PalabrasQueMatan

Hace ya unos días que maté a mi primera victima, la pobre Elena, o eso decís vosotros. Elena llevaba muerta desde niña, por vuestra culpa. Cuando ella, siendo pequeña, acudió a la comisaría diciendo que su padre la golpeaba, la disteis de lado en cuanto su padre dijo lo contrario. Creció con golpes en la cara y  su torso, cuanto más crecía, más cuerpo tenía su padre para golpear. ¿Por qué? Su padre solo se desahogaba de forma inconsciente, no llegaban a fin de mes, no había dinero, tenía miedo de que ella le odiara por no darle lo que quería, y entonces la golpeaba. Y ella comenzó a autolesionarse, pensando que estaba sola, pensando que era mejor seguir sintiendo el dolor en la piel a que el corazón explotase de angustia porque su padre no la quería. Siguió, una de las veces hundió demasiado la cuchilla, ¿no lo recuerdan? Si, fueron al hospital al ver que ocurrió, y después de ver que solo eran unos cortes… Unos cortes con un significado mayor del que le vieron ustedes, se fueron por donde habían venido, ella siguió muerta, sufriendo y sufriendo. Con diecisiete años la maté, la llevé a un lugar mejor, de nada. Sobre mi próxima victima… Salvaré a cualquier otra persona del barrio de Elena. ¿Ven malo lo que hago? Atrapenme entonces.                        Atentamente: Eutanasio, conductor a la felicidad

Número de palabras: 231 (más o menos)

Snow
Últimas entradas de Snow (ver todo)

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada