Ángel. Capítulo 7 (de 8)

15:35 horas. París. Francia.

Una pareja habla. Están en la casa de él, en su cuarto. En la cara de ella, blanca y cubierta por una suave melenita rubia, gotas enormes caen de sus ojos enormes. En la cara de él, una mueca torcida que intenta ser pasada por un gesto de pena. Ella, pese a sus llantos, se levanta y, corriendo hacia él, le sacude en la cara, momentos antes de huir miserablemente hacia la calle. Él, consternado, no hace más que mirar al infinito, imperturbable.

15:35 horas. Pekín. China.

Un contrabandista huye de la policía pequinesa. Dos oficiales le siguen muy de cerca, pero él les da esquinazo metiéndose en un oscuro callejón. Allí, un hombre negro le llama y el contrabandista ve que su contrincante le apunta con una pistola. Antes de que le dé tiempo a sacar la suya, el hombre negro le chilla y, nervioso, le dispara.

15:35 horas. Bondo. Congo.

Un cazador ilegal está siguiendo el rastro de gorilas de montaña. Atravesando una interminable odisea de selvas y apartándose el sudor y las moscas de la cara, por fin encuentra su presa. Silencioso, apoya con cuidado la sucia escopeta contra su hombro y, antes de que pueda efectuar el disparo, un tremendo y enorme macho le agarra el cuello desde atrás y le empieza a golpear fuertemente la cara.

15:35 horas. Vancúver. Canadá.

Un marido llega a su casa, después de un duro día de trabajo. Su mujer, siempre sumisa, le recibe con sus cuarenta años de matrimonio dibujados en la cara. “¿Dónde me pegará hoy?”, piensa. Él no piensa tanto y empieza en el costado, hasta dejarla en el suelo. sin respiración.

15:35 horas. Mirnyy. Antártida.

Una pingüino disfruta de su reciente maternidad. Su vástago, no muy lejos de ella, retoza junto a la nieve, fresca y seca, pegándose a su aún débil y corto plumaje. Su progenitora le observa y parpa con la alegría reflejada en su cara.

15:36 horas. Madrid. España.

Una onda de luz blanca atraviesa vertiginosamente el planeta, con origen en Madrid.

En París, una hermosa y llorosa chiquilla deja de huir en el portal del piso de su novio.

En Pekín, una bala se detiene ante el ojo izquierdo de un criminal.

En Bondo, la sangre que manaba a chorros de la cara de un cazador se mantiene rígida, estática, deja de fluir.

En Vancúver, la mano de un maltratador se aleja para siempre de su mujer.

En Mirnyy, una madre deja de ver para siempre la inocencia en los ojos de su hijo.

En el planeta Tierra, deja de haber vida animal. Sólo un ser puebla este desierto mundo.

Su nombre es Claudia.

Yizeh

Yizeh Castejón
Últimas entradas de Yizeh Castejón (ver todo)

5 Comentarios

  1. ameliemelon dice:

    es el angel del apocalipsis? creia recordar que eran siete, pero a saber cuantos hubo antes que ella. debe ser cosa de la tradicion el que considere a los angeles como seres buenos, por eso me choca tanto la actitud de claudia.
    voy a esperar al ultimo capitulo para preguntarte una cosa.

    amelie…

  2. articmasteray dice:

    A cada capitulo me dejan más sin palabras estos relatos…..O_O

  3. consigueaccesorios dice:

    Te he dicho alguna vez que me mola esta saga??

  4. Lascivo dice:

    keda un capítulo, conclusivo. Pero, como dije en el primer capítulo, va a haber una segunda parte, y en principio más.
    Me enrojecéis con todos los elogios 🙂
    Responderé gustoso cualquier pregunta 😉

  5. articmasteray dice:

    Te imaginas ser compresa?….con alas?

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada