PAN, ACEITE Y AZÚCAR
- publicado el 15/11/2008
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Frágil
En algún rincón de su mente, las imágenes aparecen desordenadas como pequeños destellos, para recordarle lo que ya sabe. “No te preocupes por el mañana, trata de conservar lo que ahora tienes”. Me dijo un viejo sabio cuya mente viaja por el pasado y mirada infantil recuerda a la inocencia de un niño. De él aprendí a valorar las pequeñas cosas, lo simple, lo sencillo, a mirar más allá de las apariencias y ver cosas que a simple vista no se ven. Me enseñó que hay sueños que se cumplen, otros tienen que esperar y otros parecen casi imposibles. Que la salud mueve montañas y la voluntad vence a la nada. Pero también me enseñó la parte más amarga, donde la vida te da una de cal y otra de arena, situaciones que cambian los planes, que a veces lo complicamos todo o nada tienen sentido. Y entonces, te vuelves frágil, como algo delicado, capaz de romperse en mil pedazos al más mínimo movimiento. “Camina con firmeza, con la mirada puesta al horizonte”, decía para aliviar el peso de la transparente fragilidad, que no se ve pero se siente.
Recuerdo que era él quien nos visitaba y ahora soy yo quien lo visita. A veces sus palabras dejan de tener sentido pero siempre dice de forma alta y clara…”conserva aquello que tienes ahora y serás feliz con las cosas más simples”. Dice una y otra vez antes de volver a su mundo de ensueño, donde el pasado es su presente y un apretón de manos queda como señal de un hasta luego.
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Son útiles esos viejos sabios mentales que dan consejos 🙂