Venus Prometea

Pena y furia arde en tu nobleza fuerte,

me tornas sueño oculto en la neblina

aplastada por tu fuerza campesina.

Va y viene loco el río de la muerte.

Armas de tigres la ternura mía

y al cabo de perderte y encontrarte

descubro que amar es triunfo de otro arte

no el barbecho de toros que te alía.

Vamos por las cascadas de la sangre

y el viaje es del que otorga el superior

placer; no hay yo, es nube en cielo ajeno.

Te entrego lo que soy hasta el desangre,

ya engañamos al tiempo y al dolor.

Robo tu fuego, vuelves a ser bueno.

Cibela Ontiveros Garcia
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