Súbito Nacer

Golpes penetrando las paredes construidas en drywall, aullidos estallando en la lengua de una mujer Asiática con cabello de ángel;  los cultivos hidroponicos de su huerta, se destruían por el egoísmo animal desbordado en su esposo.  Las escaleras recibían el cuerpo de Gio Gio, que resbalaba de un estrépito anunciado por los pies talla 43 de su amado;  sus labios, aun aceitosos se escurrían en la tímida sonrisa,  al observar mil gramos de sueños, ilusiones y células fecundadas con forma definida.  Su valiente varón, salvador del dolor, agarrado de la vida sin pudor.

Silvia Tatiana Nunez
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