El cazador
- publicado el 01/05/2012
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La casa
¿Qué trabajo puede tener un pobre jubilado como yo, después de llevar más de 60 años trabajando?
Tantos días despertando a las seis y media de la mañana para ir a trabajar para ganar algo de dinero para poder sobrevivir en esta vida, y tener algo de mi propiedad para tener una jubilación tranquila.
Como cada mañana voy a andar para mantenerme en forma, para que las piernas hagan ejercicio, no sea cosa que mi cuerpo un día diga basta y no pueda levantarme de la cama.
Suelo caminar un par de horas cada día, voy a comprar el pan, el periódico deportivo al mercado que hacen al lado de casa donde se compran unas verduras de muy buena calidad.
Ahora estoy un poco cansado y me he sentado en este banco que ya me es familiar porque cada día que puedo vengo a descansar un rato después de dar un buen paseo.
Este banco está al lado de la playa que en verano se llena de gente que viene a nadar y que veranean por esta zona,
Aquí al lado, a unos 20 metros pasé mi infancia ya que mi padre tenía la casa que tanto le costo construir con sus propias manos, sin ayuda de nadie.
Cuando era pequeño por la mañana mi madre me despertaba para ir a la escuela a estudiar un poco, porque claro, cuando eres pequeño sólo piensas en jugar.
Salía corriendo de casa para ir a buscar a mis amigos que vivían aquí al lado para ir juntos a la escuela, nos levantábamos bastante pronto para jugar al futbol antes de entrar a clase. .
Al salir del colegio iba a casa comer, y como era costumbre en mí no me gustaba lo que había, casi siempre era verdura, lo que ahora si que me lo suelo comer, ya he aprendido que es muy sano tomarla.
Después ayudaba a mi padre en las labores del campo a coger patatas, sacar a pasear a las ovejas, o hacer el pan con mi madre, ella lo hacía muy bueno.
Más tarde iba a jugar al escondite junto a la iglesia con mis amigos de la escuela, o perseguir a las chicas de la clase.
Ya nos empezaban a gustar las chicas y no sabíamos que hacer para estar a su lado y aprovechábamos para molestarse un poco para estar cerca de ellas ..
Por las noche algún día mi padre, mi madre y yo íbamos a ver a la abuela que vivía en medio del pueblo y estaba sola, porque el abuelo había muerto hacía varios años.
Cenábamos con ella y le hacíamos un poco de compañía porque no se sintiera sola, le gustaba mucho contarnos cosas de cuando ella era joven, y de cuando conoció al abuelo.
Al terminar de cenar jugábamos a las cartas todos juntos, bien, hasta que yo mi dormía tumbado en el sofá.
Después medio dormido me despedía de ella e íbamos a casa.
Los fines de semana con mi padre íbamos a pescar con la barca que tenía, yo me aburría mucho porque no sabía mucho y estar tanto tiempo quieto sin movernos era muy aburrido.
Lo que me gustaba mucho era cuando merendábamos de pan con mermelada que nos había preparado mi madre.
Al mediodía íbamos hacia el puerto a dejar la barca y cogíamos los peces que habíamos pescado, porque yo alguna vez pescaba alguno ehhh ..
Íbamos a casa a llevárselos a mi madre y ella los hacía para cenar y algunos los guardaba para el día siguiente.
Ahora ya tenemos que comprar el pescado en el supermercado y no es tan bueno, pero qué le vamos a hacer.
Hace unos dos años que no vivo en esa casa, me supo muy mal tener que marcharme de allí.
Por cuestiones de la vida y de la política, ya que me echaron fuera porque allí quieren hacer un hotel para turistas.
Ahora veo como una grúa está tirando abajo mi habitación donde tantas noches había pasado soñando mientras jugaba hasta que mi madre venía a meterme en la cama.
Ahora me voy a casa con la imagen de una grúa que echa por tierra toda mi vida
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