TE QUIERO COMO JAMÁS PUEDAS IMAGINAR

Hola mi amor, mi cielo: empecé a escribirte un poema pero, aunque me salen como churros (de deprisa y malos…) quiero hacerlo como carta, como las cientos que te he escrito durante la temporada en que estábamos separados en la distancia. Ahora estamos cada vez más juntos, más unidos por este amor tan poderoso que nos ha hecho prisioneros el uno del otro, como tan a gusto me siento estando a tu lado, como tan segura cuando me tienes en tus brazos, protegiéndome de todo el mal que me rodea, defendiéndome y comprendiéndome y, aguantándome mis malas costumbres y mis tonterías. Así como al principio la que aguantaba «tus malos genios» era yo… ¡qué pronto te domaste a tí mismo!, qué pronto los dejaste de lado y fué por mí, me lo dijiste varias veces, ahora incluso echo de menos esos momentos en que lo pasaba fatal, lo reconozco, pero me encanta verte enfadado y, sólamente de «cuando en vez» oírte, con esa cara de bueno, tus «pataletas» de niño. Es que lo eres, eres un ser con un alma tan inocente, tan veraz y tan clara, que se te come por fuera y por dentro tu alma como el postre.

Te quiero con locura cariño, eres lo mejor que me ha pasado y quisiera encontrar otra frase más exclusiva para decírtelo. Creo firmemente que no hay otro ser como tú… y, no es porque el cariño me ciegue, aunque he dado muchos palos como como ello, ahora contigo estoy segura y, desde esa seguridad es por lo que estoy convencida que eres el ser más adorable que haya existido, eres un sol de persona, me gustas a todas horas, despeinado cuando te levantas, con los ojitos pitoños, desperezándote, con tu recién caliente piel… eres como un bebé que huele a nenuco y polvos de talco, como el muñeco que quise tanto y que, creí que nunca íba a sustituir nadie…sobre todo un humano.

Sólo podré darte las gracias de una manera… la que no me cuesta ningún trabajo, la más fácil, la más bonita para mí… y es la de quererte como hoy lo hago. Con mis dudas de chiquilla, con mis miedos de niña, con los remordimientos de una adolescente que ya tiene bastantes abriles encima… me cuesta mucho olvidar, me cuesta aceptar muchas cosas que me han sido impuestas desde un principio, me cuesta NO QUERERTE, no sería capaz de dejar de hacerlo. Es mucho, mucho de muchísimo, es tanto, tanto de tantísimo, no tiene medida… desmedido para poder explicártelo. Quiero que sepas mi vida que, como hoy, pienso que nadie te querrá igual, como segura de que nadie tampoco te habrá querido. No pido nada, sólo tu amor, solamente tus caricias y tus besos, para mí no tienen precio, eres mi amor, expléndido colmándome del tuyo, sólo te pido que no dejes de hacerlo, eres para mí muy importante y me has dado tanta felicidad que hay muchos días que, al levantarme me tengo que pellizcar para cerciorarme que esto de verdad me está ocurriendo.

Te quiero amor, hoy muy especialmente por la sorpresa del otro día. Hoy por todas las que me has dado y las que pienso que están por venir, eres una caja de repleta de «ellas» que no paran de sorprenderme, eres mi vida… ¡un sueño hecho realidad!.

Aparte de tus virtudes, es tu físico el que me atrae de una manera «escandalosa», me has vuelto loca de siempre… pero cada día estás más guapo, te pongas lo que te pongas… si hasta con el gorro de baño me estás «pirrando», tendré que probarte con uno de «ducha»… ahí no respondo de «mi gesto», pero estoy segura que después de unos segundos de tirarme por el suelo, «sí me levantaré»… como la canción litúrgica, y te adoraré como el DIOS que para mí eres.

Y, después de confesarte lo que te repito día a día, entraré en la habitación, te preguntaré si te gustó mi carta y te daré el beso más largo y cariñoso que jamás te hayan dado… (bueno para tí son repetidos de todas las noches), pero para mí, cada vez es uno nuevo, es con más kilos de amor que el anterior, voy a tener que pesarlos todas las noches para que lo veas… el próximo mueble será una báscula… puede que la compre en Ikea, así no me quedaré con las ganas como con el sofá.

Abrázame como cada noche, quiéreme como te quiero y me harás feliz lo que me reste.

 

 

 

 

 

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