En una tarde de invierno
- publicado el 12/01/2014
-
El último relato (2 de 2)
Parte 1 aquí
—————-
– Mi corazón golpeó con violencia cuando vi una zarpa surgir de la figura oscura, se estiraba… se estiraba y venía a mi rostro. Sus dedos, largos y pútridos se movieron con velocidad, tomo mi frente y aseguro mi cabeza con sus pezuñas, con el tacto baboso de su palma, abrió mi mente de par en par. Pude ver como brotaban mis más profundos sentimientos, los miedos que había ocultado y como ÉL o ESO disfrutaba. Giraba su cabeza de placer, me recordó a Susana cuando tenía un orgasmo, se veía hermosa. Él sabía cómo se veía, él quería… que lo viera igual. En uno de esos movimientos, su cabeza perdió la capota que lo cubría, y pude ver el fin del mundo en un agujero negro y perdido.
– Así es, carecía de rostro,- cerró sus ojos por cinco segundos mientras su boca continuaba. Caminó en dirección a la cama, se sentó, apoyó sus brazos y tomó su cabeza entre sus manos, – El agujero era una puerta, su interior emulaba una exposición de arte, donde todo lo que había robado… los cuadros estaban repletos de mi. Cerré mis ojos esperando que la imagen desapareciera, pero sufrí una fuerte sacudida, y comencé a caer por un abismo más negro aún. Cuando mi cuerpo tocó el piso, me encontré frente a una puerta, debía medir al menos tres metros de altura, la decoración parecía el hijo bastardo de las creaciones de H.R. Giger y Cliver Barker-. La última frase salió con una leve sonrisa honesta.
– Rostros, tantos como podían caber sin dejar un milímetro de espacio libre. Cada uno con una expresión de dolor más profunda que el anterior. La madera ocultaba el color de sus ojos pero vigorizaba con gritos de realidad la agonía, presente desde el principio de los tiempos, en cada rasgo. La puerta se abrió cuando parpadeé sin desearlo. A mi espalda, el vació comenzó a consumirse, como se consumía el rostro que pretendía olvidar.
Sin dejar de hablar, alzó su cabeza y observó fijamente la cama, no recordaba cómo había llegado a ella y se alejó con un movimiento violento. Continuó caminando sin dejar de mirarla, hasta llegar a la pared opuesta y se sentó en el inodoro -Comencé a correr desesperado, gritando, viendo como los cuadros caían cuando posaba mis ojos sobre ellos. Lo que había sido un recuerdo era presentado de manera morbosa y grotesca. Aquella vez… cuando Susana estuvo hospitalizada… antes de caer, en la imagen, yo estaba tomando su mano mientras ella sonreía con ternura en la cama del hospital, tras caer y romperse el vidrio, yo sujetaba un cadáver en avanzado estado de descomposición, gritando mientras brotaban lágrimas de sangre. Ya no estábamos en el hospital, estábamos junto a una casa, la misma que habíamos visitado una semana antes del accidente, la que consideramos comprar. Una hermosa edificación estilo victoriano, dos pisos y una buhardilla. La casa estaba en ruinas, al parecer tras un incendio, las ventanas del segundo piso y la buhardilla tenían barrotes, de ellas salían pequeños brazos con heridas profundas, su piel era consumida por insectos, con ellos podían verse los niños a quienes pertenecían, sus rostros estaban llenos de locura y rabia ciega. Queríamos tener tres hijos, dos niños y una niña… él también sabía eso.
Seguí corriendo hasta llegar al aparente final del pasillo, en el había un marco similar a los anteriores pero sin imagen. Cuando me acerqué lo suficiente me di cuenta que vidrio era un poco más grueso, pude ver que era una ventana, y al asomarme mi cordura toco fondo. Podía ver un hombre vestido en una bata gris, sucia y vieja, corriendo por los pasillos una y otra vez… era yo. Me veía corriendo entre las imágenes cada vez más depravadas. El final del pasillo era la misma puerta de inicio. En cada recorrido el pasillo se angostaba y los seres de los recuadros cobraban vida. En el último recorrido, pude ver como tropezaba, de la alfombra surgían manos para sujetarme y recordé el último cuadro visto antes de caer. Tenía los párpados y los labios bordados con alambre de púas.
Esta imagen y la aguja oxidada acercándose cada vez más a mi lejano yo, me hizo rasgar mi rostro con impotencia. Por un instante, el dolor hizo que en mi mente estallara un grito, y aunque mis ojos parecieron cerrarse para siempre, reaccioné por la fuerza de los brazos sujetándome. Sentí el calor de la aguja entrar en mi rostro, la sangre de mis párpados toco mis labios… fue cuando desperté… de nuevo.
Al terminar la frase, Carlos se dio cuenta que estaba empapado en sudor, sus manos se habían aferrado con tanta fuerza al inodoro que sangraban, solo un poco y lentamente. Tras un suspiro largo, sacudió su cabeza, sus ojos se mostraron aliviados.
Por primera vez en toda la noche Carlos parecía consciente de su situación. Parándose –DIGAME USTED Dr., ¿fue real?, ¿la criatura había estado allí?, ¿había regresado a su origen?, y… ¡¿POR QUÉ BUSCO CADA NOCHE VOLVER A VIVIRLO?!- La última frase salió con sus manos a sujetar los hombros y la atención del doctor, esperando encontrar una respuesta en los vidriosos ojos.
