Other Sıde.

Los últimos haces de luz jugueteaban en la pared de pintura plástica de aquel diáfano salón, bailando los colores y avivando el olor a recién pintado que inundaba el el piso que había rentado Fabián, allí, en el 53 de la calle Bailén.

Miraba absorto la danza casi faérica de las luces al pasar a través de las lágrimas acristaladas de la araña del techo. Observaba desde un colchón tumbado en el suelo, embriagado por el aroma fiero pero seductor del blanco Alaska de Bruguer.

A pesar de que la mudanza había sido dura, sentía que ya podía declararse independiente; al menos según el «tratado de Valençay paterno-filial» que prometía a Fabián soberanía en su territorio. Sabía que sería violado al principio y que sus padres harían una tentativa de ocupación. Controlaría la situación, les demostraría cuando viniesen dentro de unos tres días lo bien que se las apañaba y lo decente que estaba todo.
Algo sonó como un graznido de algún pájaro metálico. Sobresaltó a Fabián; era la primera vez que oía el timbre.

Se incorporó. Cansancio y Calor se montaban a caballito en sus espaldas sujetándose con los dientes.

Trataó de llegar hasta la puerta sin causar estragos en el laberinto de cajas en equilibrio, pero el incorporarse rápido y los químicos inhalados que empezaban a blanquearle la materia gris, hicieron que derrumbase una pirámide de cajas de cartón, que esparcieron sus pesadas entrañas por el suelo cubierto con plástico. Por suerte, no llevaba tatuada con rotulador indeleble el epígrafe de Frágil.

Se agarró al marco de la cocina para no manchar la pared, con lo cual trastabilló con los libros que tenían las cajas.

Tras unos segundos para reponerse pensó en que tenía que cambiar el timbre y en que si sus padres hubiesen visto la escena lo habrían tomado prisionero y obligado a ponerse un babero.

Giró en semicírculo el pequeño pomo que hacía abrir la mirilla, que era como una versión victoriana del diafragma de una cámara, esperando ver a Bond disparándole. Eso sería un épico punto y final para él y el dolor de cabeza que se sumó a la convención de dolencias del día…

Pero no fue a Connery a quien vio, ni a Brosnan.

Atsibó por el pequeño vano, y bajó la vista hasta toparse con algo negro redondo y brillante. Inquietante…

Entreabrió con precaución, manteniendo la cadenita anclada al marco de la entada, aguantando la respiración.

-Hola nastaldes su menú espesiál Estleya oliente, son tlese sincuenta.

De una sonrisa casi ortopédica pero efusiva surgían esas palabras que chocaban con el casco, haciendo casi ininteligible el mensaje.

Fabián sonrió. No se acordaba ya que lo había pedido. Le entregó al casco parlante el dinero que ya tenía contado y al buscar en sus bolsillos la propina, tanteó con los dedos y descartó la de dos euros porque, a su parecer, no se los merecían por tener menús de dos personas (de los que salen comida para cuatro) en adelante. ¿Qué pasaba con los solteros emancipados de estómago modesto como él?

Al final sacó una moneda de un euro acompañada de unas pocas cobrizas.

-¡Mucha Galasias!

Fabián vió alejarse a la menuda figura, bajando por el ascensor de puerta de reja, aprovechando que la vecina vieja de en frente sacaba a pasear a su Yorkshire.

Cerró la vieja puerta, apoyó la espalda contra ella y ya sea porque el astro rey se había retirado a sus aposentos y él tenía comida china o por el hecho de haber aplastado a Calor  y a Cansancio contra la hoja de madera de pino, ya se sentía mucho mejor.

Incluso el dolor de cabeza casi había remitido, ahora era sólo un leve hormigueo.

Fabián dejó a medias su ración de «hormigas subiendo un árbol» y atacó a los rollitos.

-Vaya. ¡Se me ha olvidado pedir la salsa agridulce!

Agridulce es el sabor de vivir sólo.

Al menos ahora, podría dedicarse a la idea que le obsesionaba desde que estaba en el instituto con humanidades, estudiando lenguas muertas. A Fabián le llamaba más el enigma de las palabras catalépticas, que dormían en los libros esperando como bellas durmientes que unos labios besen su nombre y rompan el hechizo. Entonces ellas despiertan como brotes convertidos en flor que liberan su forma y color para perfumar la imaginación.

