TE LEO Y TE RELEO.

Ya te lo dije en muchas ocasiones, la alegría y amargura que a la vez siento. Cada vez que cojo tus poemas y apoyo en mi regazo, alzo un suspiro al aire por saber lo que después me afecta, a veces, las muchas paso de largo algunos que sé seguro acabaré llorando, pero la tentación es tan fuerte, el gustarme como escribes se me hace tentación y sin poder evitarlo caigo… y sé que me tiro a la tristeza más profunda que siento al hacerlo, no es morbo, bien lo sabe Dios, no me gusta sufrir sabiendo que cuando lo has escrito, aunque digas que te inventas las escenas, en cierta manera sé que las has sentido no puede escribirse sin sentimientos, eso a mí me pasa, no podría escribir si no te pensase, si no te sintiese y si no te quisiese, sólo tú me inspiras mis sentimientos y los escribo para que solo tú, únicamente para tí los leas, quizá por no poder de otra manera el contártelos, es como si en secreto los dijera para la persona que siempre ha estado en mí, pero que ahora la siento más cercana y me siento más querida, o, al menos recordada, con ello me basta, sólo que hayas pensado en mí en algún momento del día me llega, de esa manera creo que me quieres un poco…

Te decía que la tentación puede más que la precaución que debería de tomar de no leerte, es leerte más tentación de la que pecar de tenerte, de darme a tí y que me tengas, quizá por lo que me ha gustado siempre tu forma de escribir, creo, estoy segura, de que esta vez empecé a enamorarme de nuevo por este motivo, seguramente tú, que me conoces sabías que de esa forma podrías conquistarme de nuevo después de tanto tiempo y… ¡vive Dios que lo lograste! aunque tú seas ateo, sí ese espíritu que tú reniegas puede que algo haya hecho para volverme a tí de esta manera, me revolcó el corazón en cada palabra y frase venida de tí, sé que en ninguno de ellos yo existía, sin embargo me hace ilusión que, en algunos, yo me meto entre las letras y me invento que algo podría ser dirigido a mí, aunque sé que no es verdad, pero sueño con qué, lo mismo sin darte cuenta pudiera ser y ¿por que no puedo yo soñar con ello?, es fantasía mía y me hace feliz en ese momento.

Hay poemas y pensamientos que en el que suspiro es de felicidad, de una emoción tan enorme que el aire no me llega adentro, exclamo en alta voz el ¡AY!, o el ¡…! que no me sale, que se queda dentro de mí porque la voz no suenase queda guardada a lo mejor para soltarla cuando ya tumbada voy a coger el sueño y entonces como pienso en tí me sale, a veces… 4 horas más tarde. El caso es que en un momento u otro lo hago porque en uno u otro momento sigo permanentemente pensando en tí. Me encantan y disfruto con ellos aunque los haya leído una y mil veces, para mí son siempre primera vez aunque los cortitos me los sepa de memoria. Mi sonrisa con ellos es perenney noto que los gestos de mi cara van cambiando a más según van pasando las palabras por mis ojos. Esos me emocionan y alguna que otra lágrima asoma para celebrarlo, esas… no me hacen daño, son de alegría, ilusión y fantasía que me hacen creer cosas que no son, pero que cuando tú las has escrito has sido feliz y con imaginarte así me dá igual con quién o quienes hayas sido, siempre te dije que ya, que yo no podía entonces hacerlo me gustaba que alguien o muchas lo hubieran hecho por mí, mi amor me daba igual de dártelo de una u otra forma, lo que quise siempre es que te sintieras querido y en algún momento yo, a hurtadillas me metía…

Otros son tan desgarradores para mí que sabiéndolo no puedo evitarlo, me meto ( en algunos mi fuerza de voluntad puede conmigo y no lo hago, yo también soy muy «cabezota»), pero otros puedo empezarlos incluso acabarlos, aunque la mayoría acabo por dejarlos por la mitad, o por las primeras frases, porque tampoco puedo evitar a la vez, el dolor que me producen y el sufrimiento que a lo largo de su lectura padezco. No te puedes imaginar lo mal que lo paso, sólo viéndome, metiendo el dedo en la llaga lo comprobarías, es algo que no puedo comparar con los demás sufrimientos que he padecido y… no fueron pocos, pero éstos son los que me arrancan a jirones la carne del alma y del cuerpo y ¡cómo duelen! nunca he padecido dolor igual, te lo juro. En el mar de lágrimas en el que me veo envuelta jamás lo he sentido, es un sufrimiento que hasta ahora desconocía y ya mi garganta no responde a sonido alguno, queda apagada, muda con la desesperación de no poder soltar ni un ¡Ay!, esta vez de tanta pena.

Te quiero mucho mi vida y, aunque te parezca contradictorio, no puedo controlar ni separar la alegría de la pena, pueden las dos a la vez de igual forma, quizá la tristeza pese más y me deje la peor huella y la más dolorosa.

No sé si sólo soy yo la que tengo que echarme la culpa de estos sentimientos encontrados, o tú tienes que ver con ello, (por supuesto sin intención de hacerme daño y seguro sintiendo que me hagan este efecto) no sé si yo solita soy la que me estoy volviendo loca o tú me estás volviendo «tarumba», sólo sé que lo que siento al leerte es algo tan GRANDE amor mío que siento que te idolatro de tal manera que ya no sé si peco por ello o, sí debo hacerlo y podría ser que pecaría más si no lo hiciera. Eres mi escritor ETERNO… mi admiración por tí es mi mayor orgullo.

 

 

 

 

 

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