LA BODA

Se casaron de madrugada para no alertar al pueblo que a esas horas dormía. Los dos sabían que lo que Dios unía no podía separarlo el hombre. Al alba, con las estrellas de testigo, se juraron amor eterno y cada uno volvió a su casa, tras sellar la ceremonia con un largo beso. Él salió a trabajar las tierras; ella le sirvió paciente el desayuno a su marido y sus hijos.

Soledad Garcia Garrido
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4 Comentarios

  1. Jose dice:

    Sole, me encanta La Boda, y la carta del asesino también.

    1. Soledad Garcia Garrido dice:

      Gracias, Jose. Muak

  2. ¡Zas! ¡Qué final! Buen microrrelato, sí, señora. Felicidades.

    1. Soledad Garcia Garrido dice:

      Muchas gracias. Las críticas positivas animan a seguir el camino.

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