Purgas

La mujer que iba en el coche a mi lado vomitaba corazones rosados todas las noches.

Lo hacía en silencio y de rodillas, mientras su príncipe dormía plácidamente. Últimamente escupía también pelis lacrimosas y promesas lamiosas susurradas al oído. Esta noche, me cuenta, ha sido diferente. Entre corazones de algodón ha dado la penúltima arcada. La última ha sido en mi tartana, tiñendo de un azul viscoso toda la tapicería mientras escapamos.

Acelera, coño, carraspea.

Y ya no escuchamos resoplidos en el asiento trasero. Tan sólo un último resuello aturquesado.

xenia
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2 Comentarios

  1. newowen dice:

    Desde luego, muy original, xenia. ¡Un saludo!

    1. ¡Muchas gracias! Dedicado a las mujeres que no quieren ser princesas 🙂

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