Pasión Japonesa
- publicado el 15/05/2012
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La señora y el caballero
– Tened a bien mis disculpas, mi señora, más permita que le recuerde que está iniciando una conversación con la mano derecha del rey Felipe IV, no con cualquier caballero del reino.
– El honorable caballero Enrique Carlos Guzmán de Solana, lo recuerdo.
– He luchado contra ejércitos enteros, guerreros sangrientos, incluso, las más bestias fieras salvajes y no ha habido ser alguno que haya podido doblegarme. Se me conoce por mi bravía, las más estoicas leyendas llevan mi nombre y, ahora, ¿vos pretendéis someterme?
– Únicamente intentaba…
– ¿Intentar? Le aseguro que para cumplir su propósito, con intentar no le será suficiente. No sé si ha alcanzado a comprender la magnitud de mi fortaleza. Acepte mi experimentado consejo y no emprenda un fin que está destinado a perder.
– ¡Ya está bien, Sr. Guzmán! Deje de dar la tabarra cada vez que le toca tomarse la pastilla.
- La señora y el caballero - 29/04/2014