Cambio de deseo

CAMBIO DE DESEO

Capítulo 1

Esta historia comienza con Guancho de 16 años de edad en el taller del padre, atareado en su monopatín y algunas piezas del padre (que es mecánico por cierto). Está intentando ponerle un motor al monopatín para ir más rápido al colegio porque está a 2 kilómetros de su casa y no tienen mucho dinero para el autobús.

Capítulo 2

Continua con Hasan subiendo a un autobús un poco nervioso porque lleva 5 kilos de explosivos alrededor de su pecho y espalda. Las personas pasan a su lado ajenas a que posiblemente sea lo último que vean en este mundo.

-Disculpe. -le dice una mujer embarazada que intenta ir al asiento para minusválidos.

-No importa -contesta Hasan-. Soy una persona que le gusta dejar que se sienten los mayores y embarazadas como usted, señora.

-Gracias, es usted muy amable. No tiene calor con ese chaquetón que lleva. -Replica la mujer.

-No, es que soy muy friolero, no se preocupe.

Pasan unos minutos y el autobús cada vez está más lleno.

Hasan piensa que ya es la hora de hacerlo estallar. Se abre la chaqueta y grita.

-Vais a morir todos, por Alá y su Harem de vírgenes que me esperan al otro lado.

El conductor del autobús reacciona abriendo las puertas para que la explosión no sea tan fuerte allí dentro, diría mas tarde cuando lo entrevistaron para el periódico local.

Hasan se queda estupefacto viendo la cara de la gente y dándole al botón de la bomba (que no explota).                                                                                       Entonces sale del autobús, corre para que no se le eche encima la gente que grita casi histérica y por poco tropieza con Guancho, que iba con su recién estrenado monopatín a motor.

-Ten cuidado por donde vas, que vas a matar a alguien con ese trasto del demonio chaval. -grita Hasan.

Guancho se le queda mirando y ni caso, sigue con su monopatín ajeno a todo lo que ha pasado en el autobús.                                                                                                  Capítulo 3

Hasan consigue llegar al piso franco que tiene junto a algunos compañeros que están intentando hacer lo mismo, de lo que el ha fracasado.

-No se que he sentido Alí, pero cuando he visto las caras de la gente que creían que iba a ser su hora de ir al infierno, me he sentido poderoso. Ha sido como una droga, me ha gustado como me miraban y yo sonreía. Ha sido grandioso.

Alí era otro que estaba preparándose para hacer lo mismo que él.

-Tienes que olvidarte de lo que has sentido y la próxima vez hacerla estallar porque para eso nos han preparado.

-Ya lo se Alí, habrá que ver lo que ha fallado y volver a intentarlo.

Capítulo 4

Hasan se dispone a intentarlo de nuevo pero esta vez lejos de la línea 3 del autobús donde lo intentó la primera vez, por si se encontraba alguien que lo reconociera.       Pero Hasan tenía otra idea en mente. Se metió en el autobús cargado con los 5 kilos de bomba y no dejaba de mirar a la gente a la cara. Se abre la chaqueta y grita por segunda vez, sin que el esperara hacerlo más de una vez. Pero así fue.

-Vais a morir todos, por Alá y su Harem de vírgenes que me esperan al otro lado.

Se quedó mirando a la gente a la cara como he dicho antes, mientras una sonrisa le iluminaba la cara. Pero esta vez no le dio a ningún botón, se sentía poderoso viendo las reacciones de la gente y pensó, “esto tengo que verlo otra vez, no puedo dejar de ver estas reacciones y lo poderoso que me hace sentir”.  Así que salió del autobús y echo a correr de nuevo al piso franco.

Capítulo 5

-Otra vez me ha pasado lo mismo Mohama, -le decía Hasan a otro compañero de futuro Harem de vírgenes.

-Miraremos haber que ha podido pasar, pero es muy raro que te ocurra dos veces, -contestaba Mohama.

Mientras en el televisor sin volumen que había en el piso salía una noticia, que hizo desviar la mirada a Hasan. Era la noticia de un autobús que había explotado causando 6 muertos y algunos  heridos más, en la esquina se veía la foto de Alí.

“Entonces nadie sabe lo que me hace sentir el hecho de no explotar la bomba, a menos que se lo haya contado a alguien“.  Después de examinar la bomba, Mohama no vio nada raro y le dijo.

-Esto está todo en perfectas condiciones. No se porque no ha explotado. Inténtalo de nuevo, haber si tienes suerte porque las vírgenes te esperan.

-Haber, -dijo Hasan

Capítulo 6

Hasan se dispone a reunirse de nuevo con las vírgenes o no.

Vuelve a subirse a un autobús cargado con sus 5 kilos de explosivos, ya habituales en su pecho y espalda, “como si fueran un apéndice de mi cuerpo”, pensó Hasan. Subió al autobús y esperó que se llenara de gente, cuando volvió a gritar por tercera vez en casi dos meses, sin que esperara hacerlo ni una segunda, pero le había cambiado su deseo. Ya no era un Harem de vírgenes, era sentirse tan poderoso como Alá.  Esta vez con una sonrisa en los labios que casi parecía una carcajada sin sonido, volvió a gritar.

-Vais a morir todos, ja por Alá, ja y su Harem, ja de vírgenes, ja que me esperan, ja al otro lado, ja ja.

La gente se asustó mas porque vieron un loco riéndose en algo tan serio y eso le gustó mas a Hasan.  “Esto es mejor, me creen loco y sus caras tienen una mueca de miedo que me hace sentir incluso mas que Alá, el dios de todos los dioses. Tengo que empezar a correr o me pillarán”  pensó Hasan.

Salió del autobús y cuando dobló la primera esquina chocó con Guancho y explotaron los dos.  A esto que vienen las sombras para llevarse a quien ustedes (amigos lectores) mas odien y las luces a quien mas amen. Y dijo Hasan.

-Ya decía yo que ibas a matar a alguien, chaval.                                                                Guancho lo mira con la cara de no entender nada y dice, -jódete.

Y se jodieron los dos.                                                                          FIN

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1 Comentario

  1. Yizeh dice:

    Hola Mividi.

    Antes de nada, bienvenido o bienvenida.
    Sobre tu relato, decirte que se hace muy incómodo de leer. No divides los párrafos, y no sé exactamente cómo has separado tanto las palabras. Dale a la tecla intro de vez en cuando, o si no, me temo que nadie querrá dejarse los ojos para leerse tus relatos.

    Un saludo, espero que lo puedas arreglar.

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