El caballero de la medianoche

Tomó su espada, volvió a montarse en su caballo y fue de nuevo a  enfrentarse al gran dragón blanco, quien emitía fuertes gruñidos. En sus sueños lograba vencerlo y era reconocido como héroe por su pueblo y por su amada Elizabeth. Llegó hasta su contrincante quien lo derribó de un solo golpe. Al despertar, se encontró con que su enemigo no era más que su lavadora y su espada un desatorador de baño. No existía el dragón, ni él era un caballero, ni había una doncella Elizabeth a quien dedicara sus victorias. Nuevamente, estaba soñando.

Carlos Trujillo
Últimas entradas de Carlos Trujillo (ver todo)

1 Comentario

  1. Carlos Trujillo dice:

    Espero les guste mi relato. Es de fantasía, aunque tiene mucho de real.

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada