El descanso del guerrero

A lomos de su exhausta montura épica, regresa el paladín al hogar tras la durísima campaña invernal. Incontables orcos cayeron bajo el mithril de su espada inmisericorde. Otros tantos compañeros, excelentes caballeros todos ellos, sucumbieron a las negras flechas enemigas. Su esposa, antaño hermosísima dama elfa, aguarda impaciente frente al portón del imponente castillo ancestral.
– ¡¿Te parecen horas de llegar?! Pues mientras tú andabas por ahí divirtiéndote con tus amigotes, tu hijo… Porque te recuerdo que tienes un hijo adolescente…¡Tu hijo ha suspendido hasta la magia!
Bienvenida digna de un cantar de gesta. O de un humilde microrrelato.

Carlos Ortega Pardo
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2 Comentarios

  1. Eva García Romo dice:

    ¡Me encanta! Felicidades. Muy original la mezcla de vocabulario de épocas anteriores y actual

    1. Carlos Ortega Pardo dice:

      Muchas gracias por tu atención, Eva. Nos leemos.

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