Como siempre, la respuesta fue una palmada en la espalda, compañía hasta la cama y una inyección de Lorazepan como beso de buenas noches.
En la puerta de la habitación 409, mirando fijamente la cama casi vacía y con los ojos llenos de lágrimas, el Dr. Alejandro Sepúlveda pensó en voz alta –Es el mismo relato de los últimos cinco años…desde que llegaste–. Aunque no debía, dio la espalda a quien alguna vez había sido su hermano y novelista favorito. Cerró la puerta de la última habitación del pasillo 3B del hospital psiquiátrico de Arkham y culminó su turno registrando en su grabadora la visita al paciente UP102625: “Revisión 229: No hay cambios. El sujeto sigue en estado de Shock. Causa: Desconocida”.
—Diego Rodríguez. 2009—
- I can, can you? - 05/12/2016
- Quiero perderme… - 20/06/2012
- Es tarde ya - 08/03/2011
Definitivamente me encanto la descripción, lograste envolverme en la lectura y llegar a un punto en que sentí miedo y curiosidad, pero el final llego muy pronto y los sentimientos que estaba generando tu relato se detuvieron de repente….considero que necesitas meterle algo más al final, algo inesperado no se…algo que lleve al lector al clímax de la historia, algo no se…o no se si el problema este que aun sea una historia corta para lo que quieres lograr en el lector (digo esto comparando con el texto de Barker).
Por otro lado, considero que la descripción, y puntuación están muy bien, sobre todo la primera, no se si seras mis problemas de imaginación jajajajaa, pero esta vez has logrado que mi imaginación se activara con más fuerza y claridad. Sin embargo, pienso que debes releer el texto creo que te falto una (el) o algo así…
También vuelve a leerlo y piensa en mi propuesta de alargar más el relato o de incluir algo más :O en el final….
Definitivamente vas avanzando a pasos gigantes…no te rindas!!!, sigue escribiendo, creo que estas apunto de lograr el efecto que tanto quieres…por eso espero poder leer más de tus escritos.
Guau! si que ha cambiado, en el otro era bastante más suave.
La verdad es que es hasta angustioso seguir el relato, y de repente esos gestos como el de alejarse de la cama sobresltado te da un respiro y te mete más en su locura.
O los cambios de humor y sus medias sonrisas.
Trepidante.
Lo que no sé, (y es una chorrada, pero tengo la curiosidad super picada y he estado buscando y no hallo nada) es que si en habitaciones con paredes acolchadas hay lavabos (hombre, supongo que se tendrán que lavar y «hacer sus cosas» XD) pero claro, si acolchan la habitación para que no se haga daño con sus desvaríos ni se lance contra las paredes… la porcelana es dura. Sinceramente, no sé como va el tema.
(aunque me gusta que haya paredes acolchadas le dá mas sensación de locura total).
No quiero ni imaginarme al hijo bastardo de Giger y Cliver Barker XD
Y la idea del relato me encanta, uf, en serio, esto en un corto podría ganar premios…
Que grande eres tio? o también lo pensé pero a la hora de comentar se me olvidó…
Dios, que quieres que te diga, me encanta… me encantaria poder seguir tus relatos mas frecuentemente, a ser posible con comentarios propios, como por ejemplo de donde sacaste las ideas, etc…
Me ha encantado y, aunque Champinon tiene razon con respecto a las pausas de algunas frases, es excelente…
Por favor, te digo que si tienes algo mas publicado me lo comuniques…
Ambos relatos son excelentes… Tanto el primero como la correcion, pero a mi parecer el final del segundo es mejor, el psiquiatrico sin salida…
Me encantaria poder seguirte mas de cerca…
Animo y sigue asi!
Hola Jarcan, siento contestarte hasta este momento. Muchas gracias por tus comentarios y te agradezco sigas haciéndolos cada vez que puedas, te cuento que publiqué otro relato en cinco partes (van tres publicadas), aqui los ecuentras:
https://sopaderelatos.com/2009/08/01/la-luz-en-la-oscuridad-puede-ser-mas-oscura-1-de-5/
https://sopaderelatos.com/2009/08/03/la-luz-en-la-oscuridad-puede-ser-mas-oscura-2-de-5/
https://sopaderelatos.com/2009/08/08/la-luz-en-la-oscuridad-puede-ser-mas-oscura-3-de-5/
Respecto a las ideas, te cuento que me base en un sueño que tuve, lo que me paso fue muy similar 😀
Espero tus comentarios en ellos!!!
Saludos!
Surrealismo terrorífico 110%. Jolínnnnnnnnn!!!!
Muy… similar? Ay madreeeee… O_O
Yo también me baso en sueños varias veces, pero si tengo un sueño así, me da algo! Como estabas cuando despertaste?
Hola Zilniya, te confieso… cuando me desperté estaba… feliz, la verdad estaba… extrañado, pero la sensación fue de haber experimentado algo raro, que me asustó pero me produjo algo de conexión con un lado bastante raro…
Y si te contara los otros… bueno, posiblemente los veras, tengo pensado escribir un relato por cada uno de ellos, y tengo una libreta lleno de ellos.
Un saludo.