Besar el suelo

Un recuerdo por cada dedo que se va aflojando de la empuñadura de su espada: su familia, su amada esposa, los cadáveres que ha ido dejando a su paso, los gritos y, por último, el certero golpe que lo acababa de dejar sin respiración y agonizante entre barro y sangre.

Una lágrima por cada uno de los crujidos que hace su cráneo al ser estampado contra las rocas por una de las grotescas monturas de sus enemigos. Magia y acero. Arrepentimiento y miserias. Un festival de luces en un campo de batalla en el que todos pierden.

David Sicilia
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