Él estaba convencido que tras esas líneas, las letras y grafías, rectas y curvas, puntos etc, estaba su futuro.

Se excusaba en lo científico para hacer experimentos que para él tomaban un cariz cuasi metafísico.

En la universidad observaba las reacciones de las áreas que se activan cerebro a la hora de tratar de reconocer textos del revés o en poses extrañas en sujetos de distintas edades. En casa él era su mejor conejillo de indias, con velas y papiros hieráticos, tomando notas para artículos suyos titulados, «leer boca abajo, sensaciones subliminales» o  «La nueva visión».

Para su tesis de psicología cognitiva, Hacía una comparación de textos árabes  con occidentales, comparación con lecturas musicales y comprensión de formulas matemáticas.

Ahora, en la nueva casa, quería hacer una prueba que siempre había deseado hacer. Cogió sus gafas de leer al revés. Encendió una vela y se puso frente a un espejo.

En un pequeño bolsillo, tenía un palíndromo que se hallaba escrito en unas ruinas que vio en su último viaje. Para él era un tesoro.

Las sombras que lanzaba la trémula luz de la vela le recortaba el rostro misteriosamente.

Empezó a recitar lo que rezaba el escrito en latín, repitiéndolo como si de un mantra se tratase. Estaba nervioso.

ıuƃı ɹnɯıɯnsuoɔ ʇǝ ǝʇɔou snɯı ɯnɹıƃ uı

La vela se apagó.

***

-Pues sí es extraño.- dijo la madre de Fabián.

Los padres y el casero miraron al techo donde se sostenían sin clavos todas las cajas y muebles del joven desaparecido que observaba sin ser visto desde el cristal.

Cansado de gritar y no ser oído, dibujó en el vaho de su lado del espejo «Bienvenido al otro lado».

 

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9 Comentarios

  1. newowen dice:

    Esto es el resultado de una de las acrtividades de la quedada que hicimos en Lan Buena Vida, en Madrid. Champiñon propuso esta actividad y está genial.

    Uno presentaba un personaje y al azar se decidia quien lo desarrollaba. A mi me tocó el presentado por Amelie.
    Espero que te guste A melie, aunque no creo que se parezca a lo que tenías en mente (¿o sí?), la verdad es que era un personaje muy original que me ha dado pie a imaginar.

    Lo he colgado rapidillo que estoy curranso, luego le doy otra revisión. Un saludo a todos, espero vuestros relatos y comentarios y ¡a escribir!

  2. newowen dice:

    Ah, y otherside es eso, el otro lado. Y ése titulo requiere una canción obvia:

    http://www.goear.com/listen.php?v=8ea437d

    En cuanto a lo que pone el palíndromo, (gracias wikipedia):

    «Damos vueltas en la noche y somos consumidos por el fuego», según unos una adivinanza cuya solución era «antorcha», según otros una descripción del vuelo de las polillas de noche, y también los demonios.

  3. Lascivo dice:

    Copónnn!!! Te lo has currado macho! Very very good. Y con aportación wikipédica y todo. Pardiez!

  4. newowen dice:

    Gracias.
    oye el artículo de palíndromos de wikipedia está muy interesante en serio. Hay uno en griego y todo!

  5. Pequadt dice:

    La verdad esque si que está muy currado. Hay que hacer estas actividades más a menudo. Yo mañana escribire mi relato, que hoy estoy empanadisimo 🙁

  6. ameliemelon dice:

    diooooos!! jajajaja!

    es genial! para nada me esperaba algo asi. desde luego no tiene nada que ver con lo que habia imaginado, y es que esto es mucho mejor! muuuuy original, si señor!
    pobre fabian, que ya habia conseguido emanciparse! mira que volver a quedarse encerrado…

    desde luego hay que hacer este tipo de quedadas mas a menudo xD

  7. Zilniya dice:

    Esto sí que es una buena fusión de neuronas! 1+1=2? No! El efecto se multiplica! XD

  8. ilogikah dice:

    que guay ^^

  9. Niuqech dice:

    Me gusta mucho el relato.
    Te seguiré de cerca…

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