Ángel. Capítulo 5 (de 8)

Un vegetal. En la habitación de Manuel Bayón sólo había un comatoso en los albores de la muerte (o eso le pareció a Claudia, debido a su avanzada edad) que no podía ni respirar sin ayuda. Claudia, pensando que se había confundido, salió de la habitación, para comprobar el número.

“No me subestimes, Claudia. No estás equivocada, ésta es mi habitación”. Susurró en su cabeza la misma voz que le había guiado hasta allí.

-¿Por qué me hablas de esta forma? ¿Qué quieres de mí?- Preguntó Claudia, mientras volvía a entrar en la habitación, cada vez más confundida.

“¿Crees que en mi estado puedo mover la boca? ¿Crees que puedo hacer nada estando postrado a esta cama? Amiga mía, eres tú la que ha estado buscándome. Yo sólo he dejado que me encuentres”.

En ese momento, Claudia abrió la boca y, antes de que pudiera decir nada, la voz de ese anciano en coma le volvió a resonar en la cabeza:

“Sé lo que vas a preguntar. Sé que tienes miles de preguntas. Pero también sé que tienes más miedos aún”.

Claudia, sorprendida aún, se limitó a observar el ajado cuerpo desde su posición.

“Tu primera pregunta, sin duda, es cómo me las apaño para hablarte mentalmente. Es fácil, tú también puedes. Al igual que como hiciste con tus alas y con tu ropa. Sólo piensa que puedes y podrás, Claudia. Pruébalo”.

“Pero, pero…”. Pensó Claudia. Y entonces se sorprendió, porque vio que realmente podía hacerlo.

“Bien, Claudia”. prosiguió Manuel. “Comprenderás que me resultará más sencillo seguir la conversación si me hablas directamente a la mente”. Hizo una pequeña pausa. “También sé que estás asustada por tu propio poder. Pero te puedo asegurar que todas las pifias que has estado haciendo no son más que producto de tus miedos.Tu poder es universal, Claudia, tu poder es absoluto. Eres un Ángel. Eres una elegida. Tu poder no tiene más que una limitación. Pero mucho cuidado, pues tus miedos pueden hacer que pierdas el control sobre tu poder. Y si pierdes el control, sólo vas a provocar muerte y destrucción, como hasta ahora”.

“Has dicho que sólo tengo una limitación”. ‘Pensó’ Claudia, sorprendentemente tranquila. “¿Cuál?”

“Tu única limitación, Claudia, es tu imaginación”.

Yizeh

Yizeh Castejón
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8 Comentarios

  1. champinon dice:

    Me gusta el matiz que ha tomado esto…

    De todos modos siempre he pensado que eso del bien-mal, es como un circulo, cuanto mas bien intentas hacer, mas facilmente puedes caer en el mal y «casi viceversa»,… creo k no me estoy expresando bien…

    Me refiero hay gente que quiere hacer el bien mas supremo y resulta que esa gente podria ser Hitler, Stalin o Lenin,… por ejemplo… (un lado y otro para mi es lo mismo)

  2. Lascivo dice:

    puessss… No estoy de acuerdo contigo, cuanto mejor intentas hacer algo más cerca del mal estás? Sólo si soy tremendamente patoso, no? De hecho, no creo que Hitler fuera malo porque intentara ser muy bueno. Tío, vas a morir aniquilado por la Unión Popular de Judea y por la Unión Judaica Popular.

  3. champinon dice:

    No, me has entendido mal…

    Hitler era malo pork para él estaba haciendo un mundo mejor, y eso era bueno…

    Por eso era la caca

  4. champinon dice:

    (siempre hablando de que era bueno desde su punto de vista)

  5. articmasteray dice:

    No se porque esto me empieza a recordar un poco a Green Lantern… Pero aun asi me encanta, me he metido los 5 capitulos de una tacada y los estoy disfrutando maaaaaaaazo

  6. Lascivo dice:

    conozco muy superficialmente a Linterna Verde, por lo que no sé a qué te refieres, don Ruso

  7. articmasteray dice:

    A que el limite de su poder es el de su imaginacion

  8. Lascivo dice:

    por ahí van los tiros…

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