El vórtice que todo lo absorbía
- publicado el 26/03/2009
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Un día en el museo
Rafael se despertó temprano para el paseo de su escuela al museo. Tenia el presentimiento de que seria un viaje interesante y educativo. Se apresuro a vestirse pues no quería perderse un día tan emocionante con sus amigos y el resto de la clase. Aunque para el resto de personas no significaría lo que significo para Rafael.
Al fin llegaron al museo, un edificio alto e imponente. En su fachada tenia fotografías de hechos históricos importantes, lo que encanto a Rafael que por un momento se olvido del resto de la clase. Pero cuando entro tuvo que tomarse un tiempo para mirar todo a su alrededor antes de unirse al resto del grupo.
La guía les contaba la historia de los objetos del museo lo que hacia todo mas interesante para Rafael. Pero sus compañeros lo miraban todo con desinterés y constantemente se fijaban en todas las paradas que faltaban, y suspiraban. A Rafael este le extrañaba. No entendían el significado de esas cosas, eran las cosas que le recuerdan a todos los que los ven a las personas que habían puesto su grano de arena para que el mundo fuera como es.
La siguiente parada fue para explicar el aporte de las culturas indígenas americanas al mundo actual. Rafael quedo asombrado frente a la imponencia de las estatuas de los caciques de las diferentes culturas que habían habitado el continente antes que nosotros. Después pasaron a una vitrina en la que habían cientos de figurillas de oro y jade que representaban dioses, actos religiosos y hasta demonios. Un compañero de la clase pregunto a la guía que valor le daría a las figurillas, a lo que ella respondió que eran invaluables y que por nada del mundo las vendería. Rafael no podía creer que alguien pudiera preguntar algo así.
En la siguiente parada la guía dio un pequeño discurso sobre las culturas africanas, sus rituales y su cultura en general. Rafael noto obvias diferencias en los aportes culturales de las diferentes culturas, pero sin olvidar el valor de cada cultura y su importancia a través del tiempo. Cuando la guía termino su explicación los llevo a otra sala, pero esta no era sobre culturas antiguas sino que era un homenaje a los inventores y a sus inventos. Esta vez podían ver las cosas que quisieran con libertad, así que Rafael paso por cada mostrador de la sala. en cada uno de estos Rafael leyó la historia con interés y paso al siguiente haciendo lo mismo hasta que la profesora dijo que era hora de descansar.
Rafael no tenía ganas de descansar quería seguir aprendiendo mas sobre los aportes de personas de diferentes culturas. Mientras pensaba en todo lo que había visto hasta ahora dio con una puerta algo escondida que al parecer daba a un sótano, pero al entrar se dio cuenta de que no era solo un sótano sino una bodega con cientos de cosas que ya no estaban en exhibición, aunque Rafael hubiera deseado que todavía lo estuvieran. Eran hermosos y como todo en el museo tenia una larga e interesante historia.
Rafael estuvo ahí un largo rato, pero cuando termino de verlo todo decidió salir. Pero algo andaba mal sus compañeros ni la guía andaban por ahí. Extrañado Rafael corrió a la entrada y la vio cerrada. Lo entendió todo, se había quedado encerrado dentro del museo y nadie vendría por el en unas horas o tal ves en la mañana.
Si tenía que estar ahí toda la noche, lo aprovecharía al máximo. Primero comió porque no lo había en todo el día por lo emocionado que se encontraba y luego saco su cuaderno e hizo varios apuntes sobre lo que había visto en los exhibidores y las que había descubierto en el sótano, dejando un espacio para lo que vería mientras esperaba a que vinieran por el.
Ya era hora de empezar su propio recorrido por el museo. Volvió a pasar por todas las vitrinas, pero esta vez las vio con más detenimiento y reflexiono sobre los aspectos más importantes de cada una. Observo hasta el más mínimo detalle de las figurillas, su acabado y todo lo que para él representaban.
También volvió a pasar por la sala de los inventores, pero esta vez se monto en los exhibidores para ver todo más de cerca. Reflexionó de nuevo sobre todas las culturas y lo que habían hecho para que el fuera como es.
Cuando Rafael empezó a aburrirse se acostó en una banca una por una hora aproximadamente hasta que se levanto y camino por todo el museo. Sin darse cuenta Rafael dio con un ala cerrada del museo y no pudo aguantar la curiosidad de saber que habría dentro. Pero lo que había dentro lo sorprendió más de lo que cualquier otra cosa lo había sorprendido antes, eran varias escenas de batallas casi en tamaño real. Con sus espadas, lanzas, rifles y otras armas que se utilizaban en ese tiempo. Rafael se sintió dentro de ellas al pararse en medio y observar los detalles de las caras de los soldados, la valentía que mostraban y su ambición. Pensó que todas esas batallas que se libraban eran para demostrar que su cultura era mejor que las demás, lo que hoy en día todavía se sigue pensando.
De ese día en el museo Rafael aprendió que todas las culturas tienen su importancia en el tiempo y en la mente de las personas. Todas han dado algo para que el fuera lo que es ahora y para que tuviera lo que tiene. Entendió que ninguna cultura es mejor que otra ya que todas se encuentran conectadas por sus ideales y sueños de mejorar al mundo de alguna manera. Además que todos sus aportes han ayudado un poco al desarrollo mundial.
–Niños, ya es hora de irnos –gritó la profesora desde la otra sala.
Rafael salió de la sala antes de que alguien lo viera y se reunio con el resto del grupo. Una amplia sonrisa iluminó su cara surante todo el camino a casa y la seguiente semana.
Fue un día muy provechoso.
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