El patio
- publicado el 24/01/2013
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SUSURRANDO TE CONFIESO
Bien que insisto en susurrarte este oculto sentimiento
pero una fuerza interna no me deja hablar
digno es mi espíritu de esta soledad inquietante
al no concederme la libertad de desearte, de amarte
Mente bloqueada, alma agarrotada,
labios inquietos por ensordecer los truenos que me tienen angustiada
¿Cuál es la razón, maldita ella, por la que me desafía la confesión?
Ese bello y amargo rincón dónde he ido guardando tu recuerdo
y las guerras emocionales que han dado vida a mi corazón
esta noche me suplica con torpeza y humildad
¡Lléname de dicha! ¡No soporto esta desolación!
Para ello, te busco, te miro, te hablo
pero en ese deslustrado camino te escondes
que al oír mis palabras te has desorientado
y sin saberlo, nuestro amor se ha vuelto pecado
El tiempo ha persistido en su sendero
pero la imagen queda inmóvil
tu velado tras un árbol sabio
dudoso de inclinar sus ramas para permitir nuestro encuentro
y yo, clavada frente a ti, incapaz…incapaz de nada
Quisiera mirarte, tocarte, besarte
pero cobarde de mi
me invento el viento para que se lleve mis palabras
me imagino el sol para cegar tu mirada
y creo un bosque entero para impedir el roce de nuestra piel
Pero susurrando te confieso que al instante cierro los ojos
y memorando tal pecado
rastreo con delirio y mesura
el coraje de detener el viento, alzar la vista
y en la sombra del ramaje
alcanzarte para cumplir cualquier condena junto a ti.
- SUSURRANDO TE CONFIESO - 02/09/2014
Oye, ¡los pelos de punta!
Bienvenida seas, Noni. 🙂