Escribano
- publicado el 12/01/2014
-
Caballero de brillante armadura
El caballero de brillante armadura abandonó el castillo montando un corcel de orgulloso porte, espoleado por los vítores de la enfervorizada multitud.
Cuando llegó a su destino, desmontó con un temible fulgor en la mirada. Y blandiendo su espada hacia el cielo desafió a su invisible adversario.
—¡Vive dios que mi espada, triunfante en mil y una batallas, se hundirá en tu ennegrecida alma! ¡Así pues te desafío, señor de las letras escritas!
Su adversario, sentado en un cómodo sillón, se quedó pensativo por un momento. Y acto seguido, arrugando la nariz, cerró la novela espetando un “no me convences”.
Últimas entradas de Dani San (ver todo)
- La musa - 12/01/2014
- El corazón de la taiga - 12/01/2014
- Instinto oculto - 12/01/2014
Bien hecho. En el instituto nos mandaron a leer «Niebla» de Unamuno, y es una lectura que me gustó mucho. Tu relato me ha recordado a cierto pasaje de la novela. Mucha suerte Dani San.
Muchas gracias newowen. Yo también leí en el instituto hace muchos años Niebla. Ahora me dan ganas de leerlo de nuevo… jejeje
Es genial poder compartir estas experiencias jaja. Lo gracioso del relato, es la indiferencia del «lector» que deja toda amenaza del caballero en nada. El poder de decisión de seguir leyendo o no. Como Bastian en la Historia Interminable.
Gracias por el comentario newowen. Y gracias por recordarme otro buen libro que releer…