El enigma de la corona

Erowald llegó a  la torre.  Subió las escaleras, y se encontró con el guardián.

Pasarás si descifras el acertijo:

Un reino entero pende en  el vacío.  . .

Erowald  era impaciente.  Le cortó la cabeza al guardián   y siguió su camino.  En lo más alto de la torre encontró la corona.   Intentó tomarla  pero ésta no se movió;  no importa,  dijo,  me la llevaré  con todo y el pedestal en el que reposa, así que lo golpeó hasta derribarlo.  No sirvió de nada,  la corona se quedó flotando en el aire.

­­­  —Hubiera escuchado el resto del enigma­—se dijo Erowald.

Juan Manuel Labarte
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