Sartre para principiantes.

– Mira ese perro.

Al oír su frase me di cuenta de que la palabra «ese» estaba cercenando al animal del mundo y que lo extraía de la realidad en que vivía. Más aún, me di cuenta de que al usar la palabra «perro» había modificado la forma en que yo podía ver al animal y me había robado parte de su existencia. Al ver, específicamente, a ese perro y no al perro que había en él me sentí traidor a la versión del mundo que habría querido tener, violando la realidad con las palabras de mi amigo. Dudé por un instante si contestar o  no. Y ahí se acabó la conversación

khajine
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