Noches de mi Barrio, Días Lluviosos.

Me percato de nuevo por el sonido que hace el agua al golpear los techos, las ventanas y el suelo. Empieza a llover de nuevo, el día se mantiene gris y el agua azota con delicadeza los vidrios de mi caza, dejando sus marcas implacables de que hoy tampoco volveremos a reunirnos. Es fin de semana y estábamos ansiosos todos mis amigos de salir esta noche, pero siempre hay excusas y esta es una de las más usadas. Bueno nadie quiere mojarse cuando la intención no es danzar bajo la lluvia.

Pasan los días y el clima se mantiene igual unas mañanas de poco sol, una tarde calurosa y un anochecer lluvioso, donde los chistes sobre la locura del clima se vuelven recurrentes y repetitivos. Pasan de ser graciosos a ser aburridos, tan aburridos como esta noche, donde no para de llover y se hace cada vez más agresiva como si me escuchara decirle que no la quiero en mi zona. No le gusta recibir reprimendas de mi parte y cae con más fuerza el sonido envolvente de todo un barrio recibiendo agua con potencia hace que quiera dormitar.

Pero estoy en su contra no quiero que llueva más, pero es como si me odiara y se viene con más ímpetu acompañado de gritos que deslumbran, seguido de un eco del recuerdo de cada uno de los rayos que con ferocidad retruenan en las cercanías de los lamentos que proclamamos, aquellos que deseaban salir, estamos mirando con desanimo por la ventana. No, no siempre se puede deleitar ver caer las gotas por la ventana con un café o un chocolate caliente, a veces, y digo que solo a veces es bueno que pare.

Soy yo loco que pelea con la impetuosa tormenta que azota, soy yo ocultándome en la lluvia, la ira y el enojo que tengo por querer verla bajo la excusa de salir con los amigos. Un patético don nadie que se para frente a la ventana enojado diciendo en voz alta “para ya maldita sea, haz venido a nosotros todos los días durante una semana. ¿No te cansas de llover nubes?”

Este soy yo, sí, soy un pelafustán y malcriado hombre, que publica en redes sociales en contra de la lluvia, recibiendo comentarios en contra que dicen “la lluvia es lo mejor” “que rico es que llueva así, para dormir” “el plan de estar en pareja viendo una peli bajo el sonido adormecedor de la lluvia es mil veces mejor”. Claro que si, todos están a su favor. Porque tienen con quien pasarlo y eso me hace notar que estoy solo bajo mi techo.

Es lo que más me enoja que todos hablan de mil formas a favor y yo no puedo verla, estos días lluviosos me alejan de su sonrisa, de oler su perfume, verla reír y socializar conmigo. Claro no somos nada realmente, nada más que amigos, pero, bajo el inquieto momento siempre me hace sentir que le gusto. Perdido en sus miradas que coquetamente hace cuando nadie ve, o el obvio insistir de estar a mi lado. Y es lo que deseo, mas esta lluvia no lo ha permitido, ya una semana lejos de ti, un fin de semana arruinado.

Vamos lluvia, tormenta, dioses del trueno, sea Zeus, Thor o Raijin, déjenme verla de nuevo si paran por un momento de hacer llover puedo ir a verla y decirle lo que siento. Sin ocultarme entre el círculo de amigos, tomare el valor que me hace falta y le diré. Solo por un momento, ¡YA! Deja de llover y podre dejar de excusarme por no tener la valentía de decirle. Estaríamos hoy juntos como muchos en el sofá con una cobija viendo algo y tomando chocolate.

Soy yo que pasa de maldecir a rogar a una entidad o simplemente a la nada, que me permita verla y si me dejan podré abrazarle y decirle lo que tengo que decir. Volvería a casa y sin importarme si llueve de nuevo saltaría en los pequeños charcos y gritaría más fuerte que el trueno. Me dejaría impregnar del agua fría que cae del cielo como bendición por quitarme tal peso.

Claro, es obvio lo que tenía que hacer, debí salir sin importarme que, si llueve día tras día noche tras noche no debo tomarlo como excusa, a quien debo reprender es a mí. Porque estoy viendo como la lluvia cae por mi ventana y maldiciendo a la nada, cuando debería buscarla a ella y decirle sin miedos lo que siento cuando la veo. Que patético hombre, que reprendía en voces a quienes se excusaban por no salir por una lluvia, y soy yo quien toma de excusa todo para no confrontar mi corazón.

Salgo apresurado sin siquiera llevar un saco, un paraguas o algo para cubrirme y sin darme cuenta estoy tocando a su puerta, ansioso por verle salir. Hace frio y el agua no para de caer haciéndome compañía por lo que va suceder. Al poco tiempo sale ella, esta con ropa cómoda para este tipo de clima, con medias gruesas y una cobija, sorprendida y algo incomoda me ve mojado frente a su pórtico, mientras su expresión cambia a enojada antes que si quiera diga algo detrás está un hombre que pone su mano en su hombro, cálido y tierno preguntando quien soy.

Al ver ella que está detrás le responde con amor buscando su pecho para acomodar su cabeza, y responde como si no fuera importante, solo soy un amigo más al parecer, juntitos agarrando calor me miran esperando una respuesta. Quieren saber por qué estoy a su puerta, es perfectamente normal querer tener respuesta, un patético hombre mojado bajo la lluvia cuando no debería si quiera estar aquí.

– Pensé que saldríamos… todos hoy, y… pues al parecer ninguno de nuestros amigos va salir. A de ser porque está lloviendo. – digo con un tono de broma, y una vez más estoy sacando excusas, nuevamente patético bajo la lluvia.
– ¿salir? Quien sale con esta lluvia, mejor vete a casa
– Si claro, jajaja, debo secarme o agarrare un resfrió, buena idea.

La puerta se cierra, su mirada es fría, totalmente apartada de mí, la lluvia deja de golpear y poco a poco mientras camino de regreso con la cabeza baja deja de llover. ¿A quien debo alzar la voz? ¿Con quién debo desahogar? Si al parecer ha dejado de llover, los días de lluvia acabaron, para el clima tal vez, pero no importa si es una noche sin lluvia, arriba de mí una nube seguirá diluviando como si me recordara que una vez le grite al clima por no parar de llover.

Nine

1 Comentario

  1. Luz Yeye dice:

    Super romántico…
    Me encanto, lo sentí tan mío, cuando a veces damos tanto y solo recibimos miradas frías, mas frías que la lluvia que caía en el relato.
    Excelente escrito. Cuidado con un errorcito de ortografía.

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