Amont - Capítulo 4
- publicado el 19/12/2010
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No Eres Tu, Soy Yo
Era una noche común como las demás, con estrellas y una luna picara asomándose por la ventana.
Heme aquí en el baño, frente al espejo, desnudo con todo y alma, viendo directamente a mi reflejo como si me quisiera decir algo. Es extraño pasar tanto tiempo parado esperando que yo mismo me diera la respuesta a mis preguntas, aun así, sigo aquí, frente a mis miedos y frente a mis alegrías buscando que este momento llegue a su fin.
Aveces pienso que vivo en una fantasía, otras veces pienso que la fantasía es el mundo real, solo se que sigo viéndome en ese espejo viejo que da a notar lo feroz que ha sido el tiempo con el, su aspecto guarda tanto pasado, tanta vanidad, tantas conversaciones y confesiones, como si de un confidente se tratara.
Al fin con todo y sus defectos sigue siendo el mismo espejo, el mismo que me muestra tal y como soy, y mientras pienso todo esto, sigo parado viéndome frente a frente, buscando algo diferente que me delate. Cierro los ojos, pongo mi mente en blanco unos segundos, hasta que los vuelvo abrir, miro fijamente al espejo y puedo ver algo diferente, algo que pueda delatarme, algo profundo que quiere darme la respuesta, veo mi gesto distinto mientras me encuentro estático, eso me confunde, ya nose si estoy aquí o estoy allá, ¿acaso realmente yo seré un reflejo? Sigo sin entender, pero pronto lo sabré. De repente esa silueta tan parecida a mi se me acerca hasta estar a escasos centímetros uno del otro, frente a frente, intercambiando almas, después de eternos diez segundos, dirige su cabeza hacia la mía, a lado de mi oído derecho y me susurra despacio, pero con una forma terriblemente familiar, “No eres tu, soy yo”, luego sonrío, me pongo la pijama, y me voy a dormir.
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