila, como si todo lo que pasara fuera pasajero.
Ya entiendo…
Y no lo digo como contestación sino para crear debate…
¿Realmente es importante lo que él opine o como se sorprenda de lo que pasa? Quiero decir, y a ver si estamos de acuerdo…
Durante lo que sucede, él no debe nombrarse, puesto que creo que perdería fuerza la descripcion, igual me equivoco, pero yo lo pensaría asi. Después, a la hora de girarse y marcharse, igual debería haber descrito algún sentimiento de él. Creo que te refieres a eso. Pero por otro lado, y no digo que sea mejor, pero por contrastar… Él es, por lo que se dice al principio, un tipo al que realmente lo que le interesa es saber. Ha de sorprenderse… igual ya esperaba algo parecido,…
Lo digo tras leerlo de nuevo y no como cosa que pensara a priori. Parece que él se da la vuelta rápidamente, dandole la espalda a lo que habia pasado y centrándose en el presente… no sería eso contradictorio… realmente creo que no escribí eso por ningúna razón, pero al texto me remito…
(a ver si convertimos esto en un taller)
Me ha gustado mucho, qué narices. Me ha cautivado la descripción de la transformación del cadáver de la mujer y algunas comparaciones, como ésa en la que comparas los vapores negros con los brazos de dos amantes.Me ha gustado porque me ha parecido muy rico en imágenes, muy preciosista, quizás algo modernista incluso. Por los colores, porla libélula, por el chal de la mujer.
Uhm, sin duda Lascivo es contrario de la narracion tranquila y monótona, porque el otro día me lo comentó a mí también. Creo que tiene razón.Cuando se despejen los vapores del sueño espeso y dilatado del medio día, contestaré con viento inflando el trapo.Mañana lo releo y contribuyo al taller.
Hola, honestamente me parece una idea bastante trillada, no digo que no sea interesante, es sólo que es algo que se ha contado tantas veces que uno termina por perder el interés, por ejemplo para esta clase de textos tenemos al Retrato de Dorian Gray, no sé, la verdad me ha parecido entretenido, pero me parece que le faltó un poco de alma.
Entonces… Kaldina… no es un mal realto, ¿sino una mala elección de tema en tu opinión?
Exacto, creo que tu texto falla en el «como», en la forma en que abordas el relato, me gusta la narratoria, pero la forma en que está estructurado es lo que no me llamó mucho la atención.